25.MAY.18 | postaporteñ@ 1910

" DE ESTO NO SE HABLA. LOS SILENCIOS SOBRE LAS REHENAS DE LA DICTADURA URUGUAYA "

Por Rosa Marisa Ruiz /CEIL

 

Uruguay es uno de los países del Cono Sur cuyas políticas de memoria, tanto oficiales como las propulsadas por las víctimas, fueron tardías y escasas (1)

A la salida de la dictadura, se publicaron algunos textos “fundacionales” de ex presos varones, integrantes del Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros), con una perspectiva épica y partidista (2)

En relación a los testimonios de mujeres, cualquiera fuera su condición de víctima o familiares, recién en el siglo XXl (3) comenzaron a aparecer relatos en diferente formato. La mujer era y es invisible para la historia uruguaya y su imaginario colectivo.

Por Rosa Marisa Ruiz  : Historiadora. Centro de Estudios Interdisciplinarios Latinoamericanos (CEIL)-Grupo Multidisciplinario de Estudios de Género, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, Uruguay

El Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) fundado en los ’60, en Uruguay, tuvo un momento de inflexión y derrota militar en 1972 (4)

 Entre este año y 1973 la organización se desmanteló. Entre junio de 1973 y marzo de 1975, un grupo de once presas (5) fueron trasladadas del Penal de Punta Rieles a cuarteles y entraron en un sistema especial de encarcelamiento, llamado por ellas, “la rotación”

 Este dispositivo consistía en su traslado en pareja, cada cierto tiempo, a diferentes lugares del departamento de Montevideo. Les fue advertido por las autoridades militares que cualquier acción del MLN, les costaría sus vidas. Lo mismo sucedió con un grupo de militantes hombres (6) , cuyas peripecias fueron conocidas y que, a la salida de la dictadura, tuvieron un amplio reconocimiento mediático. Las rehenas mujeres fueron reintegradas al Penal de Punta Rieles, en 1976, porque una de ellas, Jessie Machi, se embarazó voluntariamente de un preso político en un cuartel.

El objetivo de esta ponencia — que está inserta en un trabajo en etapa final donde nuestro principal objetivo ha sido rescatar la historia de estas mujeres, realizado con el cientista social Rafael Sanseviero— es con este grupo de mujeres como referente, reflexionar sobre el ocultamiento y /o silencio sobre la situación de las mujeres, en la narrativa histórica de la dictadura.

 También pretendemos trabajar sobre los tiempos de las memorias y sus diferentes características en los relatos de hombres y mujeres. Hay estrategias de escritura y de presentación de la misma, acordes a ciertas miradas políticas, los por qué de estas estrategias son el meollo de nuestra investigación. En primer lugar nos referiremos a como estas mujeres, así como el mundo que las circundaba, manejaron ambiguamente su identificación como rehenas, en segundo lugar, analizaremos las estrategias de las primeras memorias masculinas y en tercer lugar estudiaremos la articulación de los motivos por los que ellas volvieron al Penal de Punta Rieles ocho años antes que los hombres, con el silencio que las rodeó a la salida de la dictadura.

1) Imaginemos que la mujer existe

La invisibilidad de las mujeres forma parte de una visión del mundo con determinadas interpretaciones históricas, que al ignorar los hechos de algunas actoras, posibilita el armado de un discurso histórico excluyente. Esto repercute en el futuro porque muchas veces, el no reconocimiento, el silencio, consiente en llevar adelante determinadas políticas discriminatorias hacia el futuro. Si la “historia del tiempo presente” (7) no se detiene en la actuación de las mujeres como sujetos para ser historiados, tampoco lo hicieron, hasta el siglo XXl, ni las protagonistas, salvo excepciones, (8) ni los grupos políticos, a los que pertenecían

El rasgo distintivo de las “rehenas” es que llegaron a una situación de excepcionalidad, sin que nadie, ni ellas mismas pudiera explicárselo, que fueron torturadas, que permanecieron aisladas y que salieron de esa situación porque una de ellas se embarazó. Es muy difícil sacar a la luz las experiencias de un grupo si ese mismo grupo no se autocalifica y /o auto reconoce. Este ocultamiento ¿empezó con la dificultad de ellas mismas para reconocerse?

2) Ser rehenas ¿ellas lo supieron, dijeron, recordaron?

