27.JUN.18 | Posta Porteña 1921

Mapa de un Engaño

Por Alvaro Diez de Medina

 

El lado Oculto de la Trama Tupamara

 Libro de Álvaro Diez de Medina

Capítulo XII   Un texto, muchas máscaras

Lo que siguiera al llamado telefónico del Gral. Martínez al Cnel. Trabal llega, por momentos, a frisar en la comedia. Ferreira le dijo al comandante que había una confabulación en marcha entre oficiales del Batallón Florida y Amodio a fin de preparar un libro que desnudará los lazos entre la sedición y el sistema político. Y tal vez le ha deslizado ya el argumento tantas veces hecho por Fasano en cuanto a que es el mismo Amodio quien fantaseaba con hacerse del control del MLN, sellar un acuerdo con las Fuerzas Armadas, y encabezar un golpe de Estado “progresista”

 No cuesta imaginar lo que habrá pasado por la cabeza de Trabal, uno de los arquitectos de las treguas: algo muy grande se estaba cocinando a sus espaldas

Lo imaginamos furioso, de camino al Florida, donde confrontará al Tte. Cnel. Legnani con la noticia de que, bajo sus barbas, un sedicioso tejía el más inverosímil de los proyectos políticos. Legnani, claro, nada sabe de lo que le hablan, y el Florida debe haberse encendido en correteos y nervios: todos niegan su participación en un complot. Solo saben de las “comisiones” y de los “ilícitos”/117

Trabal decide cortar por lo sano: el 6 de octubre arresta y encapucha a Fasano en su domicilio de la calle Julio Herrera y Obes. “No puedo creer que Ud. haya actuado con el respaldo del Frente Amplio; todos los esquemas se me vienen abajo”, le refiere Fasano a Caula y Silva que le dijo Trabal, irritado/118

La relación que hace Fasano huye con frecuencia a la imaginación: Trabal le saca la capucha cuando el periodista le dice que no es un oficial constitucionalista porque un oficial constitucionalista no lo mantendría encapuchado; Fasano se niega a hablar de nada a menos que viniera a entrevistarlo el mismo comandante en jefe del Ejército… cosa que, según él, ocurre. Lo que sí podemos imaginar es que Fasano le habrá referido su versión de la entrevista mantenida con Amodio en el cuartel Palleja, así como su supuesta intención de regresar a la unidad militar a fin de certificar la firma del sedicioso en su trabajo (¡!). Trabal se tensa: mientras habla con Fasano, ha dispuesto que se allane el domicilio de los Amodio Pérez en la calle Regimiento 9, y se arreste a Mateo, el padre del sedicioso. Pese a haber dispuesto las fuerzas de seguridad que el teléfono de la residencia de los Amodio quedara descolgado durante el allanamiento, uno de los soldados, al verlo así, lo colgó. A los pocos minutos, alguien llamó a la residencia inquiriendo por unos papeles. ¡Y se trataba de un integrante del Batallón Florida! Trabal sale corriendo de la habitación, mientras dice: “¡Hay que encontrar al escribano implicado!”

La trama se espesaba. O no

 * * *

Quien llamara a la casa de los Amodio era, en realidad, un joven teniente del Florida, de apellido Márquez, a quien Héctor Amodio le había comentado sus apremios económicos. Cuando el oficial le dijera que era aficionado a las motocicletas, como él, le ofreció su más preciada posesión en venta: la motocicleta marca Triumph modelo Tiger 500, de un cilindro. Tendría que ponerse en contacto con su padre, le advirtió, quien tenía el poder para vender el rodado.

