09.MAY.18 | postaporteñ@ 1905

FMI : Y aunque no quise el regreso Siempre se vuelve al primer amor

Por posta

 

Argentina: ES MÁS GRAVE QUE UNA CORRIDA CAMBIARIA

Rolando Astarita [Blog]8 mayo 2018

 

En una nota anterior, publicada a fines de marzo, decíamos que el sostenimiento de la demanda basada en alto déficit fiscal y de cuenta corriente, financiados con entrada de capitales especulativos y deuda creciente, era insostenible en el mediano plazo, y agregábamos: “se sabe cómo suele terminar esta historia: llega un punto en que comienza la salida precipitada de los fondos especulativos (en una situación de fragilidad económica el disparador puede ser cualquier elemento que los inversores consideren negativo), con las consecuencias de violentas devaluaciones cambiarias y profundas crisis financieras” (aquí)

Pues bien, la salida de capitales se desató mucho antes de lo que preveíamos en esa nota, a partir de la suba de la tasa de interés en EEUU y la agudización de diferencias y tensiones, no solo entre la oposición y el Gobierno, sino al interior de la misma coalición de Cambiemos

 Desde que se inició la corrida, el Banco Central perdió el 8% de sus reservas, el peso se devaluó en un solo día (el 3/05) un 8%, y la sangría solo fue frenada, parcialmente, con una suba de la tasa de interés de referencia de 1250 puntos básicos, desde el 27,5% al 40%.

Sin embargo, no se trata solo de la corrida cambiaria: también cayeron los bonos de la deuda (el riesgo país aumentó desde 397 a 471 puntos básicos en menos de un mes) y las acciones se derrumbaron.

Al momento de escribir esta nota el dólar sube a $23,5 y el Merval se hunde más del 4%. Hasta el presente, más que “volatilidad” hubo caída libre.

Y está abierto el escenario para una crisis financiera.

Subrayamos: es imposible sostener indefinidamente un elevado déficit de cuenta corriente con entrada de capitales especulativos. Incluso la historia de años recientes muestra que cuando el déficit de cuenta corriente se acerca al 5% del PBI, las crisis llamadas sudden stop (interrupción brusca de la entrada de capitales de portfolio, y salida de los mismos) se hacen casi inevitables.

Ocurrió en México 1994, en Tailandia 1998 y en Argentina 2001.

 El gobierno de Cambiemos apostó a la entrada de esos capitales ofreciéndoles altas rentabilidades con la bicicleta financiera, pero por esta vía no hay salida. Precisamente, en referencia al carry trade, en abril del año pasado escribíamos:

“… la entrada de capitales financieros especulativos ahora aprecia la moneda argentina. No es entonces una apreciación que sea expresión de una mejora estructural de la economía, basada en el desarrollo de las fuerzas productivas, en el aumento de la productividad. De hecho, la inversión productiva sigue sin repuntar: en 2016 la inversión bruta fija (medida a precios corrientes) fue de apenas el 14,8% del PBI, el nivel más bajo de la serie del Indec desde 2004. Dada la baja productividad de la industria, muchos empresarios dicen que con este dólar no pueden competir. De ahí también el ataque del Gobierno y las cámaras empresarias al salario –perdió por lo menos seis puntos porcentuales solo en 2016- y a las condiciones de trabajo. Los acuerdos de productividad por sector, realizados con la complicidad de la burocracia sindical, son una muestra. Una vez más se comprueba que la política monetaria “dura” es un arma puesta al servicio del aumento de la explotación del trabajo. La alternativa, de todas maneras, sería una fuerte devaluación, acompañada de una política de contención de salarios” (aquí)

Y aunque en 2017 hubo un cierto repunte de la inversión, estamos muy lejos de un crecimiento sostenido de la acumulación de capital productivo.  Por eso el subdesarrollado capitalismo argentino solo puede insertarse en la economía mundial a partir de bajos salarios, y solo en algunas y contadas ramas.