Varias de las rehenas relataron una instancia, inmediatamente o poco tiempo después del traslado de Punta de Rieles a los cuarteles, donde se les comunicó su nueva situación. Maria Elena Curbelo se enteró en el Hospital Militar a través de un oficial “… me dicen que estamos en situación de rehén, que si el MLN hacía algún accionar fuera, nosotros íbamos a pagar con, con nuestras vidas… y que cuando me den el alta, enseguida que me operen voy a ir para ahí [del Hospital Militar a un cuartel]( 9)”

A alguna se lo dijeron explícitamente, otras fueron percibiendo los signos: incomunicación, traslados continuos que comenzaron siendo cada veinte días, después cada mes y medio, hasta llegar a ser por períodos de tres meses. Pero nunca hubo reglas fijas, acerca de esto y siempre circularon por los cuarteles del departamento de Montevideo.

Es muy interesante el relato de Antúnez sobre cómo le fue comunicada la noticia: “Primero llegué… estuve ahí, nadie me decía nada.. Después vino, el teniente coronel Arregui… muy formal y me dijo… solo, sin oficial ninguno, y me dijo, con todas las letras... “Usted está acá de ahora y no sabemos hasta cuándo. Posiblemente nunca salga de acá” ... “Usted está en una situación tal que si llega, afuera, sus compañeros mueven un dedo, usted va a pagar las consecuencias” ¡Con todas las letras! ”

 Un reconocimiento público contemporáneo –excepcional apareció en el primer libro de cartas de Flavia Schilling, publicado en Brasil en 1978, redactado por su padre Paulo Schilling: “En este punto, junio de 1973, Flavia fue retirada de la prisión de Punta Rieles y llevada a sucesivos cuarteles con ocho compañeras. Era considerada como una de las peligrosas según un criterio de selección absurdo… La tremenda experiencia (que Flavia describe en parte en las próximas cartas) se prolongó por más de tres años. Régimen de calabozo, incomunicación total , humillaciones provocaciones de todo tipo ( inclusive , en dos oportunidades, tremendos castigos corporales), transferencias constantes y sin previo aviso de un cuartel para otro, eran parte de un plan trazado por los sicólogos al servicio del régimen militar uruguayo, cuyo propósito era llevar al aniquilamiento físico de los presos considerados como irrecuperables” (Schilling,1978:57)

Maria Elena Curbelo fue liberada, debido a la gravedad de su enfermedad en 1978 y organizó un dossier de denuncia en el exterior. Era un detallado recuento de la situación de rehén, refiriéndose a nueve mujeres y nueve hombres, con nombre y apellido. Allí se relataba la vida cotidiana de un rehén/rehena, poniendo ejemplos de los dos casos y señalaba que “el mayor hostigamiento a las mujeres es la amenaza constante de violación” (10)

También hacia énfasis de la terrible soledad en que transcurrían las vidas de estas personas “el rehén está sepultado en vida” (11)

Jessie Machi nos relató que ellas nunca usaban la palabra rehén –menos aún rehenas–para describir la situación que vivían. Cuando volvieron al Penal de Punta Rieles se autodenominan y les decían “las de la rotación” pero: “En cambio los compañeros sí, ya a esa altura les decíamos rehenes. Ahí hay un rasgo, bien, en el sentido…, de género ¿no? Ellos eran los rehenes y nosotras las de la rotación, bailando unos boleros ¿no?”(12)

Margarita Michelini, una ex presa, militante del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), con una hermana en condición de rehén durante un año, (13) recordó que cuando estaba presa en Punta Rieles, a las compañeras que habían sido rehenas las llamaban “la ronda” y “también le llamaba así Echeverría, un teniente S2 que las conocía a casi todas y cuando estaba de guardia hacia pasar ese tema por los parlantes, hacia pasar esa canción”(14)

Aún en 2006, en una entrevista a Lía Maciel, ella reconoció irónicamente “Si tú le preguntás al Ñato [Eleuterio Fernández Huidobro] quienes son las mujeres que estuvieron de rehenes, el Ñato [te contestaría] ¿Qué? ¿Cómo? te va a decir. Capaz que te dice: Ah sí, Jessie Macchi. Capaz. Estoy segura de que no sabe” (15)

En otro acercamiento al tema, Raquel Dupont dice “A mí no me castigaban, no me pegaban como a los compañeros, ¡porque hay que ver lo que han sido los rehenes compañeros! Porque cuando dicen: “Vos también fuiste rehén” Ah! pero no me digas que vas a comparar, que los metían adentro de un aljibe, los dejaban solos, no los dejaban ir a orinar siquiera. !! ! Que algunos se tomaban hasta las orinas! Pero escúchame, por favor. No, no, no, no. Este, ellos eran, tan machistas son, que tratan mejor a las mujeres, justamente.

