21.MAY.18 | postaporteñ@ 1909

La Memoria Colectiva Borrada, Sus Apropiadores Y Otro Tópicos Relacionados

Por c.e.r.

 

Posta Porteña ha reproducido en su edición del 19 de junio del 2018, un viejo articulo del Sr. Hugo Fontana, fechado el 25 de noviembre…del 2006…de “El Observador”

 Hugo Fontana es autor de un malísimo intento de biografía del Sr. Héctor Amodio Pérez que se titulo “La Piel del Otro”, donde hacía un rejunte de rumores infundados, versiones difusas y falsedades varias, de las que circulan entre “confundidos que andan en la vuelta”, expertos de morondanga y, macaneadores de café. Con esos “materiales” produjo un mal libro de falsos rumores.

Cuando en el 2013 Héctor Amodio Pérez reapareció, se encargó en unos cortos párrafos de poner en su lugar a su falso “biógrafo” no autorizado.  Todo el librito era un rejunte de patrañas, sin asidero con la realidad, pero vendible en el mercado (triste mercado!!!) nacional

En el viejo reportaje, David Cámpora, reseñaba “su historia” del “archivo” homónimo que, finalmente, había entregado a los que saben verdaderamente de Historia, y quiso el destino que su elección recayera en la Facultad de Humanidades y Ciencias.

En honor a la verdad histórica debe señalarse que el “archivo Cámpora” tiene en “el Chichí” un simple depositario de materiales recogidos con paciencia por decenas de otros compañeros y que estos los trajeron de sus exilios a cuestas. Durante los 9 años que estuvo preso, otros que eran libres intentaron pensar, trabajaron, produjeron.

El producto fueron materiales, documentos, polémicas, todo eso fue traído y donado gratuitamente. Es la base material –los documentos- del archivo.

Sin embargo –atención!!!- no están allí la correspondencia particular de decenas de militantes: fundamentaciones de porqué se alejaban, observaciones críticas a conductas, y un largo etc. que recibieron los propios mandamases y que jamás entregaron a archivo alguno porque se les recriminaba su conducta.

Ni hablar de las recriminaciones orales que recibieron a lo largo de todos estos años en cada ocasión pública de encuentro. Los recriminados pusieron cara de duque en mesa de juego, y no dejaron ningún testimonio de esos episodios. Los conocen solo los testigos presenciales. Es desde esas fuentes, orales, que perduran y perduran, porque los sustenta la integridad moral, de los militantes que conocieron los episodios

Las “vacas sagradas” del viejo MLN, que siempre fueron un desastre para la organización y el cuidado de lo que aporta la militancia, encontraron en David Cámpora un excelente cuidador, su trabajo fue el de intentar sistematizarlo, conservarlo y ordenarlo.

De cualquier manera este viejo reportaje del 2006, tiene un mérito: esbozar un proyecto de publicación del mismo archivo (y hasta digitalización del mismo) que no pudo cumplirse. Ni ese, ni los esbozos de libros (los “mosaicos” de 175 páginas) que el entrevistado pensaba publicar y que no publicó hasta la fecha.

En honor nuevamente, a la verdad debe decirse que “el Chichí” Cámpora, lo único que publicó es un libro que lo tiene a él por personaje central, pero que es de la pluma Ernesto González Bermejo y que se llamó “Las manos en el fuego”. Al “Chichí” no le dio para más el cacumen.

En realidad David Cámpora, el “Chichí” es solo un contador y como tal un tecnócrata.

De política no entendió nunca mucho o, mejor dicho, no entendía nada.

Su compromiso era antes que nada moral, como tantos otros. Metido a ordenar materiales políticos y algunos de esos documentos de extraordinario poder explosivo, era como un dentista metido a veterinario, se perdía y se desorientaba, la densidad de los materiales lo abrumaba.

Pero también conocía y eso sí, potencialmente era muy peligroso. A lo largo del reportaje deja varias referencias a la peligrosidad de esos conocimientos que toda su militancia anterior - desde el 68 - mas los 9 años de prisión –en el Segundo Piso, donde estaba “la pesada”- no podían abarcar. Hasta su liberación en 1980 había sido un militante más, compartimentado, sin elementos para hacer “la síntesis”, que estaba en manos de otros, en la cúspide de la pirámide.

Enfrentado a los documentos, más de una firme convicción se le tambaleo, por eso a su vuelta señala que “precisaba estudiar y discutir”, se había quedado “sin elementos”. Y eso para las “vacas sagradas” era un síntoma muy peligroso. Se podía escapar de control y empezar a pensar por sí mismo. Fue, exactamente, lo que le sucedió.

