13.MAY.18 | postaporteñ@ 1906

El socialismo de Trías contra a la revuelta proletaria: siempre del lado de los milicos (3)

Por RICARDO

 

Habíamos visto que el antiestalinismo de Trías es de fachada, es una mentira esencial. Aunque se pretendía esencialmente crítico, en realidad NO critica nada de esencial en el estalinismo. En realidad, ningún leninista puede criticar la esencia del estalinismo porque esa esencia es el leninismo mismo.

por Ricardo

- tercera parte -

No hay nada esencialmente diferente entre el estalinismo y el leninismo; ni entre la época de Stalin y la de Lenin. La mentira esencial fue la construcción ideológica que, en la época “fructífera” de Trías, estaban edificando centralmente los Estados dominantes en el Este (sobre todo de los centros militares y aparatos de inteligencia), para renovarse, para cambiar algo para preservar lo esencial. El leninismo por más que se renovara, por más que se nacionalizara y latino americanizara seguía siendo esencialmente estatista y milico. Precisamente por eso Trías estaría siempre con el Estado y los milicos durante los años 60 y 70 frente a la radicalización de las revueltas proletarias en el continente.

Como se sabe los años 60 fueron años de lucha de clases abierta entre burguesía y proletariado, entre opresores y oprimidos, entre la revolución social y el Estado, en todo el mundo. El capital mundial en expansión requirió en el mundo un brutal ajuste de cinturones, justamente cuando el proletariado empezaba a despertar luego de la brutal destrucción como clase que la guerra mundial había logrado

El proletariado en base a la acción directa y el desarrollo de todas las formas de lucha violenta fue constituyéndose en clase y en fuerza histórica independiente otra vez en la historia. En América Latina y Uruguay en particular fue precisamente la acción directa y violenta contra el capital y el Estado que marcaba ese proceso de organización del proletariado en clase.

El gran enemigo que tiene ese desarrollo autónomo de la clase es evidentemente el Estado burgués y particularmente el socialismo estatista, que no solo lo reprime abiertamente, sino que intenta canalizar ese proceso de acción directa hacia dentro del propio Estado en base a la democracia, al sindicalismo, al parlamentarismo, al frentepopulismo, al progresismo militar. La contraposición entre esa lucha del proletariado para constituirse en clase autónoma y todas las formas de recuperación socialdemócrata se fue haciendo cada vez más radical y decisiva. Es muy claro que al respecto Trías estuvo del lado del Estado

Trías, como Arismendi, Seregni, Delía u otros personajes de la contrarrevolución vuelcan todo su esfuerzo en la recuperación estatal de la contraposición que se opera en la lucha de clases. También es claro que todos esos socialistas burgueses durante la guerra imperialista anterior habían estado, contra los intereses inmediatos e históricos del proletariado internacional, al situarse del lado del imperialismo dominante (USA, URSS, Inglaterra, Francia…)(1)

Desde el punto de vista de la opresión internacional el problema central siempre es como destruir la autonomía del proletariado que se va constituyendo en fuerza, en partido, y se contrapone al Estado. Trías, como todo el PS y el PC uruguayos estuvieron siempre contra ese proceso de automatización del proletariado y por la reabsorción de los proletarios en el frentepopulismo, en el socialismo nacional, en el leninismo, en el Estado burgués.

Por eso, aquel proceso de autonomización del proletariado en la lucha no se dio en el PS, ni en el PC, sino en ruptura violenta con lo que siempre fueron esos partidos burgueses para los proletarios. Por eso los núcleos que surgieron parcialmente en su seno debieron romper con ellos y organizarse en forma autónoma contra la tendencia a reprimir la acción directa del proletariado de esos partidos.

Es verdad que ese proceso de ruptura violenta se expresó mucho más entre el proletariado y el PC que no dudó en utilizar la represión abierta en actos y manifestaciones, en fábricas y liceos, a veces en colaboración, a veces en competencia, con los otros aparatos represivos y policiales del Estado.

