02.JUN.18 | Posta Porteña 1913

Respuesta a la Memoria Borrada

Por AMODIO

 

La Memoria Colectiva borrada, sus apropiadores y otros tópicos relacionados es el título que c.e.r. ha tenido a bien darle a una extensa nota en respuesta a lo publicado por posta el pasado 21 de este mes de mayo, y no junio como por error se dice

La nota de posta (1) trae otra vez a un primer plano el tema de la falsificación de la historia reciente, falsificación que tuvo autores materiales, con nombre y apellidos y cientos de cómplices, unos por pasiva y otros por activa. Aunque quiero ser lo más breve posible, es necesario que haga un poco de historia.

Como bien dice c.e.r., Hugo Fontana publicó en 2001 un libro malísimo, al que tituló la Piel del otro y que fue recibido por la crítica de entonces con grandes elogios. Recuerdo todavía los elogios que Alsina Thevenet le prodigó a manos llenas. Hoy mi amigo Fontana está arrepentido de ser el autor material de un eslabón de la larga cadena de desinformación para el ocultamiento de verdad.

Como ya dije con anterioridad, volví a Uruguay a finales de 1997. Por entonces, mi hijo Daniel había recibido a través de una amiga suya y del mismo Fontana, el deseo de este último de escribir un libro sobre mi historia personal y política, para lo que solicitaba de mi familia toda la colaboración posible, estando dispuesto a darme voz para que pudiera expresar libremente mis opiniones.

Lamentablemente, mi familia no solo se negó a participar del libro en cuestión, sino que me aconsejó que yo tampoco lo hiciera. Para mi desgracia, escuché el consejo y perdí otros doce años. Ante mi negativa, Fontana, de buena fe, pretendió darme voz a través de unas supuestas memorias de Héctor Amodio Pérez que había publicado Mate amargo a mediados de los años 90. Esas supuestas memorias son el eje de su libro y van acompañadas de un par de cientos de comentarios, que el mismo Fontana fue recogiendo de libros y artículos de prensa escritos con anterioridad. Hizo también algunas pocas entrevistas personales a las que no me voy a referir en este momento.

Terminado el libro entregó la copia final a un miembro de mi familia para recabar su opinión con el deseo de que me llegara de manera urgente. Esa copia llegó a mis manos en 2015 y será parte de la documentación que entregué a Álvaro Diez de Medina para la realización de Mapa de un engaño.

Como bien dice c.e.r. Hugo Fontana hizo “un rejunte de rumores infundados, versiones difusas y falsedades varias, de las que circulan entre confundidos que andan en la vuelta”, expertos de morondanga y, macaneadores de café. Con esos “materiales” produjo un mal libro de falsos rumores... Todo el librito era un rejunte de patrañas, sin asidero con la realidad, pero vendible en el mercado (triste mercado!!!) nacional.

Lo que c.e.r. . no dice, quizás porque no lo sepa, es que la mayoría de esos falsos rumores fueron propalados por los responsables de la debacle de 1972, a los que tengo perfectamente identificados, entre los que destacan, como no podía ser de otra manera, lo más granado de la vieja guardia tupamara, con el Ñato y el viejo Julio a la cabeza, contando con los “aportes” de los segundones de siempre, el flaco Zabalza y el ex comandante Facundo, a los que se agregarán, en una segunda edición, Marcelo Estefanell y Rodolfo Wolff, ambos beneficiarios del “clearing” del perdón, que c.e.r. hace referencia.

No podían faltar las palabras del Ruso Rosencof ni los “testimonios” de quienes habían participado, de una forma u otra, del proceso de desintegración ética y moral que está en la base de la debacle y que se pretende dejar de lado discutiendo opciones varias de imposible cumplimiento, como nos quieren hacer creer Marxito y antes Zabalza, como de imposible cumplimiento eran los planes elaborados por el Ñato y el Bebe.

Las falsas memorias de Héctor Amodio Pérez, obra de un autor desconocido hasta hoy, permanecen archivadas en lo que pomposamente  se  llama Archivo Cámpora, compuesto mayormente por notas y artículos laudatorios y en el que se oculta  la correspondencia particular de decenas de militantes: fundamentaciones de porqué se alejaban, observaciones críticas a conductas, y un largo etc. que recibieron los propios mandamases y que jamás entregaron a archivo alguno porque se les recriminaba su conducta, para decirlo con palabras de c.e.r.

