21.MAY.18 | postaporteñ@ 1909

UNED y el Proceso de Bolonia: Una perspectiva desde Formación Docente

Por Danae Sarthou

 

En los últimos meses se han escrito una serie de artículos sobre la creación de la Universidad de la Educación (UNED). Alma Bolón y Walter Ferrer inician el debate en mayo del año pasado con una postura crítica respecto del proceso, luego el diputado Sebastián Sabini sale al cruce defendiendo la intención del gobierno y últimamente Adriana Marrero intenta proponer una síntesis entre las posiciones en debate

Celebro la existencia del debate, particularmente en estos tiempos de pensamiento débil, porque estoy convencida de que la confrontación de ideas hace avanzar el pensamiento colectivo

Pero también es necesario decir que este debate se ha instalado desde fuera de la formación docente y carece de la perspectiva de los directamente involucrados en la posible transformación de la Formación Docente Nacional: profesores y alumnos de los Institutos de Formación Docente de todo el país, de las diferentes carreras que allí se dictan: magisterio, profesorado, maestro y profesor técnico y educador social.

Por esta razón me vi impulsada a constituirme en quinto en discordia e intentar hacer oír al menos una voz desde lo que percibí como una desvalorizada Formación Docente, con notorio desconocimiento de lo que allí está ocurriendo. Escribiré entonces, y a pesar de no haber sido convocada, como maestra y profesora de Pedagogía y Filosofía de la Educación en el IPA y Magisterio con más de 20 años en la docencia en ese nivel terciario

por Danae Sarthou

La historia de la exigencia del carácter universitario de la formación docente en Uruguay tiene ya un siglo

 En 1918 Enriqueta Comte y Riqué propuso el primer proyecto de una Facultad de Pedagogía para mejorar y darle carácter científico a la formación de los maestros, únicos docentes que se formaban como tales en aquella época. Una de las preguntas iníciales que podemos hacernos es por qué a pesar de que la iniciativa data de hace un siglo, nunca se ha concretado el nivel universitario de la formación de los docentes de nuestro país

En la década del 50 la formación de docentes para la enseñanza media comienza a organizarse, separada de la Universidad en el Instituto de Profesores Artigas. A partir del 58, lo universitario en Uruguay está indisolublemente unido a los principios de Autonomía y Cogobierno consagrados, como consecuencia de la lucha estudiantil, en la Ley Orgánica de la Universidad.

Allí seguramente se perdió la mejor oportunidad para lograr una formación docente con plena autonomía

Actualmente los sindicatos docentes, en su mayoría, cuentan con resoluciones que solicitan ese reconocimiento para los profesores y maestros pero sin duda no ha sido una reivindicación jerarquizada por estas organizaciones. En la historia cercana, en el 2006 surge de la Asamblea Técnico Docente de Formación Docente, la propuesta de creación de una Universidad de Educación autónoma y cogobernada. El artículo 84 de la ley de Educación 18.437 en el 2008 consagra la creación, no de una universidad, sino de un instituto universitario con autonomía y cogobierno (IUDE)

En este marco se crea una Comisión de Implantación con presencia de la Universidad de la República, del Ministerio de Educación y Cultura (M.E.C.), la ANEP y el INAU que en el 2010 produce un informe que debería haber desencadenado la creación del IUDE pero que en los hechos da lugar a un eterno proceso de transición

El cambio de administración en el 2015 determinó un cambio de rumbo por el cual, creación de la Universidad Tecnológica (UTEC) mediante, deja de hablarse de IUDE para comenzar a hablar de la Universidad de la Educación (UNED), surgen varios proyectos desde diferentes ámbitos políticos y sociales y se discuten los proyectos partidarios en el parlamento pero no logran obtener las mayorías especiales que requiere la creación de un nuevo ente autónomo, como sin embargo había logrado la UTEC poco tiempo antes

¿Por qué la marcha de la formación docente hacia lo universitario ha sido y continúa siendo tortuosa y encuentra tantos obstáculos?