La puerta de esa conspiración no se abriría, pues, para el coronel Trabal…

En el Florida, en tanto, Legnani confrontó de inmediato a Amodio: ¿había recibido acaso la visita de un periodista? El detenido aceptó haberlo hecho, e intentó explicarle que precisaba hacerse de fondos para cuando fuera finalmente liberado. Al fin de cuentas, comentó, ¡no faltaban periodistas que entraran y salieran del cuartel por esos días, trayendo materiales que supuestamente exponían las ilicitudes económicas y negociados! No pudo, sin embargo, terminar, por cuanto Legnani tenía órdenes de remitirlo de inmediato a la sede de la Región Militar No.1

Al llegar a la Región en un vehículo del Florida, Amodio fue conducido por dos custodias al escritorio del comandante del cuerpo, Gral. Cristi., donde lo aguardaba este, en compañía de los coroneles Ramón Trabal y Luis V. Queirolo

 * * *

Amodio no conocía a Trabal. Ha respondido, en el libro Palabra de Amodio, a una pregunta que le formulara Jorge L. Marius aseverando que lo conoció en el cuartel Palleja, vestido de civil, cuando tuviera oportunidad de hacerle llegar sus puntos de vista contrarios a la formación de las “comisiones” (pág. 134). No es cierto. La memoria de Amodio le ha jugado una mala pasada. Es que no llegó a reunirse con Trabal en el Florida, como tampoco es cierta la afirmación que hacen algunas fuentes sediciosas en cuanto a que se habían conocido en ocasión de su anterior arresto

Se conocieron el 7 de octubre de 1972: así se lo indicaron fuentes militares al autor en conversaciones reservadas, y así lo ha reconocido posteriormente el mismo Amodio en entrevistas radiales. Trabal fue, por lo demás, quien condujo la conversación en la Región. “¡En qué momento se te ocurrió sacar lo del libro!”, fue la forma en que dio comienzo al encuentro, de no más de media hora, en tanto blandía en su mano derecha el manuscrito que Amodio le había entregado a Fasano. “¿Así que ‘los últimos años de la década del 50 fueron preámbulo de una etapa muy importante en la vida del Uruguay, una etapa signada por el accionar del MLN’?”, le preguntó, en tono socarrón, mientras leía las primeras líneas del texto

Cristi interrumpió bruscamente el juego: “¿Qué es eso de formar un MLN con los militares?”, le gritó al prisionero. Amodio no entendía de qué le estaba hablando. Explicó sus razones para escribir un libro. Aseguró estar lejos de la colaboración que se estaba dando entre tupamaros presos y militares en el Florida en relación a los ilícitos económicos. Intuyó que Cristi no tenía una idea muy precisa de lo que le estaba hablando/119

Trabal y Queirolo claramente querían cambiar de tema ante su superior. Ni bien pudieron, mudaron el eje de la conversación hacia la necesidad de contar con los testimonios de Rey Morales y de Amodio en las actuaciones contra políticos asociados a la sedición. Cristi insistió, empero, en el tema que obviamente lo desvelaba: “¿Hay algo en camino para organizar un MLN con oficiales del Ejército?”

Amodio volvió a su recurrente argumentación: del MLN no quedaban sino escombros. El comandante lo despidió en forma tan cortante como lo recibiera: sería trasladado de inmediato, junto con Rey Morales, a la sede del Regimiento de Caballería Mecanizado No. 9, en la avenida José Belloni, del barrio de Piedras Blancas

 * * *

El lector debe ahora aprestarse a cruzar conmigo un páramo: el de los múltiples rostros que ha terminado por tener lo que se llama este “libro de Amodio Pérez”

Aquí presentaremos, por tanto, varias historias, que iré desarrollando en detalle. La primera será la del manuscrito que Amodio Pérez escribiera mientras estuviera detenido en el cuartel Palleja: un documento que fuera copiado fotostáticamente por Federico Fasano, y este distribuyera entre diferentes dirigentes políticos, hasta que de él se hiciera el Cnel. Ramón Trabal en octubre de 1972, para terminar en manos del Tte. Cnel. José Nino Gavazzo al año siguiente. La segunda será la del manuscrito que también escribiera, en sustitución del anterior, Amodio Pérez, esta vez en la sede del Regimiento de Caballería Mecanizado No. 9, y que luego se llevará consigo a España