En consecuencia, vuelve a plantearse –lo han expresado funcionarios del gobierno- la meta de ganar competitividad con salarios permanentemente devaluados en términos de la moneda mundial. Para esto, el gobierno de Cambiemos, los gobiernos provinciales y las cámaras empresarias intentarán, con la colaboración de la burocracia sindical, mantener los aumentos promedio del 15% frente a una inflación que seguramente superará el 25%.

Es lo que el marxismo llama un aumento de la tasa de plusvalía, o sea, de la relación entre la plusvalía (ganancias, intereses, rentas) y el valor de la fuerza de trabajo.

De manera que el conflicto en torno al salario está en el centro de la agenda en las próximas semanas. El gobierno y las cámaras patronales amenazarán con la desocupación.  Con una economía estancada, o en descenso, aumenta la presión del desempleo sobre la clase trabajadora. En el mismo sentido juega el chantaje de la huelga de inversiones –“si los trabajadores no aceptan tal o cual condición, no invertimos”.

A su vez, la suba de la tasa de interés y la salida de capitales ponen presión para llevar adelante un “ajuste” del gasto público. Lo que potenciará la desocupación y debilitará aún más la demanda. Agreguemos que la devaluación aumentará el peso de la deuda externa, que ha crecido sin parar en los dos últimos años.

Alternativamente, si la lucha de clases obligase a conceder aumentos salariales, los empresarios descargarán esos aumentos en los precios.

 Si a su vez la clase obrera recupera salarios con nuevas luchas reivindicativas, se entraría en una espiral inflacionaria, reflejo monetario de la agudización del conflicto entre el capital y el trabajo. Y si la inflación sigue su curso, se desembocaría en una crisis similar a la de finales de los 1980 (que legitimó ante la opinión pública las políticas del menemismo). En esos escenarios, el discurso de la clase dominante es que “los trabajadores y su egoísmo son los culpables de la inflación”

En cualquier caso, en tanto subsiste el sistema capitalista, las crisis siempre la pagan los trabajadores. No es posible superarlas con medidas parciales, o votando alguna ley milagrosa que evite los padecimientos para los millones de personas sometidas a la lógica de la ganancia y del capital. Los problemas de fondo exigen soluciones de fondo, esto es, modificar las relaciones de producción subyacentes, la propiedad privada del capital

 

Volver al Fondo

En este país donde sonó fuerte el “que se vayan todos” para luego volver todos, no es extraño que reaparezcan en la escena pública - quizás siempre han estado sin que lo supiéramos - personajes como Domingo Cavallo e instituciones como el FMI

. Menos aún en una gestión donde se maneja la economía del país con criterios empresariales y donde el salario es a lo único que pretenden ponerle tope mientras se les da vía libre a los tarifazos, la especulación y el endeudamiento. 

Fabiana Arencibia- ArgentinaRed Eco Alternativo. martes 8 de mayo 2017(extractos)

  Cuando la semana pasada se habló de un supuesto contacto de Domingo Cavallo con Mauricio Macri, a muchos se nos paró el corazón. Quien estatizó la deuda privada durante la última dictadura siendo presidente del Banco Central, luego ministro de Economía durante parte de los mandatos presidenciales de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, el inventor de la convertibilidad en los noventa y del corralito en el 2001, quien les avisó a sus amigos cuándo tenían que llevarse los dólares del país porque se pudría todo, ese mismo es quien volvió a aparecer en estos días. A partir de ahí, sabíamos que con él venía el camino de retorno al FMI. 

El Fondo Monetario Internacional salió durante algunos años de la escena. Al menos tuvo bajo perfil luego de los cuestionamientos de muchos países por las crisis que provocaron las recetas a las que sometía a las naciones que pedían préstamos de sus arcas.

En Argentina, el pago de los  9.810 millones de dólares de deuda ilegítima que hizo en 2005 el entonces presidente Néstor Kirchner también lo corrió, al menos como prestamista. 