 ¿Por qué repentinamente hay tanto consenso sobre la necesidad de que la Formación de los docentes del país alcance reconocimiento universitario?

¿Qué intereses se conjugan para la conformación del mencionado consenso? Cuándo se habla de Universidad, ¿de qué se está hablando?

¿Qué otros cambios se están produciendo previamente en formación docente?

¿Son coherentes con la creación de una universidad autónoma y cogobernada?

Consagrar los principios de autonomía y cogobierno en forma plena, en la Formación Docente significa dejar en manos de profesores, alumnos y egresados la orientación que asumirá la formación de los maestros, profesores, educadores sociales, maestros y profesores técnicos

Lo que significa perder el control político partidario de los gobiernos respecto a la formación de los docentes e indirectamente de la formación de las futuras generaciones, de los futuros ciudadanos y eso es una cosa muy seria.

Algo que el sistema político nunca ha llegado a conceder

Sin embargo en los últimos años el discurso sobre la necesidad de que la formación docente sea universitaria se hizo unánime. Estudiantes, ATD, MEC, el Consejo de Formación en Educación, la Universidad de la República, partidos políticos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y hasta el Banco Mundial parecen acordar con las ventajas que podría producir

Evidentemente que en esta conjunción de grupos e instituciones hay diversidad de intereses incluso posiblemente contradictorios o al menos muy divergentes. Sin embargo convenientemente reunidos y sin análisis pueden contribuir a fines no explícitos

Analizarlos todos, excedería las posibilidades del presente artículo por su gran complejidad pero intentaré sacar a luz los que por su influencia en la toma de decisiones considero actualmente determinantes y muchas veces no explícitos.

 Me detendré en los intereses de los organismos internacionales y los que se manifiestan en los discursos de las autoridades nacionales

El Banco Mundial en sus recomendaciones 2015-2020 considera “necesario introducir cambios en la matriz fundacional de formación docente” (2015) para superar la profesionalización incipiente y modernizarla.

 Por su parte la OCDE afirma que “Existe la necesidad de aumentar el estatus de la formación inicial de docentes. La implementación de los planes para crear una Universidad de la Educación podría ayudar en este sentido…” (2016)

Si tenemos en cuenta los planteos generales de los documentos en el que estas afirmaciones se manifiestan podemos decir que esta modernización o cambio de la matriz fundacional de la formación docente supone ponerla en consonancia con las exigencias de estos organismos internacionales para los países que las reciben: adecuar los sistemas educativos a las exigencias de los nuevos sistemas productivos de lo que llaman la sociedad del conocimiento y la información y que nosotros denominaremos capitalismo cognitivo

Entendido como nueva fase del capitalismo en la que “el conocimiento y la información ocupan un lugar mucho más importante en el proceso de acumulación y valorización del capital”…

“Los nuevos requerimientos de la educación considerando la formación de fuerza de trabajo, las presiones para transformarla en mercancía, la tendencia a delinear las universidades como universidad-empresa insertadas en una red amplia de producción flexible o que simplemente se convierten en apéndices de las necesidades empresariales, la concepción del conocimiento como estrictamente económica fortaleciendo la idea del mismo como mera información rentable, la sumisión de las instituciones públicas vinculadas a la educación a criterios de medición y a normas de eficacia importadas del management, son algunos de los elementos visibles del capitalismo actual en relación con la educación” (Falero:2013)

Este proceso de adecuación y subordinación de la educación a la lógica de la economía, en particular de la educación universitaria, tiene su origen en Europa en lo que se ha dado en llamar Proceso de Bolonia que se remonta a 1999.

 En él han participado administraciones públicas, universidades, empresas, agencias de garantía de calidad, organizaciones internacionales y la Comisión Europea.