Entonces yo no voy a hacer un drama, decir: “Ay, porque nos destrataban” ¿Qué nos destrataban? Escúchame, las cosas normales que te pasan si caes en las manos de estos milicos fascistas ¿qué te van a decir? ¡Ay que divina que sos”! (16)

Siguiendo esa línea, Estela Sánchez, que casi no recuerda el entorno de cuando fue llevada a los cuarteles, describió su estadía en los mismos, con múltiples problemas de salud, pésima alimentación, sensación de inseguridad total y encierro casi sin salidas por 24 horas en una celda, aunque aclaró: “[el machismo de los soldados se manifestaba] en proteccionismo, nunca nos trataron tan mal como a los hombres, jamás, nos trataron mal pero nunca nos trataron… nunca nos pusieron en un pozo inmundo... El peor lugar que estuvimos… que era horroroso, era San Ramón que el calabozo tenía dos metros por uno, y no te daba ni pa moverte y era oscuro, y eran unas caballerizas que habían adaptado para calabozo.., y ..Por ejemplo en San Ramón me dejaban hacer manualidades o me dejaban pintar… Y nosotros seguimos pidiendo siempre, eso no lo aflojábamos nunca, viste, porque tratábamos de conservarnos bien…”(17)

Si ella mismas no se reconocían como rehenas, si las palabras con que se auto designaban y las designaban las demás eran otras, a la salida de la dictadura, su protagonismo desde ese papel y como consecuencia, de todo lo anterior, se diluyó. La mayoría de ellas, tomaron otros rumbos. A la salida de la cárcel, optaron por resolver sus “asuntos pendientes”: estabilizar o iniciar parejas, tener hijos, terminar sus proyectos académicos y de los otros, dejando atrás ese episodio.

 Las pocas que decidieron seguir en la militancia no creyeron importante, reivindicar su espacio propio de “rehenas mujeres”

3) El fin de las rehenas y de los rehenes, de la maternidad ocultada a las memorias “oficiales”

A los efectos de esta ponencia y sus objetivos, nos interesa destacar que Jessie Machi, fallecida en febrero de 2009, siempre sostuvo que su hija, era fruto de una relación con un preso político. Cuando los militares se enteraron, sometieron a Mario Soto (que reconoció legalmente a la niña como suya) a torturas sin fin. Este sobrevivió algunos años en la cárcel y ya estaba muerto, cuando el advenimiento de la amnistía a las personas presas políticas

Lo que nos interesa destacar, articulada con el silencio histórico que padecieron estas mujeres, son las reacciones que hubo sobre este episodio, de sus propia compañeras encarceladas, cuando volvieron al Penal de Punta Rieles.

3.1 Por la vuelta

En 1976, las condiciones del Penal Punta Rieles, de donde habían sido sacadas en 1973, se habían deteriorado de manera extrema, pero podían ser evaluadas por algunas de las rehenas, como “mejores” en comparación a los cuarteles. La población carcelaria había crecido y diversificado, habían llegado las presas comunistas y existía hacinamiento y temor. Es en medio de ese panorama cuando son devueltas las once rehenas, una de ella embarazada.

 Sobrevinieron tiempos difíciles para el entendimiento entre las compañeras. Posiblemente uno de los motivos de estas situaciones fue la propagación de todo tipo de rumores, vía bemba (18 ) por parte de los militares, dentro del Penal. Las presas que permanecieron en el Penal nos explicaron esto y el impacto de la llegada de las rehenes:

“…Yo no me acuerdo pero en el 75 ya aquello era, lo que nosotros llamábamos la militarización. Fue la etapa más dura, y más represiva dentro de la cárcel pero a lo largo del 74 cada vez que alguien se reunía a discutirlo venia la amenaza de que te podían sacar. Sobre todo no sabíamos muy bien que había pasado…para te hago un pequeño racconto rapidito porque paso en el 74, otras sacadas en el 75, ese endurecimiento terrible de la vida interna del penal. Teníamos que pedir permiso para ir al baño, rogar en la reja al soldado, había violencia física, calabozos, corte de visitas, calabozo por meses enteros, incomunicación… todo un ambiente… Entonces yo creo que toda esa etapa de endurecimiento interior había generado una especie de modo de vida, de actitudes defensivas y moral interna muy estricta un poco rígida en algunos aspectos… …. a mí no me dolía tanto lo que se planteaba como critica como dudas o como cuestionamientos y me permitió tener otra distancia y una relación con aquellas que se les retiró hasta el saludo…” (19 )