En el 2006 David “el Chichí” Cámpora todavía estaba bajo el influjo del Eleuterio Fernández Huidobro, pero ya estaba “perchado”. Había sido uno de los tantos miembros en minoría de un Comité Central, que estaba para el adorno, y entre los cuales, la guadaña del trío nefasto Eleuterio Fernández Huidobro, Julio Marenales- y pronto José “Pepe” Mujica- ejecutarían sus “cortada de cabezas” por un lado y, sus “perdones” a otros, verbigracia la sancionada “Tronca” Topolansky, su conyugue.

Los avisados, tuvieron tiempo de retirarse y dejar constancia del hecho con sus renuncias honrosas: se negaban decididamente, a ser “comparsas” de la farsa organizativa.  El  “Chichí” no puede contarse entre ellos.

El 2006, a dos años del triunfo electoral del 2004, marca también el comienzo del ocaso político del Eleuterio Fernández Huidobro y de Julio Marenales. La nueve estrella del firmamento interno pasaba -poco a poco- a José “Pepe” Mujica y su conglomerado de adláteres que convertirían, en unos pocos años, al MPP, en el EME-Pepismo.

 Para el 2009, la transformación estaba culminada y el EME-Pepismo era “la fuerza que el Pepe construyo” como rezaba el slogan electoral del período, en el cual, entre el Pepe y Astori harían “el País de Primera”

 Lo que fue de aquella unidad circunstancial entre polos opuestos lo conocemos todos hoy día, con el diario del lunes en la mano: una bolsa con gatos feroces a dentellada y arañazo limpio, adentro….Y una pésima gestión gubernamental.

Pero volvamos al reportaje de marras del 2006…

A David Cámpora lo van a esperar, en 1985 al Aeropuerto –según en entrevistado- tres discretos enviados del dúo Fernández Huidobro y Marenales: “hay que trabajar” le señalan perentoriamente sus enviadores y, de “discutir y pensar”… nada de nada.

El “viejo aparato” funcionaba así, órdenes de arriba y compartimentación, aceptación y obediencia desde abajo.

Desde abajo se alimenta a la cúspide con información, contactos, aportes, recursos; lo almacenado y acopiado, lo digiere la cúpula y lo distribuye según su saber y entender.

 La pirámide perfecta, donde unos van “de trueno” y para otros es “la llovida”

 David Cámpora parece que ignoraba este secretito básico, este ABC elemental, cuestión que con su oficio de contador, o sea administrador de empresas (donde se conocen “los secretos” de los patrones, la doble contabilidad a efecto de eludir impuestos), se nos hace muy difícil de digerir. Sabiendo, como sabemos hoy, su rol en las negociaciones del 72, su papel concreto como enviado desde “el Florida” al cuartel “de la Paloma”, la cuestión es aún, más increíble.

Pronto, sin embargo y, a partir de algunas responsabilidades que se le otorgan, la confianza ilimitada se le irá licuando.

El tema es más interesante de lo que parece, porque todo estaba registrado, pero sin ordenar. Apenas empezado a ordenarse, sistematizarse, toda una serie de bellaquerías, abusos, violaciones de la legalidad elemental, abusos de la confianza colectiva y fechorías, saltaban a la vista.

Hasta los más leales y fieles, ocupados en las tareas que les delegaban no podían evitar contemplar el puñado de desaguisados y violaciones de la confianza que se habían realizado. Una sarta de “desprolijidades” que demostraban a las claras, que “algo” andaba funcionando muy mal.

Que lo que antes había podido eludirse bajo las reglas de la clandestinidad, la compartimentación y la necesaria reserva elemental, habían sido violadas y eran violadas de una manera escandalosa.

 La misma experiencia le pasará a otros militantes:  el “Lalo” Gallinares cuando se le otorguen la tarea de ordenar como se gastaron, los aportes financieros percibidos desde el exterior, “para los compañeros” lo comprobará.  Apenas pasen ante sus ojos los recibos y perciba que Eleuterio Fernández Huidobro, “retiraba sin dar cuenta”, pasará a ser “un hijo de puta” para el  Eleuterio.