Este archivo, que dice c.e.r. que está en manos de “quienes saben de historia”, está al alcance de cualquiera con algo de interés por la historia reciente, interés del que carecen del primero al último de sus custodios, con títulos de historiadores o sin ellos. En Mapa de un engaño se fundamentan estas afirmaciones.

Como bien dice c.e.r., Cámpora formó parte de los estamentos que tras la dictadura cambiaron el rumbo y el sentido de la historia. Cambio de rumbo que permitió que los responsables de la debacle, los que iban a elevar el nivel de los enfrentamientos, los que le iban a tirar a todo lo verde, los que enviaron a la cárcel y a la muerte a decenas y decenas de militantes por no reconocer que se había equivocado cuando todavía era posible un repliegue, se convirtieran en los vencedores “morales”, beneficiados por los mando militares que los convirtieron en rehenes.

Como Zabalza también fue dejado de lado cuando ya no les servía para nada y cuando sus narices olfateaban que algo podrido había en las viejas cocinas y en algunas trastiendas.

Y es de esto de lo que se trata. Que se diga qué ollas olían a podrido y quiénes eran los cocineros, para que se sepa por qué se ocultan los nombres de quienes negociaron la entrega de Sendic, los de quienes salieron a las calles a señalar compañeros, los que interrogaban a sus compañeros en el cuartel de la Paloma y torturaban a los investigados por los ilícitos en el Florida, que digan quién es el “hombre del paraguas” que menciona Butazzoni en el Mano a mano Seregni-Rosencof, los nombres que se ocultan tras puntos suspensivos en los libros de Aldrighi cuando se habla de informantes y un largo etcétera de asuntos turbios de los que se ha acusado a otros.

Que se nos diga por qué razón algunos documentos del Archivo Cámpora son secretos –entre ellos el perteneciente a Pìrez Budes- y entonces podremos saber quiénes mintieron y quiénes fueron sus cómplices.

Dice c.e.r. que Cámpora también conocía y eso sí, potencialmente era muy peligroso. Enfrentado a los documentos, más de una firme convicción se le tambaleó,(y) por eso a su vuelta señala que “precisaba estudiar y discutir”, se había quedado “sin elementos”. Y eso para las “vacas sagradas” era un síntoma muy peligroso. Se podía escapar de control y empezar a pensar por sí mismo. Fue, exactamente, lo que le sucedió. En el 2006 David “el Chichí” Cámpora todavía estaba bajo el influjo del Eleuterio Fernández Huidobro, pero ya estaba “perchado”. Había sido uno de los tantos miembros en minoría de un Comité Central, que estaba para el adorno, y entre los cuales, la guadaña del trío nefasto Eleuterio Fernández Huidobro, Julio Marenales- y pronto José “Pepe” Mujica- ejecutarían sus “cortada de cabezas” por un lado y, sus “perdones” a otros, verbigracia la sancionada “Tronca” Topolansky, su cónyuge.

Lo que c.e.r. no dice es que antes de retirarse de ese comité central, participó de las mateadas del perdón, de los perdones mutuos, incluso para él mismo, y distribuyó canonjías varias. Todavía no sabemos quiénes gozan de las propiedades del viejo MLN, adquiridas con los dineros de las expropiaciones antes y pos dictadura. Quizás alguna de las carpetas se le quedó olvidada.

En cuanto al perdón a la Tronka, ¿por qué se le discute cuando no se discute el de otros, entre ellos el de Engler –dejame dar unos gritos y después te cuento- o el Mujica, que se metió en el tacho del Florida para ir mojado al barracón, y por qué se han mantenido en silencio los nombres de los interrogadores en La Paloma, y se ocultan las colaboraciones de algunos exdiputados y exsenadores, las condiciones en las que se acordó el pacto de silencio con los militares y la forma en que se otorgaron algunas de las pensiones de la PER?

Cámpora tuvo mucho que ver en todo eso, sabiendo, como sabemos hoy, su rol en las negociaciones del 72, su papel concreto como enviado desde “el Florida” al cuartel “de la Paloma”, nos dice c.e.r.  Pero no ha sido el único. Y por eso seguimos como seguimos.

Espero que valga.

Amodio

(1) NdeR la nota en cuestión

http://www.postaportenia.com.ar/notas/9474/la-memoria-colectiva-borrada-sus-apropiadores-y-otro-t%C3%B3picos-relacionados/


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