De todos modos, jamás dejamos de ser miembros del organismo y por lo tanto nunca se alejó la posibilidad de que el Fondo nos aplicara la revisión del mentado Artículo IV de su estatuto, el que le posibilita auditorías regulares sobre nuestra economía.
Recordemos además que fue el FMI quien en 2009, durante la presidencia de Cristina Fernández, brindó “asistencia técnica” al INDEC intervenido por el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno, para reformular el índice de precios al consumidor a nivel nacional.

Hoy el presidente Mauricio Macri - en su mini intervención grabada - y luego el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en su breve conferencia de prensa, dieron la noticia de que ya se había tomado contacto con la directora gerente del organismo, Christine Lagarde, para comenzar a gestionar una “línea de financiamiento preventivo”.
 “Esta política depende mucho del financiamiento externo.

Durante los dos primeros años hemos contado con un contexto mundial muy favorable, pero eso hoy está cambiando", explicó Macri, intentando justificar como una de las causas de la disparada del dólar lo que pasa fuera del país.

Precisó que el otro motivo sería la necesidad de cubrir el déficit fiscal que viene de “la pesada herencia”, que se ha profundizado - lo cual no dice - justamente por el peso de los intereses del continuo endeudamiento.

"No es cierto como dicen Macri y Dujovne que la crisis que nos lleva al FMI tiene causas externas. Todo es por el fracaso del gobierno en atacar nuestros desequilibrios fiscales y monetarios. Necesitan consensos para el ajuste que se viene. Para eso tienen que dejar de mentir. Cansan", escribió en su cuenta de Twitter el economista liberal José Luis Espert.

Diferentes organizaciones y personalidades han salido a cuestionar la decisión de volver al FONDO.

Desde la organización Diálogo 2000 afirmaron: “Sin duda, un nuevo acuerdo con el FMI no es solución para Argentina, ni tampoco el intento a través del G20, de consolidar la desregulación total del capital, el comercio y las inversiones y entregar a los capitales privados - a través de las llamadas ‘asociaciones público-privadas’ - la salud, la educación, el aire, el agua, en fin la gestión de todos nuestros derechos, bienes comunes y patrimonio. 

Parar el proceso de endeudamiento y suspender el pago de intereses sobre la Deuda ilegítima y fraudulenta, quitarle al gran capital, extractivo y especulativo, su libertad de fuga, sus exoneraciones fiscales y subsidios de toda clase, estimular la economía dignificando los salarios y generando empleo... ¡no es que no hay alternativas!”


Cabe recordar que el FMI había aparecido en la vida política de nuestro país antes de ser mencionado hoy. En 2016 Macri decidió aceptar la revisión anual que no se hacía desde 2006. Así se retomaron relaciones y fue el mes pasado que nos visitó la directora gerente y elogió el rumbo económico del gobierno. "

Los dos primeros años del gobierno de Macri han sido asombrosos”, dijo Christine Lagarde en clara referencia a la política de liberalización de nuestra economía.
“El FMI apoyó la política gradual, atacando el déficit fiscal pero cuidando a todos, sobre todo a los que menos tienen". Se trata "del financiamiento más barato que tenemos disponible. El FMI nos presta a tasas menores que los mercados internacionales. Esto refuerza la solvencia de Argentina", afirmó hoy Dujovne para quien este FMI es uno muy distinto al de hace 20 años.

Como devolviendo la gentileza, la directora gerente publicó un comunicado en la página oficial del FMI en el que dijo: "La Argentina es un valioso miembro del Fondo Monetario Internacional. Agradezco la declaración que el presidente Macri hizo hoy y espero con interés continuar nuestra colaboración con la Argentina.

Se han iniciado discusiones sobre cómo podemos trabajar juntos para fortalecer la economía argentina y llevaremos estas conversaciones a cabo en breve".

Con un poco de memoria, la mínima indispensable, los argentinos y las argentinas sabemos que el retorno al FMI es un viaje de ida… al menos por un largo tiempo

 

Acierto o análisis correcto

Eduardo Sartelli en FRECUENCIA ZERO -

“Antes de que la deuda estalle" 19-02-2018

 

https://youtu.be/TwQshj46Z-8


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