 Este proceso ha creado un Espacio Europeo de Educación Superior competitivo y convergente a través de la unificación de la enseñanza en un “euro académico” materializado en el crédito

Los principales objetivos de las reformas curriculares de las universidades europeas tienen una clara connotación económica. Son los siguientes

-- La creación de un sistema internacional de créditos que haga fácilmente cuantificables y comparables las diferentes titulaciones, sin tener en cuenta la similitud del conocimiento adquirido. Procura con ello, promover la navegabilidad entre titulaciones, universidades y países

-- La adopción de un sistema de dos ciclos de grado y postgrado en los que el grado se acorta a tres o cuatro años brindando una formación general y los postgrados tienden a crear un nuevo mercado del conocimiento que mercantiliza las maestrías y los doctorados cada vez más imprescindibles para acceder y mantenerse en un mercado laboral cada vez más competitivo

-- La recapitalización de la Universidad revisando profundamente sus vías de·financiación mediante el avance y aumento de las tasas o matrículas, el pago de los postgrados y las inversiones de las empresas privadas a cambio de los productos y resultados que obtienen. La Agencia Nacional de Evaluación de Calidad y Acreditación de España ha declarado siguiendo informes europeos que “la universidad ya no es más un lugar tranquilo para enseñar, realizar un trabajo académico a ritmo pausado y contemplar el universo como ocurría en siglos pasados. Ahora es un potente negocio, complejo, demandante y competitivo que requiere inversiones continuas y de gran escala”. En Chile, uno de los países latinoamericanos que aplicara más fielmente las recetas economicistas en la década de los 90 su presencia se presenta sin tapujos “La internacionalización universitaria está presente en las cuatro formas de prestación de servicios 1.- Comercio Transfronterizo (educación a distancia), 2.- Movilidad del consumidor (estudiantes extranjeros en Chile), 3.- Presencia comercial (sedes de universidades chilenas en el exterior) y 4.- Movilidad del proveedor (asesorías, dictado de programas conjuntos, entre otros)” (Argüelles: 2009)

--  Centrarse en los aprendizajes de los estudiantes y su concreción en las destrezas, habilidades y competencias que logran demostrar en comportamientos observables a través de evaluaciones continuas es otra de las características que adoptan las reformas de las universidades europeas

Los estudiantes criticaron y se opusieron a estas reformas universitarias de adecuación al mercado en la mayor parte de los países europeos: Italia, Alemania, Grecia, Francia, Turquía, Serbia y Croacia, pero aún así el proceso siguió adelante

Una de las críticas fue respecto al proceso de participación en la elaboración de los planes de estudio que se hizo viable a través de la designación de comisiones, pretendidamente técnicas que construían los nuevos planes y programas de estudio sin dar oportunidad a un debate abierto sobre la orientación de los cambios

Si algún lector de estas líneas, ha leído, aunque sea superficialmente las propuestas de cambio curricular y de estructura académica que están en proceso de elaboración en el Consejo de Formación en Educación y el proyecto de Universidad de Educación que está a consideración del parlamento, podrá ver la identidad absoluta entre el Proceso de Bolonia descrito y los documentos de nuestro país

Para quienes estén ajenos a estas propuestas intentaremos establecer algunas similitudes aunque -por razones de extensión- no podremos citar cada uno de los textos en los que se encuentran consagradas las ideas sino que remitiremos a los lectores a la bibliografía sugerida al final

En el proceso nacional, en primer lugar puede reconocerse la presencia de las Comisiones de carrera asesoradas por expertos supuestamente neutrales. Coincidimos con Falero en que “La subordinación del trabajo intelectual a esta lógica del experto tiene consecuencias devastadoras para la reflexión crítica”. (2013)

 A pesar de la presencia de los expertos, la centralidad de los niveles de propuesta y decisión radicaron en el Consejo de Formación en Educación, mayoritariamente designado por el poder político. Esto hizo posible que los puntos de partida de la reforma curricular fueran presentados desde el comienzo como innegociables: creditización, navegabilidad, enfoque basado en competencias y habilidades, semestralización, paradigma de los aprendizajes, evaluación entendida como “proceso de recolección de evidencias sobre el desempeño competente del estudiante” para nombrar los más relevantes.