Y lo mismo sucederá con Aníbal De Lucía, el “Caqui”, cuando tenga una discusión seria y abierta con el mismo Eleuterio, sobre la interpretación de ciertos hechos que Aníbal conocía perfectamente bien como para que le pasaran gato por liebre. Con Aníbal De Lucía le sucederá que se le abre una “investigación”, que le será arbitrariamente levantada, el día del entierro de Raúl Sendic, porque Marenales lo solicitaba para “la guardia de honor”

Aníbal De Lucía, le señaló al mensajero (que era el “Bicho” Bonomi), que no aceptaba el honor que se le ofrecía, mientras estaba siendo “investigado” y, con su honor personal salvado, con hombría y con dignidad, se retiró de la “cueva” que presidía Marenales, uno de los principales difamadores y complotados contra el Sendic vivo, pero al cual le servía el Raul Sendic muerto

A David Cámpora le pasará que el libro que le escribe González Bermejo, a pesar que las finanzas de su venta (20.000 ejemplares) pasará al MLN, se lo “rechazaron” según consigna en el reportaje (el libro, no la plata)

Y peor le irá con un artículo sobre Píriz Bude, un intento de investigación de como un militante se convierte en un “traidor”, también le será vetado y peor aún se le sustituirá en “Mate Amargo” por un artículo de Fernández Huidobro donde se daba toda posible investigación sobre ciertos hechos por “cerrada”

En el reportaje de marras, interrogado por el periodista, David Cámpora “el Chichí” –aunque apremiado por las circunstancias de las cuales sabe bien el origen, titubeará- le dieron una excomunión al libro, le vetaron un artículo de investigación, no le pagaron al personal que había contratado con los recursos que había conseguido en Alemania (otra vez el gran agujero “negro” del despilfarro y la mala administración), lo ningunearon de todas las formas posibles apenas empezó a ver y contemplar lo que estaba prohibido y, finalmente, lo terminaron perchando en el banco de suplentes.

No servía, no era incondicional. Había llegado la época de los alcahuetes sin condiciones. Valía más un pillín, un sinvergüenza, un “negrito” cebador de mates y lleno de malas mañas, que un militante probado desde el año 68, con título universitario y una moral clase-media estándar. La hora de los corre-ve-y-dile, de los oportunistas y de los chupamedias sin escrúpulos ni moral, había llegado.

A esta altura de este intento de artículo, es necesario señalar, que lo que se consigna en el viejo reportaje del 2006, republicado por “La Posta”, la “historia oficial” del MLN-Tupamaros seguía siendo los tres primeros tomitos del Eleuterio Fernández, historia que reverenciaba y ensalzaba toda la prensa oficial uruguaya burguesa, aunque de vez en cuando y ante algunos secretitos que ya iban apareciendo, le pusieran también sus palitos en las ruedas.

El culmen vendrá en el 2009 con las declaraciones “del detenido especial” Eleuterio Fernández Huidobro (viejas, de 1977), las dio a conocer algún sector de la Inteligencia militar, pero ningún “órgano serio” de los medios del “cuarto poder”, es decir la radio, la prensa y la televisión, se dignaron a preguntarle al entonces Senador Eleuterio Fernández Huidobro, si lo consignado era verdad o mentira. Ni un solo órgano de prensa burguesa (o sea diarios, semanarios, radio y televisión), los establecidos y los del “progresismo”

En 2006, Cámpora, desconocía lo que vendría en el 2009, pero ya contaba con suficientes elementos para inferir lo que vendría. No pueden haberlo tomado por sorpresa. Demasiados viejos militantes lo comentaban porque su defensa de los militares en el Parlamento, mostraba muy a las claras que en el tema había “gato encerrado” y que “eso” tenía que ver con “lo pasado” en las prisiones y el cautiverio.

Pero en el reportaje del 2006, David Cámpora, tampoco dice toda la verdad. No es cierto como señala en su artículo-reportaje que Eleuterio Fernández Huidobro hubiera dado por cerrada su “historia oficial” en el año 1968 y dejara para un “colectivo” eventual el resto.

En 2006, ya estaba publicada por el Eleuterio y su  antigua cónyuge Graciela Jorge Pancera ( “Chile roto” edic. chilena 2003) una interpretación sobre los hechos de Chile. Y además estaba publicada otra interpretación que trascendía el año 68, su libro “En la Nuca” (2001), la calumnia más calificada de este personaje, contra el ERP argentino.

El viejo reportaje de Hugo Fontana, sin embargo tiene su valor. Residual sin duda, pero valor testimonial al fin, que hay que analizar con todas las antenas de punta. Chequeando cada afirmación para separar los granos de verdad que contiene, de las muchas inexactitudes que también porta.

Hemos dicho ya que todavía en el 2006, David Cámpora perchado e intentando tomar distancias –como tantos otros- estaba sin embargo bajo la influencia dominante de Eleuterio Fernández Huidobro. Reproduce por tanto, criterios que habían sido estampados y orientados por aquel a “la interna”

Como miembro del Comité Central se apresurará a caracterizar como una “locura” del Bebe la propuesta de “disolver al MLN. Veamos las palabras que estampa Hugo Fontana en su reportaje aunque omite las comillas: “Cuando comienzan las reuniones del Comité Central, él plantea, medio a lo bestia, medio a lo canario como él planteaba las cosas: ¿porque no disolvemos el MLN? En ese momento me indigne ¡Esta loco?¡ Con todo los que nos costó…”

Hemos subrayado “lo medio a lo bestia, medio a lo canario”, que no lo está en el original porque es testimonial del ambiente del Comité Central de la época en que le tocó actuar.

