27.ABR.18 | postaporteñ@ 1902

Frente Amplio uruguayo visualiza una interna con al menos cuatro candidatos

Por Busqueda/la diaria

 

La mayoría serán dirigentes de alrededor de 50 años que pertenecen a las "nuevas generaciones. Quiénes son y quiénes los apoyan.

 búsqueda extractos 26 DE ABRIL DE 2018

Carolina Cosse, Daniel Martínez, Yamandú Orsi y Danilo Astori o Mario Bergara son los nombres que lanzan en punta en la interna del Frente Amplio cuyos "menú principal"! se conocerá después del Mundial de Rusia

El oficialismo visualiza cuatro candidatos y al menos tres de las "nuevas generaciones".

Astori, que había anunciado su decisión de ser precandidato para inicios de 2018, postergó todo hasta el segundo semestre.

Los expresidentes José Mujica y Tabaré Vázquez son los abanderados de que haya cambios en los liderazgos.

EL PAPEL DE LOS VETERANOS

Se recuerda una frase de Vázquez: "los veteranos pueden cumplir una función importante, pero hay otras personas capacitadas a las cuales brindarle total apoyo".

Mujica ha reiterado que él no están en condiciones de salud para afrontar una campaña electoral en primera línea. Duda que Astori sea capaz de hacerlo también, aunque admite sus méritos para intentar acceder a la candidatura presidencial tras varios intentos fallidos.

El líder del MPP duda, sobre todo, por "la falta de sex-appeal" del ministro de Economía. No tiene los votos, señala.

En las últimas semanas, el jefe del equipo económico salió a dar muestras de sus ideas de futuro, como cuando señaló que Uruguay va a tener que poner en marcha una reforma de la seguridad social y alertó que la misma pasará por cambiar la edad de retiro y revisar los haberes.

También en el ámbito internacional, durante un foro en Perú realizado a principios de abril, habló de objetivos fiscales pero también abordó frente a técnicos de economía el problema de corrupción aludiendo a los casos de Lula Da Silva, Pedro Pablo Kuczynski y otros.

"La corrupción ha lastimado seriamente la política, dijo Astori, un tema que está muy presente en el gobierno, especialmente después de la forzada renuncia del vicepresidente Raúl Sendic.

Este jueves, Búsqueda da cuenta de una reunión del ministro con el FMI en el que insiste en la necesidad de que los partidos políticos impartan "valores éticos fundamentales" a sus miembros. El organismo internacional ofreció la posibilidad de medir niveles de corrupción.

Los comentarios de Astori ponen a prueba su influencia en la agenda política, en especial la del oficialismo. Al "cerebro" de la macroeconomía del FA no le dan bien las encuestas, señala el semanario.

Si se hiciera a un lado, su lugar sería ocupado por Mario Bergara, de 52 años, actual presidente del Banco Central, otro referente en el tema que contaría,  con el respaldo del Frente Líber Seregni, la subcoalición de "astorismo".

LOS NUEVOS NO TAN NUEVOS

Carolina Cosse, de 56 años, es una figura de renovación con un perfil tecnocrático y ejecutivo. En su gestión en Antel hizo cambios evidentes en el posicionamiento de la empresa y logró sacar adelante Antel Arena, uno de los proyectos más ambiciosos de los 15 años de gobiernos frenteamplistas.

Se puso al hombro levantar a Ancap de su endeudamiento. Tabaré Vázquez ve con simpatía su candidatura.

Por su parte, Mujica no va a ponerle trabas a su participación en las internas porque tiene una relación muy estrecha con su esposa, Lucía Topolansky,

El otro contendiente de las "nuevas generaciones" es el intendente capitalino Daniel Martínez, de 61 años, quien cuenta con el apoyo del Partido Socialista y de Casa Grande, el sector liderado por Constanza Moreira.

Los buenos índices de imagen pública y su pertenencia a la Masonería le han dado un impulso fuerte a su precandidatura.

Está alejado de Vázquez y de Mujica, aunque mantiene con ambos una relación cordial.

El otro intendente con aspiraciones es Orsi, de 50 años, quien cuenta con el apoyo de la "barra renovadora" del MPP y de algún sector del Partido Comunista aunque aún no hay una decisión orgánica.

UN "MAESTRO TABÁREZ"

En charla con algunos dirigentes, Búsqueda recogió otras opiniones. Hay quienes creen que se debe buscar una figura independiente que caiga bien todo el Frente Amplio.

Se busca "alguien con el perfil del Maestro Tabárez, aunque Tabárez no va a ser", aclararon algunos consultados.

 

Cambiar al Frente, al gobierno y al Uruguay

25 de abril de 2018 en  la diaria

La historia no se repite, pero enseña desde el pasado cómo somos, porque nos muestra nuestra construcción como sociedad

El Uruguay es un país especial en América Latina, y haber renegado de esa especificidad fue negativo. Nuestro país vivió un proceso socializante y reformador a principios del siglo XX que determinó muchas cosas, entre ellas nuestro imaginario como sociedad. Nos pensamos a nosotros mismos en clave social y estatista, con todo lo real y fantasioso que eso tiene.

El batllismo de Pepe Batlle y luego el ciclo de su sobrino, Luis Batlle Berres, generaron un Estado intervencionista y una cultura de amparo, en la que el Estado fue el “gran empleador” pero también un protector social, un agente económico, un poder disciplinador, educativo, dador de salud, de alimentos, y un largo etcétera que abarcó, incluso, un “Estado hotelero”.