“Cuando ellas llegan al penal nosotros no teníamos dialogo, como que hay un bloque, nosotros éramos un bloque o sea porque también era una situación de autodefensa, de autodefensa en el sentido de que el [enemigo] era tan feroz, la situación era tan siniestra… nos sentíamos como presas de los cazadores… Nos habían cazado de alguna manera, la manipulación, el querer manipular, el querer de alguna manera transformar y docilizarnos… O sea eso provocó un aproximamiento, o sea nosotros nos cerramos al diálogo. No hablábamos. Ellas llegan de otra situación…Y tienen otra práctica distinta, eso en el caso de algunas de ellas se suma a que vienen muy cansadas, muy quebradas por toda esa situación… Eso de alguna manera los milicos lo registraron, ellos eran especialistas en esas cosas...Sabes actualmente que era lo que había pasado. La gente que pensó así, la gente que pensó que había sido una violación de los milicos. Duele. Creo que hubo más una opinión al principio, por lo menos entre la gente que me rodeaba a mí, bastante censuradora…Yo me acuerdo…. al principio quedé absolutamente sorprendida y anonadada porque nunca me lo hubiera imaginado, era de esas posibilidades que bueno por supuesto se pueden dar pero no lo esperas… Fue una decisión y bueno… como negoció con los milicos, con la guardia para que se diera…. En mi caso por ejemplo yo sabía , además yo tuve posibilidades porque me bajaron en seguida al sector de ellas y pude hablar con Jessie y me hizo todo el planteo de cómo ella pensó en esa situación y como se sintió rodeada de muerte y bueno como ella quiso causar una vida. No me pareció que por el hecho de ser Jessie Machi, por el nombre y todo lo que significaba ella, no me pareció censurarla. Yo la acepté pero hubieron muchísimas dudas, muchos reparos y hubo compañeras que se desmoralizaron con Jessie. Cuando se enteraron que había sido una decisión fue peor todavía (20)

Las once rehenas fueron concentradas a su llegada, en una celda grande, donde los únicos contactos con las demás compañeras, era la salida a fajina y al recreo. Esto duró hasta 1978 (21) Jessie relató, lo que a su parecer fue una “operación enchastre” sobre su embarazo, armada por los militares, que propagaron el rumor de que el mismo, era fruto de su relación con un militar.

La hicieron como tenían que hacerla [la operación enchastre], la hicieron bien. Porque en ese momento en el penal de Punta de Rieles existía un grupo de compañeras muy poco numeroso pero de mucha influencia… Eran vanguardistas, eran… como una secta … y entonces ellos [los militares] iban por allá y les decían: “¿Vieron su, su dirigenta?”… Porque así como en el resto del penal nadie les creyó nada y estuvieron muy de acuerdo con el hecho de que yo volviera embarazada, en el caso de ellas sí lo creyeron, o por lo menos lo pusieron en duda. Pero no lo hablaron conmigo, no se dedicaron a hablarlo conmigo sino entre otras compañeras. A mí simplemente me quitaron la palabra…Era un sector y unas pocas compañeras. Pero con mucha influencia, con una influencia política muy fuerte.

 A algunas de ellas yo ni las conocía de antes……Pero bueno, eso es toda otra historia que habrá que analizar cuando algún día se diga la verdad de la historia del penal de Punta de Rieles....”(22)

A algunas de estas once mujeres les quedaban siete años de cárcel, otras salieron en menos tiempo, entre el 78 y el 80 y la mayoría fueron liberadas entre 1984 y 1985. Jessie lo fue en marzo de 1985. En medio del “ caos” organizativo que significó, según Jessie la salida de los presos y las presas, la vuelta de los y las exiliadas y los problemas de todo tipo que debían ser solucionados cotidianamente, no se habló más del embarazo de Jessie y tampoco se mencionó prácticamente al colectivo de las once rehenas.