 Son además coincidentes con las recomendaciones internacionales y con la expectativa de integrarnos al mercado educativo de la sociedad del conocimiento nacional e internacional

Sin embargo es necesario aclarar que en nuestro país el discurso de las políticas educativas no es descarnadamente economicista. Si bien todos los ingredientes están presentes, se encuentran adecuadamente edulcorados por un tono progresista que no cambia el fondo pero hace más difícil el análisis y el debate público pues permite a sus defensores encubrir eficazmente los fines implícitos

En el caso de la formación docente por ejemplo el enfoque apenas mencionado de los derechos humanos, incluso el de la autonomía y el cogobierno se mezclan con elementos de clara tendencia tecnocrática como lo son la creditización, el desarrollo de competencias y la evaluación de desempeños

No resulta extraño que la vinculación entre el proceso de creación de la Universidad de Educación y el proceso de Bolonia no integre el discurso que analiza el tema desde la Universidad de la República pues ella ya se ha incorporado al menos parcialmente al mismo mediante el acortamiento de las carreras de grado, el pago de la mayoría de los posgrados, la creditización y la competencia para el financiamiento externo de sus investigaciones

Desde formación docente, la necesidad de marcar la cancha de los cambios curriculares y académicos y orientarlos con certeza hacia los fines económicos del proceso de Bolonia se evidencia en la urgencia de cambiar el Plan de estudios 2008 (producto de un proceso de dos años en el que participaron docentes y estudiantes) por la actual propuesta 2018 y cambiar el marco normativo que rige el acceso a los cargos y la regulación del trabajo docente antes de crear el nuevo ente autónomo Universidad de Educación

 Parece ser el momento ideal para crear procesos pseudo participativos que pueden manejarse con comodidad y presentarlos como procesos de transición y de legitimación hacia la universidad que se anuncia como autónoma y cogobernada

Las autoridades políticas tienen motivos para no confiar en la participación efectiva de los involucrados a favor de estas tendencias pedagógicas. En el 2017 los colectivos docentes y estudiantiles elaboraron documentos de rechazo de la nueva propuesta curricular en varios institutos del país (IPA, IINN de Montevideo, IFD de Canelones entre otros)

Por esta razón, para garantizar la consolidación del formato anticipado de la nueva malla curricular y la nueva estructura académica se propone en el proyecto de Ley de Universidad de Educación, a estudio del Parlamento, unas insólitas disposiciones transitorias en las que se integra un Consejo Directivo Nacional con tres miembros designados por el Poder Ejecutivo, uno por el orden docente y otro por el estudiantil, con exactas proporciones a las del Consejo de Formación en Educación actual dependiente del CODICEN. (Artículo 33)

No confiando en el proceso instalado y su popularidad, en el artículo 34 del referido proyecto se da un plazo de 48 meses (4 años) para convocar a las primeras elecciones para instalar a la primera Asamblea Nacional

En ese plazo se espera seguramente que toda una generación haya transitado ya por el sistema creditizado de formación de competencias y evaluación de desempeños, se hayan realizado los concursos para que los docentes accedan según estándares internacionales de titulación habiendo también podido dejar atrás el lastre de las viejas generaciones que aspiraban a obtener una Universidad con autonomía y cogobierno reales

Sin duda con la navegabilidad y movilidad, a nivel nacional se beneficiarán, aunque más no sea a corto plazo, estudiantes y profesores de formación docente porque podrán seguir su carrera de acreditaciones en universidades a nivel nacional e internacional en forma presencial o virtual. La Universidad de la República puede beneficiarse con los cargos y programas conjuntos, la infraestructura para continuar su proceso de descentralización y posiblemente algunos de sus egresados tendrán mejores cargos de dedicación total y mayor presupuesto para investigación ya que competirán fácilmente con los egresados de la vieja formación docente 

Las autoridades nacionales habrán podido mostrar algún logro en el sentido recomendado por el Banco Mundial y la OCDE en un clima nacional que hace demasiados años que cobra cuentas por la falta de avances

Esto no significa que todos los intereses involucrados vayan en este mismo sentido. Me consta la existencia de buenas intenciones que intentan avanzar en el logro de una formación docente con auténtica autonomía y cogobierno pleno pero me parece que en este contexto hay muy escasas probabilidades de que estos legítimos intereses se impongan a los que venimos cuestionando anteriormente si antes no sacan a luz y confrontan con las intenciones de mera adecuación de la nueva universidad a las tendencias economicistas internacionales.