 Si bien el PS no tuvo nunca un aparato represor de la acción directa del proletariado (como si lo tuvo la CNT y el PC) todo su accionar fue de respuesta ideológica contra la acción autónoma del proletariado, condenando las manifestaciones violentas, las molotov, o los hechos mismos en cada centro de trabajo o de estudio adonde tenía influencias, disociándose de la acción armada de grupos que rompían con su parlamentarismo, condenando los “asesinatos” de los torturadores y los tiranos. Trías fue parte de ese proceso contrario a la autonomía del proletariado como fueron todas sus búsquedas teóricas de darle al socialismo parlamentario una salida que aproximara más a la izquierda al poder. Fue precisamente esa búsqueda que llevó a Trías a coquetear tan abiertamente con los milicos latinoamericanos, como a servir a los milicos del imperialismo checo/ruso

Fue la concepción nacionalista y milica del socialismo como la consecuente lucha contra la autonomía del proletariado que lleva a Trías a cantarle loas a Juan Manuel de Rosas y a buscar la salud de esta región en Velazco Alvarado y Morales Bermúdez así como en Onganía, Seregni y/o Videla y luego en el apoyo al golpe de Estado en Uruguay y los comunicados 4 y 7. Es la búsqueda de una solución socialista nacional, estatal y milica al gran problema que tienen los Estados en la región para destruir la acción directa y autónoma del proletariado

Sin embargo, hay que recordar que Trías no fue una excepción, todas las fuerzas socialdemócratas en la región y en particular en Uruguay, se contrapusieron por todos los medios a la constitución del proletariado en fuerza. Justamente, el proletariado internacional y en la región latinoamericana, fue emergiendo nuevamente como clase en base a la acción directa contra el capital y el Estado. En efecto, desde mediados de la década del 60, el socialismo burgués parlamentario, nacionalista y estatista no pudo controlar más al proletariado y en diversas instancias y modalidades el proletariado revolucionario le pasó por arriba a dichas fuerzas e ideologías.

Es importante subrayar que la ruptura de clases entre el proletariado y el socialismo estatal y burgués fue pocas veces teorizado y explícito. Por eso mismo, la historia oficial lo ha podido falsificar, distorsionar, ocultar.

Si bien en algunos países el enfrentamiento de clase va acompañado de la denuncia del socialismo burgués por su defensa del Estado frente al movimiento social (como por ejemplo en el Perú o en Francia, por solo citar 2 ejemplos diferentes), en Uruguay la ruptura es muy poco teorizada. La fuerza de la tendencia revolucionaria fue la ruptura práctica con el socialismo estatista, su debilidad fue la falta de teorización de esa ruptura.

En esa falta de teorización pesaron mucho el oportunismo practicista de los Tupamaros, así como el obrerismo y el sindicalismo de otras corrientes (FAU/ROE) …

La demarcación sería, según ellas, exclusivamente práctica, por la lucha armada o la acción directa en la calle. Por supuesto que esta ideología dificultaba la misma autonomía y contraposición del proletariado con todas las fuerzas burguesas e incluso cuando de la misma acción directa se llegaba al enfrentamiento directo contra el socialismo burgués y estatal (sobre todo en los años de mayor lucha autónoma del proletariado: 1968/69) las direcciones de los Tupas o de la FAU/ROE controlaban a sus bases y les impedían actuar directamente contra el socialismo burgués.

Contra la frescura revolucionaria de los proletarios jóvenes, que emergía en las fábricas, calles o liceos, los jefes, los “viejos” siempre llamaban a temporizar y guardar la unidad lo que evidentemente favorecía a los enemigos de la acción directa (armada o no) del proletariado. Es por eso que a un tipo como Trías no se lo escracha abiertamente y los abogados del socialismo burgués pueden hoy traficar la historia para darle solidez a su brutal mentira de que Trías apoyó a los milicos en todas partes “solo por error”

En realidad, como subrayamos en las notas anteriores, todo el socialismo burgués es siempre nacionalista y pro milico.

La ruptura real del proletariado se produce en la década del 60, en forma inmediata por la misma acción directa y fundamentalmente por la necesidad de responder a la violencia del Estado con la violencia revolucionaria del proletariado

Esa fue la expresión misma de la tendencia revolucionaria afirmándose como proyecto clasista, revolucionario. Pero dicha ruptura incipiente es teorizada en base a la ideología foquista y aparatista de la “lucha armada” y el “guerrillero heroico” hocicando así frente a la izquierda burguesa y el sindicalismo (¡al que nunca se lo denuncia abiertamente por lo que es!)