 Era el mismo Comité Central, en el cual se urdía el complot contra Sendic porque estaba “loco” y por el otro ante cada militante que le fuese leal, se le argumentaba que no eran convenientes los “cultos a la personalidad”

Pero también eran los tiempos en que cada antigua “vaca sagrada” hacía y disponía lo que se le cantaba y no había contralor alguno. Cada “jefe” se mandaba “su libretazo” particular.

Después –y si la cosa tomaba estado demasiado público- hacían el “Clearing” interno y se perdonaban cada uno de ellos sus libretazos y/o excesos particulares.

En su informe interno, Maneras Lluveras, estampó con notable exactitud el clima disolvente y señaló con rigor todos estos vicios que le tocaba contemplar y testimoniar ( ver Carta de Manera Lluveras del 6 de junio de 1988, en “Donde hubo fuego”, Adolfo Garcé, págs. 236-243, especialmente el apartado “Cúpula” pág. 239, cuarta edic. 2009)

En la misma expresión de reprobación a la propuesta de Raul Sendic de “disolver el MLN” (Esta loco. Con todo lo que nos costó…) está presente la dicotomía básica: lo hecho era obra de todos en el pasado, pero en el presente, lo manejaban unos pocos. Comprender ese presente, donde los viejos vicios del “aparatismo” anterior se exacerbaban, fue el dilema tardíamente comprendido por todos.

Hoy está establecido pero en aquellos años, solo muy pocos lo avizoraban. Raúl Sendic, con todos sus errores (y hasta sus vicios) fue el primero de ellos. Seguía siendo “el águila” que volando más alto, venía venirse, lo que finalmente se impuso.

Es el drama de toda la vieja izquierda uruguaya y algunos de sus líderes. A Raul Sendic le paso que el tiempo, su enfermedad, ayudaron a que “se le diera vuelta la taba” y que el destino con la vejez, lo derrotaran.

De todos aquellos criterios equivocados y falsos, que llevaron a derrotas que se pagaron con sangre, las nuevas generaciones deberán sacar enseñanzas. Aprender a reclamar derechos básicos como militantes. Aprender a que las organizaciones deben tener una estructura que garantice que el Buro Político o el Comité Central o, los órganos de dirección, deben tener –independientes de ellos- órganos de contralor.

Aprender a que las organizaciones sean cuales fueran las condiciones de funcionamiento deben tener una legalidad básica, válida para todos los militantes, independientemente de su posición en las estructuras. Los movimientos, los partidos, las organizaciones no deben fetichizarse, son instrumentos en la lucha de clases de la sociedad moderna, simples instrumentos que la militancia organizada debe controlar.

El viejo MLN-Tupamaros, la expresión más alta de la lucha de clases en el Uruguay de los años 60 y 70, muy superior a toda la vieja izquierda parlamentaria y reformista, pertenece hoy a la prehistoria.

Lo que subsiste y quiere vestirse con sus viejos andrajos, es el EME-Pepismo que pronto morirá como el caudillo electoralista y reformista que hoy la acaudilla, rodeado de una camarilla gubernamental de alcahuetes y adulones, muchos de ellos corruptos. A través de ellos no habrá ninguna “liberación nacional” ni mucho menos “socialismo” alguno.

Con estas notas pretendemos contribuir a defender lo que desde hace mucho tiempo sostenemos. El camino no pasa por renegar de lo hecho, sino someterlo a un escrutinio impiadoso.

Y entendámonos, aquí no se trata de ninguna “vuelta” a partidos burgueses, que algunos quieren llamar “fundacionales”. Las inmundas divisas que nacieron en la batalla de Carpintería para diferencias las  huestes de dos ególatras. Nada de eso. Esos partidos bien muertos están ante la opinión pública actual. Los mata su mismo pasado espurio.

Nuestra mira esta puesta en la izquierda. Una izquierda que no plantee adaptarse y convivir con el capitalismo. Una izquierda que lo supere, que vaya más allá del mismo. Una izquierda que sea capaz de luchar y convocar a lucha y a la victoria por la sociedad “de los productores, libremente asociados”.

Una sociedad donde los explotadores deben ser eliminados sistemáticamente y cueste el tiempo que cueste. Arriba los que luchan!!!

Vale c.e.r.


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