 La tercera será la de las hojillas de fumar en las que supuestamente fuera transcripto el libro redactado en prisión por Amodio, y de cuyas transcripciones habría conservado copias el investigador Jorge L. Marius. La cuarta será la de la supuesta transcripción del libro que obrara en poder del Tte. Gral. Luis V. Queirolo, y este entregara al periodista Alfonso Lessa

 La quinta, por fin, será la del tramo coincidente de dos textos que el tupamaro David Cámpora recuperara en Europa para su archivo personal, y que fuera sucesivamente publicado por el semanario Mate amargo, Arca Editorial y el mismo Jorge L. Marius, presentado urbi et orbi a partir de 1995 como el libro que Amodio Pérez compusiera en prisión

 A continuación se analizarán, por vez primera, estas cinco versiones y tergiversaciones del texto original confeccionado por Amodio: una tarea que, lejos de dar respuestas definitivas a los misterios que encierran estos documentos, plantean nuevas preguntas, pertinentes a las décadas posteriores a esta historia

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 El documento que redactara Héctor Amodio en el cuartel Palleja del Batallón Florida consiste en 61 páginas manuscritas e irregularmente numeradas, ya que comienzan por el número 4 /120

Incluye, por lo demás, una sin numerar, la que contiene el texto de dos notas, referidas a las páginas numeradas como 33 y 34 /121 La páginas numeradas como 47 y 48, por su parte, se encuentran repetidas. La última página del manuscrito consiste en un extenso párrafo que fuera redactado por Alicia Rey, aunque escrito por Amodio, el que contiene las reflexiones que, a título personal, formularía el mismo Héctor respecto a sus responsabilidades, las de Wolf y las de Wassen, en la caída de la llamada “cárcel del pueblo”, en adición a las que le suscitarían las conversaciones mantenidas por Amodio en el cuartel Palleja con Julio Marenales y José Mujica respecto a los crecientes rumores que insistían en retratar a Amodio como un delator que, vestido de uniforme, recorría las calles en patrullaje con efectivos militares, identificando sediciosos

Esta página, curiosamente, no formaba parte del manuscrito que Mateo y Juan Carlos Amodio llevaran consigo a Buenos Aires, sino que habría sido agregada al resto con posterioridad, y antes de hacer entrega del texto a Federico Fasano. Este primer manuscrito consiste, por lo tanto, en 58 páginas, 2 adicionales repetidas, y una de redacción de Rey Morales, aunque manuscrita por Amodio/122

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 ¿Cuántas copias se hicieron de este texto? Mateo Amodio, o su esposa Dazne, hicieron una. Fasano debe, por fuerza, haber hecho algunas más, a fin de distribuirlas entre sus contactos políticos. De hecho, en su libro de 1973, titulado Paren las rotativas (Ed. Octubre), el periodista aseveró haber efectivamente escrito un libro con el título Amodio: ¿héroe o traidor?,/123 del que anunció que lo haría público, “dependiendo del servicio que pueda darle al movimiento dedicado al cambio profundo en las estructuras uruguayas”. Afirma allí Fasano en relación a este libro ya redactado que no se trataría de un “contralibro de Amodio”, según había trascendido que se habría escrito a través del diario argentino Clarín, “sino de la verdad sin censura del misterioso tema, enfocado en sus aspectos políticos, liberadores (sic) y ¿por qué no?… sicológicos y humanos”/124

El material que Fasano prometía en 1973 serviría, desde su óptica, al propósito de hacer comprensible “la fuerza de la pasión revolucionaria y los peligros de una ilusión cesarista (sic)” (pág. 770). Nunca lo dio, empero, a publicidad, pese a ya haberle dado título, cometidos y aun haberle hallado destino al producido de su venta /125