 4) Breve, solitario y final

Cuando hablamos de memorias desde la dictadura de diferentes grupos, sabemos que esos grupos están conformados por mujeres y hombres diversos. Si se hila fino, en esos grupos, hay distinciones en sus memorias emblemáticas, que pueden estar atravesadas por variables como clase y género. ¿Habrá una memoria emblemática de las mujeres en tiempos de dictadura? ¿Cómo detectar sus ribetes, sus orillas, sus especificidades aún dentro del mismo género, cuando hay diferencias de roles, de clases sociales?

Cuando estudiamos las memorias, (palabra en plural en esta investigación y en plural en los conciertos sociales) observamos que ellas están en disputa, buscan un sentido del pasado, pero lo hacemos desde el presente. Es desde este presente que estudiamos la memoria de las mujeres activistas y transgresoras.

4.1 Historiando las memorias

Cuando hablamos de las memorias masculinas, específicamente de los militantes del Movimiento de Liberación Nacional, señalaremos tres elementos que ayudaron a erigir las mismas como emblemáticas : primero, la conferencia de prensa de Conventuales, después de la liberación de las últimas personas presas en marzo de 1985, segundo la aparición del libro “Las manos en el fuego” de Ernesto González Bermejo, recogiendo el relato de David Cámpora, también en 1985 y tercero la publicación de “Memorias del Calabozo” de Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro en 1987

 La conferencia de prensa en Conventuales, donde aparecieron los rehenes hombres vivos (23) , excepto Raúl Sendic que por motivos de salud, prefirió enviar una carta, fue un momento fundacional de la memoria post- dictadura. Fernández Huidobro vocero de la misma, dijo: “Ustedes tienen que comprender lo siguiente: nosotros todos, pero muy especialmente los que fuimos rehenes, que vivimos hasta hace poco tiempo totalmente aislados del mundo ignoramos una cantidad de cosas…. Hemos estado enterrados vivos” (24)

En esta conferencia no se hace referencia a mujeres presas ni a mujeres rehenas, y como ya se ha dicho, la foto de esa conferencia vale más que mil palabras. El segundo elemento, es el texto “paradigmático” (25 ) de memorias del dirigente tupamaro David Cámpora, donde narró sus ocho años presos. En las cárceles uruguayas de la dictadura, la represión y el hostigamiento fueron cotidianos. Cámpora relató su pasaje por los cuarteles y sus años en el Penal de Libertad. Es un testimonio donde asumió la voz colectiva de esos lugares.

El tercer elemento, es una descripción de la vida de dos rehenes, contada a través de una conversación entre Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, con detalles de la terrible situación que experimentaron. No se menciona ningún episodio de traslados de mujeres y cuando Rosencof se encontró en el Hospital Militar con Maria Elena Curbelo, en su relato ex post facto, no señala su condición de posterior rehena, sino se refiere a ella como una compañera enferma grave, paralizada, y torturada, pero siempre con “una sonrisa tierna y enérgica”(26)

A diferencia de lo anterior, y como ya lo señalamos, las mujeres uruguayas en general se mantuvieron en un casi total silencio hasta que en el año 2000, un grupo de ex -presas políticas, realizó una convocatoria para que las uruguayas enviaran trabajos sobre lo que sintieron y vivieron durante la dictadura (27)

 También aparecieron una serie de libros de testimonios de mujeres ex presas políticas (28)

Nos interesa destacar que el episodio de las rehenas no fue prácticamente recordado ni por sus propias protagonistas ni por sus compañeras.

 A modo de conclusión

 

Con respecto a las memorias masculinas y femeninas, la resistencia de estas mujeres, tanto las rehenas como la de las otras presas nos hace reflexionar sobre que la prisión no fue un escenario “épico” sino de resistencia civil. La derrota política y militar y la prisión prolongada obligó (permitió, habilitó) a desplegar otros poderes; la prisión es un lugar para el desarrollo de las “estrategias del débil”, los poderes que despliegan los grupos subordinados.

No es un lugar para la gran épica de los “combatientes”

El relato contenido de “Memorias del calabozo” es masculino. Por eso, esa memoria “absorbió” y asumió la representación de todas las otras experiencias.

 Las mujeres también fueron rehenas pero no podían relatar en los mismos términos su experiencia y dejaron de serlo a través de un “episodio” o “acontecimiento”, el descubrimiento de que Jessie Machi está embarazada, que subvierte algo sustantivo en las memorias oficiales.