En ese sentido los Tupamaros nunca superaron al reformismo armado y nunca elaboraron una verdadera crítica del carácter burgués y reaccionario de la izquierda, lo que evidentemente favoreció al socialismo estatal.

Al no denunciarse nunca la contraposición fundaméntela entre el socialismo burgués y el mismo desarrollo del proletariado como clase, se favoreció la sumisión estatista y milica del proletariado en 1972/76 que se concretaría conjuntamente con la represión generalizada

Solo en forma marginal algunos grupos de cañeros, estudiantes, obreros de los frigoríficos, becarios universitarios o de fabricas ocupadas se organizaron y armaron muy primariamente para enfrentar el accionar de los socialdemócratas (incluyendo el PC y la CNT), pero la tendencia revolucionaria nunca asumió como indispensable y necesario el enfrentamiento con el socialismo estatista y burgués.

A decir verdad, el enfrentamiento entre las necesidades del proletariado y las organizaciones de la burguesía para controlar el proletariado (PC, PS, CNT, FEU…) surgían todos los días y se enfrentaban en cada barrio, fábrica, calle o liceo…, pero nunca fue lo suficientemente asumido, explicado y teorizado como parte del enfrentamiento entre el proletariado y el Estado.

Precisamente por eso el frentepopulismo pudo liquidar la autonomía del proletariado en la década del 70, utilizando las viejas tácticas socialdemócratas del Frente Popular (Frente Amplio) y los militares progresistas que habían tenido éxito en otros países, así como la aspiración hacia esos proyectos de gran parte de la masa proletaria que había comenzado en la década anterior su ruptura

Pero en esta ocasión no podemos ir más lejos en esa falta de ruptura revolucionaria, en su teoría y su práctica, que en última instancia llevó al proletariado a perder totalmente su autonomía como clase, embretado en el Frente Amplio, en el socialismo burgués y estatista de los bolches y “socialistas”, los comunicados de los milicos y de la CNT, la traición y el entreguismo de la dirección (huidobrista) de los Tupamaros, así como en la inconsecuencia de la FAU (y del FRT) que fue renunciando a toda su trayectoria revolucionaria para ir hacia el populismo con el PVP y su cooptación por el frenteamplismo

Con este último hito se clausuró la fase de lucha autónoma del proletariado en el país.

Desde entonces, la polarización de clases desapareció de la escena histórica predominando las contradicciones interburguesas entre los partidos políticos burgueses y la consolidación del Frente Amplio como la mejor opción del capitalismo y el imperialismo para gobernar el país.

¡Con tanta mierda que hay escrita para explicar la derrota (no solo en Uruguay, sino en la región y en el mundo), que poco se ha escrito sobre la mismísima desorganización del proletariado como clase autónoma y su consecuente desaparición histórica!

Por supuesto que esto no pretende realizar esa explicación, sino situar a Trias y compañía en ese contexto histórico: como agentes socialistas y nacionalistas del Estado (socialdemócratas)

Todos ellos obraron del lado Estatal y burgués de la barricada enfrentando por todos los medios, (como los mismos milicos), toda tentativa del proletariado por su autonomía de clase en su lucha contra el capital y el Estado

notas 

1/ Conviene recordar que hubiese sido lo mismo si hubiesen estado del lado “rival” imperialista (Alemania, Italia, Japón…). La contraposición es siempre entre los intereses del capitalismo y la burguesía imperialista en hacer la guerra (y la paz imperialista que es un subproducto de aquella como dijera Marx), y los intereses del proletariado y la humanidad de contraponerse a todo tipo de guerra, a todo tipo de carnicería imperialista que produjo entre 50 y 60 millones de muertos.

NdeR-las dos primeras entrgas de este trabajo se pueden ver acá:

1/ http://www.postaportenia.com.ar/notas/9385/socialismo-estatista-y-milico-a-prop%C3%B3sito-de-vivian-tr%C3%ADas/

2 / http://www.postaportenia.com.ar/notas/9403/tr%C3%ADas-marxista-leninista/


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