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 En manos de Fasano, el texto seguramente le fue decomisado a este en ocasión de su arresto por parte del Cnel. Ramón Trabal, ya que Trabal lo tenía en sus manos el día en que interrogara a Amodio a su respecto en la sede de la División de Ejército I. No cabe otra explicación. El mismo original iría a dar a manos del entonces mayor José Nino Gavazzo quien, en octubre de 1973 y ante la inminencia de la partida de Héctor y Alicia del país, le ofrecería a Amodio restituírselo, a lo que este se negó, en razón de haberlo ya reescrito enteramente, mientras aguardaba por los salvoconductos para él y Rey Morales en la sede del Regimiento de Caballería No. 9. El mayor Nino procedió, entonces, a solicitar a la superioridad autorización para quedarse con aquel ejemplar, cosa que hizo: años después, el ya Tte. Cnel. Nino publicaría, en una página web posteriormente discontinuada y bajo el título de “En Voz Alta”, partes mecanografiadas del documento/126

Así se pierde hacia 1973, en apariencia, el rastro del manuscrito original

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A fines de agosto de 2015, y mientras aguardaba en Montevideo la resolución de la jueza que, finalmente, lo procesaría, obligándolo a permanecer en Uruguay hasta 2017, Héctor Amodio recibió una sorpresa en el curso de una reunión familiar

Su hermana Cristina le informó por entonces que Violeta Franco, esposa de su hermano Miguel A. Amodio, le había comentado que tenía en su poder papeles que pertenecían a Héctor. Cuando Cristina fuera a visitar a su hermano al hotel en el que estaba alojado, el London Palace ubicado en la calle Río Negro 1278 de Montevideo, le hizo entrega de una bolsa de la desaparecida cadena de almacenes Manzanares, en la que se encontraba un juego de fotocopias del primer manuscrito redactado en la sede del Florida, muy probablemente hecho por alguno de los padres de Héctor. El ejemplar de las fotocopias se encuentra en buen estado: solo las últimas dos hojas están dañadas, en razón de que la bolsa pasó muchos años enterrada en el jardín de la casa familiar de la calle Regimiento 9

Poco después de morir la madre de Héctor, en 1982, la perra de la familia había desenterrado aquella bolsa del jardín, donde la escondiera la señora, en razón de que su vivienda era periódicamente allanada por las fuerzas de seguridad. Al enterarse de esto, Violeta le había pedido a los hermanos de Héctor el manuscrito a fin de leerlo, manteniéndolo, por años, olvidado y en su poder. Recién recordaría el manuscrito cuando se reencontrara con Héctor en agosto de 2015. Hoy, este documento, que fuera esgrimido públicamente por Amodio en el curso de una polémica televisada con Federico Fasano a la que a continuación me referiré, fue llevado a España por la pareja de Héctor, y de él falta la hoja numerada como 52, muy probablemente por un descuido de quien oportunamente hiciera las copias fotostáticas. Se trata de un texto casi idéntico al que Héctor redactara con posterioridad y mientras permanecía prisionero en el Regimiento de Caballería No. 9, según se explicará también a continuación

Recordémoslo: su importancia estriba en ser el que circularía, a impulso de Fasano, en el sistema político partidario y en las antesalas del golpe de Estado de 1973. Es, en puridad, el primer y más relevante manuscrito del libro de Héctor Amodio Pérez

* * *

En 2013 fue publicado en Uruguay el libro La tiranía de la miseria, del investigador Jorge Leonel Marius Martínez: una presentación de los acontecimientos políticos que sucedieran inmediatamente antes y después del golpe de Estado de 1973. El libro de Marius aseguraba en su portada incluir la “transcripción completa” del “libro de Amodio de 1972 realizada por Jorge L. Marius del original en hojillas de cigarrillos”

 En este trabajo, Marius refiere una seductora historia. Asegura que, a fines de setiembre de 1972 y en su condición de secretario de la bancada parlamentaria del Partido Demócrata Cristiano (PDC), recibió un llamado del senador Juan Pablo Terra, convocándolo a su despacho, donde el legislador lo aguardara en compañía del senador Wilson Ferreira Aldunate. “Breves palabras”, narra Marius, “y el senador nacionalista me entrega un manojo de hojillas de cigarrillos sujetas por un palillo de ropa”, pidiéndole que hiciera la transcripción del texto que se había escrito en esas hojillas a la mayor brevedad. “Hojas, carbónicos y toda la noche forzando la vista hasta que pudimos sacar las 27 o 28 carillas del más ya (sic) que famoso ‘Libro’”, una copia de cuya transcripción/127 le entregara a Ferreira, además de otras tres a Terra, otra al representante nacional por el Partido Demócrata Cristiano Daniel Sosa Dias, en tanto otra se habría enviado a los archivos de la bancada, en la Cámara de Representantes /128