Aunque los lectores hasta aquí vinieran compartiendo la tesis de que este proceso de la UNED incorpora a la formación docente a las tendencias económicas del capitalismo cognitivo y que hay una mercantilización del conocimiento implícito, resta preguntarse ¿Por qué no hacerlo?

 ¿Por qué no incorporarse a la “sociedad del conocimiento”, por qué no “modernizarse” y aceptar la realidad del triunfo universal e inexorable del capitalismo global?

Y aunque esto requiere necesariamente otro artículo, es necesario decir que la educación no puede dejar de preguntarse por los fines antropológicos y sociales que se propone cumplir. En este sentido observar que esta sociedad que algunos llaman de hiperrendimiento explota nuestros cerebros y nuestra libertad como antes lo hizo con nuestros cuerpos el capitalismo industrial. Los exprime hasta el colapso mental, el burnout, la depresión, el sufrimiento laboral y hasta el suicidio. (Byung Chul-Han,2012 Dejours,2003 )

¿Es hacia allí que queremos orientar los pasos de las nuevas generaciones o preferimos recuperar el desafío de buscar difíciles pero necesarias alternativas?

Ser universitarios o no ser, ¿esa es la cuestión? O en caso de serlo ¿Qué universidad queremos y para qué fines?

 Las respuestas deberán ser necesariamente colectivas

A cincuenta años del mayo francés la frase de Marcuse aún conserva su más profundo sentido transformador: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”

Aquellos estudiantes sabían lo que querían de la universidad, ser educados para la autodeterminación. Espero y confío en que los nuestros también sean capaces de desearlo y de conquistarlo.

Referencias bibliográficas:

 Argüelles, Patricia El proceso de Bolonia en América Latina: caso Chile setiembre 2009 recuperado en http://www.institut-gouvernance.org/es/analyse/fiche-analyse-435.html

Banco Mundial Notas de política: Uruguay desafíos y oportunidades 2015-20120 (2015) Diego Ambasz y otros recuperado en http://documentos.bancomundial.org/curated/es/992291467993179877/

Falero, Alfredo (26-27 de julio de 2013) Informe final del Encuentro popular de Educación del Uruguay Montevideo OCDE Revisión de Recursos Educativos Uruguay (2016) Santiago, Paulo y otros http://www.oecd.org/education/school/

OECD %20Reviews%20of%20School%20Resou rces_Uruguay_Summary_ES.pdf

Bibliografía:

Bolón, Alma Ferrer, Walter (12 de mayo 2017) La cuerda dispuesta para tropezar Brecha recuperado en https://brecha.com.uy/la-cuerda-dispuesta-tropeza/

 Dejours, Cristophe (2003) La banalización de la injusticia social Bs. As. Topía

 Comisión de Carrera Nacional de Magisterio (abril 2017) Informe de avance CFE Montevideo

 Comisión de Carrera Nacional de Profesorado (junio 2017) Informe de avance CFE Montevideo

Han, Byung Chul (2012) La sociedad del cansancio Barcelona Herder

Ley General de Educación N°18437(2009) Montevideo IMPO

Marrero, Adriana (6 de abril 2018) La universidad de educación: ¿Será posible una síntesis? Brecha Recuperado en https://brecha.com.uy/la-universidad-la-educacionsera-posible-una-sintesis/

Proyecto de Ley de Universidad de Educación (18 de diciembre de 2017) MEC

Sabini, Sebastián Otra Universidad, ¿no será mucho? (23 de marzo 2018) recuperado de http://columnistas.montevideo.com.uy/uc_303171_1.htm


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