Con todas sus virtudes, esa cultura tuvo también grandes defectos. La burocracia estatal, afín a los partidos tradicionales, pero principalmente al Partido Colorado, generó formas, estilos, costumbres, maneras de gestionar, bolsones de poder. La burocracia colorada, casi, fue el Estado.

De esa realidad nos hicimos cargo en 2005. En las elecciones del año anterior, el Frente Amplio aniquiló al Partido Colorado; en consecuencia ocupó su lugar tanto en el poder como en la historia. Ocupar desde la izquierda el Estado construido a lo largo del siglo XX implicaba reformarlo profundamente, para terminar con sus vicios y sus defectos. No transformar las bases del Estado colorado te puede transformar en él

Asimismo, el Estado liberal uruguayo tuvo como virtud alentar el desarrollo de los movimientos sociales sin caer en la tentación de cooptarlos. El movimiento obrero, históricamente, tuvo autonomía respecto del poder político estatal, y en los gobiernos del Frente Amplio esta característica se mantuvo. Sin embargo, el proceso contemporáneo muestra una preocupante burocratización del PIT-CNT en desmedro de la militancia.

Los intereses de la nueva élite gobernante –salarios, poder, prestigio– genera el “freno” para los cambios. Mientras el primer batllismo tuvo en la crisis económica de 1913 y en la reacción imperial conservadora la causa del “freno” a las reformas, el batlleberrismo tuvo, también, su crisis y sus corrupciones que causaron su derrota. ¿Pasará algo similar hoy?

La burocratización frenteamplista es una de las causas del enlentecimiento para los cambios, o de su total detención. No llevar a cabo la reforma del Estado, como demostramos que se pudo hacer en varias áreas, sólo nos puede jugar en contra.

Eficacia, transparencia y claridad son bases fundantes para el cambio social desde el Estado y no una mera consigna yuppie, como sostienen algunos compañeros.

El Frente Amplio ha hecho grandes obras, profundos cambios en todos los ámbitos, que no tienen marcha atrás. Pero la contrarreforma conservadora de la derecha, presente en todo el mundo, busca su espacio en el Uruguay para plasmar su proyecto regresivo.

Flaco favor le hacen a la izquierda aquellos que en vez de hacerse cargo de lo realizado para profundizar y radicalizar la reforma y la democracia, se muestran ajenos a la obra realizada y añoran caminos que no existieron, utopías que fracasaron, proponiendo atajos... hacia atrás.

Ideología y partido

La ideología juega un papel central en nuestra obra. Las ideas impulsan o acompañan en la construcción política y democrática, pero poner a la ideología por delante de la política sólo nos puede llevar al totalitarismo. Nosotros no estamos para cumplir profecías ideológicas de antaño, existimos para cambiar para mejor la vida de la gente, para sentar las bases de un país desarrollado, justo, que nos permita pensar en un futuro distinto y mejor construyendo un presente de beneficios y disfrute para todos. Poner el dogma por encima de la historia siempre terminó mal; la experiencia lo muestra tanto hacia la izquierda como hacia la derecha.

El Frente Amplio es un partido de nuevo tipo. La mayor construcción política del pueblo uruguayo. Pero para perdurar y seguir siendo un instrumento democrático necesita cambiar. De lo contrario se transformará en una caricatura de sí mismo, irreal, útil para las elecciones y nada más. Tal como fue el Partido Colorado. Salir de sus burocratismos, de sus inercias, de su inoperancia, en definitiva, implica una transformación de sus estructuras, pero también debe ser un cambio profundo en las formas de hacer política.

La izquierda existe para la transformación social, y esta no se realizará sin el permanente cambio en formas y en acciones. Lo único permanente son los cambios, y no nos podemos negar a ellos. Desgraciadamente, la burocracia, siempre conservadora, ni siquiera se anima a discutir el punto.

La nueva forma de hacer política implica reglas claras e indiscutidas, basadas en la legalidad y en la ética. En la izquierda no hay lugar para corruptos. Los costos políticos que hemos pagado por nuestros titubeos a la hora de ser claros con aquellos que traicionan nuestra mejor historia son casi tan graves como los propios actos de corrupción. La burocracia debe comprender que la política tiene límites, los límites de la ética. Y en eso somos intransigentes e intolerantes.

Ahora debemos poner proa en un cuarto gobierno, que no puede ser uno más ni debe ser el resultado de la inercia. Sería lamentable ser votados no por nuestras ideas, sino porque nos transformamos en lo menos malo

 Eso marcaría el inicio de nuestra derrota. Hoy el programa a escribir no debe ser un espacio de disputa para imponer puntos de vista. Eso dividiría al Frente entre duros y blandos, entre revolucionarios y reformistas. Esto no sólo es anacrónico, es contraproducente. Llegar a aprobar un programa fundado en el dogma sesentista para que luego el gobierno haga con él lo que pueda o quiera sería engañar a la gente. Nuestro pueblo no se merece eso. Nosotros no nos merecemos transformarnos en demagogos o en cínicos posibilistas.

Mucha gente está decepcionada, desilusionada, embroncada. A veces con razón, otras no tanto. Pero se percibe una sensación de insatisfacción que, creemos, refleja que hay un proyecto de la izquierda que está terminando. Este proyecto que está en sus fases finales implica el agosto de una manera de hacer política, de comunicarse con el pueblo, de presentar los problemas, de gestionar el Estado, de relacionarse con la sociedad. El síntoma de malestar social con el Frente es innegable. Y sólo hay una solución: cambiar para seguir cambiando.

Enrique Canon, Fernando López D’Alesandro, Ramón Rivarola | Canon es director nacional de Aduanas, López D’Alesandro es docente del CERP y de la Universidad de Montevideo, Rivarola es dirigente de Banderas de Líber


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