 Una de las “rehenas” quedó embarazada de un compañero dentro de un cuartel. Con el apoyo de su familia y de su compañera de “ronda” , conservó y defendió ese embarazo. Se trató de un acto de resistencia y subversión de sentidos de carácter radical. Una mujer (su cuerpo) en “situación de muerte” revertió desde ese, su cuerpo, las condiciones de muerte en una experiencia de placer y reproducción de vida. Ese embarazo de Jessie provocó el final del ciclo de “rondas” para ese grupo de mujeres y su reintegro al Penal de Punta de Rieles. “Los cuarteles no son lugares para mantener detenidas mujeres”, sentenciaron los militares. Se trató de un viraje positivo en las condiciones de prisión de las protagonistas, sus familiares y el conjunto de las presas sobre las cuales el “rehenato” dejó de pesar como una amenaza.

 ¿Por qué el cuerpo de mujer “puesto en acto de lucha” -empuñar un arma y matar “si es necesario”, montar una trampa, organizar clandestinamente, protagonizar una fuga, ser pasivamente torturado- es reconocido como legítimo, y el mismo cuerpo de mujer convertido mediante el ejercicio del derecho al placer y a la procreación como “medio de liberación” de una situación intolerable, permanece desde hace treinta años bajo sospecha?


1/ Un ejemplo seria la no existencia de comisiones oficiales de verdad hasta el 2000, cuando se creó una Comisión para la Paz, que fue ineficiente y no representativa de amplios sectores de la sociedad uruguaya.

2/ Entre otros, dentro del género testimonial: ROSENCOF, Mauricio, FERNÁNDEZ HUIDOBRO, Eleuterio, Memorias del Calabozo. Tomo l Montevideo: Túpac Amaru. Montevideo. 1987. 180 p. GONZÁLEZ Bermejo, Ernesto. Las manos en el fuego. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental. 1985. 274 p.

3/ Algunas excepciones serían CELIBERTI, Lilian y GARRIDO, Lucy. Mi habitación, Mi celda , publicado originariamente en 1987.http://www.cotidianomujer.org.uy/llili/l1.htm . Otra, y de manera contemporánea a la dictadura, con fines de sensibilizar a la población brasileña para obtener su liberación, fueron las cartas de la rehena brasilera Flavia Schiling, presa en Uruguay, publicadas por su familia: SCHILLING Flavia. Querida Família. Porto Alegre: Editora CooJORNAL. 1978. 73 p. SCHILING Flavia. Querida Liberdade. Sao Paulo: Global Editora. 1980. 126 p.

4/ Entre una extensa bibliografía sobre el Movimiento de Liberación Nacional, Tupamaros, citamos: ALDRIGHI, Clara. LA IZQUIERDA ARMADA. Ideología, ética e identidad en el MLN- Tupamaros. Montevideo: Trilce. 2001. 240 p. GATTO, Hebert. EL CIELO POR ASALTO. El Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) y la Izquierda Uruguaya (1963-1972). Montevideo: Taurus. 2004. 449 p. y LESSA, Alfonso LA REVOLUCIÓN IMPOSIBLE. Los tupamaros y el fracaso de la vía armada en el Uruguay del Siglo XX. Montevideo: Fin de Siglo. 2002. 346 p.

5/  Alba Antúnez, Maria Elena Curbelo, Raquel Dupont, Jessie Macchi, Flavia Schilling, Gracia Dry, Cristina Cabrera, Estela Sánchez, Lía Maciel, Miriam Montero y Elisa Michelini.

6/  Eleuterio Fernández Huidobro, Jorga Manera Lluberas, Julio Marenales Sáenz, José Mujica Cordano, Henry Engler, Mauricio Rosencof, Raúl Sendic, Adolfo Wassen Alaniz y Jorge Zabalza son los nueve rehenes hombres que fueron trasladados del Penal de Libertad el 7 de septiembre de 1973 a una rotación por parejas en cuarteles de todo el país, régimen que terminó el 16 de abril 1984, cuando fueron retornados al Penal de Libertad. CAMPODÓNICO, Miguel Ángel. Mújica. Montevideo: Editorial Fin de Siglo. 1999. 206 p. ROSENCOF, Mauricio, FERNÁNDEZ HUIDOBRO, Eleuterio. Memorias del Calabozo. Tomo lll. Montevideo: TAE. s/f. 207 p.

7/ Tanto en Argentina como en Uruguay, dos obras pioneras y actuales sobre este tema se intitulan: FRANCO, Marina, LEVIN, Florencia (comp.). Historia Reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Bueno Aires: Paidós. 2007. 340 p. y RICO, Álvaro (comp.). Historia Reciente, historia en construcción. Montevideo: Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos (CEIU). 2008. 311 p. Estos trabajos de recopilación no incluyen miradas sobre la perspectiva de género, las memorias de las mujeres o lo que estos temas aportarían

8/  CELIBERTI – GARRIDO, op cit

 9/ Maria Elena Curbelo. Entrevista personal en conjunto con Rafael Sanseviero en Bella Unión, Uruguay. Julio de 2005. Fuente Inédita.

10 / CURBELO, Maria Elena. Dossier de denuncia presentado en numerosas instancias internacionales, desde su liberación en 1978 hasta el advenimiento de la democracia en Uruguay en 1985. Documento copia mimeo

 11/ Curbelo, op cit. Documento copia mimeo.

12/  Jessie Machi. Entrevista personal en conjunto con Rafael Sanseviero. Montevideo, Uruguay, mayo de 2005 Fuente Inédita,

13/  Elisa Michelini fue traslada a esa condición en marzo de 1975.

14/  Margarita Michelini. Mensaje de correo electrónico enviado a la autora en agosto de 2007.

15/ Lía Maciel. Entrevista personal en conjunto con Rafael Sanseviero en septiembre de 2005. Montevideo. Uruguay. Fuente Inédita.

16 /  Raque Dupont. Entrevista personal en conjunto con Rafael Sanseviero. Montevideo. Uruguay. Octubre de 2005.Fuente Inédita.

17/  Estela Sánchez. Entrevista personal de Rafael Sanseviero. Cerro Largo. Uruguay. Diciembre 2008. Fuente Inédita.

18/  Así se denomina genéricamente a los rumores en las cárceles. Ver DE IPOLA, Emilio. Buenos Aires: Siglo XXl. 2005. 144 p.

19/ Ivonne Trias. Ex - dirigente del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) grupo de izquierda armada. Estuvo presa desde 1972 hasta 1985. Primero en cuarteles y luego en el Penal de Punta Rieles. Entrevista personal en conjunto con Rafael Sanseviero. Montevideo. Uruguay. Setiembre de 2006,

20/  Sonia Mosquera. Ex- Dirigente del Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) Estuvo presa desde 1972 hasta 1985. Primero en cuarteles y luego en el Penal de Punta Rieles. Entrevista personal en conjunto con Rafael Sanseviero. Julio de 2006. Montevideo. Uruguay. Fuente Inédita

21/ Testimonio de Curbelo, Pág. 19.

22/ Jessie Machi. Op cit.

23/ En noviembre de 1985, Adolfo Wassen Alaniz había muerto en el Hospital Militar. Montevideo. Uruguay.

24/  CONFERENCIA del MLN. Las Bases, Montevideo. 17 de marzo de 1985. 9-10

25/ ALZUGARAT, Alfredo. Trincheras de papel. Montevideo: Trilce. 2007. 216 p.

26/  ROSENCOF –FERNÁNDEZ HUIDOBRO. TOMO 1. 180 p.

27/  Llegaron más de 400 testimonios y se publicaron tres tomos de los mismos en 2001, 2002 y 2003. TALLER DE GÉNERO Y MEMORIA EX PRESAS POLÍTICAS. Memorias para armar-uno. Montevideo: Editorial Senda. 2001. 290 p. Memorias para armar-dos: ¿quién se portó mal? Montevideo: Editorial Senda. 2002. 238 p. Memorias para armar-tres. Montevideo: Editorial Senda. 2003. 297 p.

28/ Entre otros, TALLER VIVENCIAS DE EX PRESAS POLITICAS. De la desmemoria al desolvido Montevideo: Editorial Vivencias. 2002. 202 p. TALLER TESTIMONIO Y MEMORIA DEL COLECTIVO DE EX PRESAS POLITICAS. Los ovillos de la memoria. Montevideo: Editorial Senda. 2006. 315 p. FABBRI, Edda. Oblivion. Montevideo: Ediciones del Caballo Perdido. 2007. 101 p.

publicado : Fazendo Gênero 9 Diásporas, Diversidades

Universidade Federal de Santa Catarina, 23 a 26 de agosto de 2010


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