En el mismo programa radial, Marius anota que la prisión del dirigente político colorado Jorge Batlle Ibáñez en octubre de 1972, así como el conflicto planteado entre la Justicia y los captores militares de cuatro médicos sometidos a apremios, le habrían llevado a echar en el olvido las páginas de la transcripción, archivadas por ende en el Palacio Legislativo

 En octubre de 1973, refiere Marius, la intervención militar del Palacio Legislativo convocó a los diferentes interesados a retirar sus pertenencias del mismo, oportunidad en la que Marius procedió a distribuir lo pertinente entre los diferentes legisladores de su sector. Ya restablecido el orden institucional, en 1986/129

Marius habría recibido un llamado de una antigua compañera de bancada, quien le habría informado haber guardado en su casa durante todos aquellos años una carpeta en la que se hallaba la transcripción que él efectuara en 1972, como el “Libro de Héctor Amodio Pérez”, y que Daniel Sosa Dias había solicitado le fuera entregada a Marius. Tras esta introducción, Marius afirmaba estar dando a publicidad el texto de la que, aseguraba, era la primera versión completa de aquel libro. A fin de fundamentar este desacierto, Marius consignaría en su trabajo que un texto que ya había sido publicado por el semanario Mate amargo en 1995 “no está completo”, en tanto el que fuera publicado por Hugo Fontana bajo el título La piel del otro en 2001 correspondía a inserciones entre otros testimonios que, de todos modos, él no había “compaginado” y, por ende, no estaba en condiciones de asegurar que lo estuviera

Lo sorprendente es que Marius no informara ni al lector ni a los oyentes que su nada novedosa obra en realidad descansaba en la presentación de la que es una extensa transcripción, que va de las páginas 133 a 174 de su libro La tiranía de la miseria: algo notoriamente distante de las “27 o 28 carillas” que asegura haber transcripto, en el curso de una noche y auxiliado por una lupa, de “un manojo de hojillas de cigarrillos”/130

Muy significativamente, en ningún punto del trabajo asegura Marius en forma expresa que el que él transcribiera en 1972 de las hojillas fuera el mismo texto que puso en manos del lector

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La versión del “libro” publicada en La tiranía…, pese a lo afirmado por Marius, no varía en realidad, de la casi idéntica versión del “libro” que, con anotaciones de Julio Marenales y Eleuterio Fernández Huidobro, ya había publicado el semanario tupamaro Mate Amargo, en sus ediciones de los días 10, 17 y 24 de agosto de 1995. Esta publicación se hizo bajo el título “La historia del MLN, según la cuenta un traidor”, y había sido la primera vez que el “libro” supuestamente se daba a conocer/131

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Entre la publicación de Mate Amargo y el libro de Marius, en tanto, el “libro” de Amodio cuyo texto ya establecimos que era, en líneas generales, el mismo, había hecho otras dos apariciones

La primera fue en ocasión de la publicación, en 2001, de la que se llama “La novela de Héctor Amodio Pérez”, bajo el título La piel del otro, por parte del periodista canario Hugo Fontana. La segunda fue la publicación, en 2013, de una Autobiografía de Amodio Pérez por parte de Arca Editorial/132

El primer trabajo no es, en puridad, una novela, sino una transcripción literal, y sin referenciar, de textos y testimonios vinculados a Amodio, entre los cuales se incluyen, verbatim, tanto el texto del “libro” ya publicado y tal como se diera a conocer por primera vez desde las páginas de Mate Amargo, como algunas de las observaciones que al mismo hicieran Marenales y Fernández Huidobro. El segundo es una mera transcripción del texto de Mate Amargo. Las cuatro versiones, pues, que se dieran a la luz a partir de 1995 corresponden a una misma, e idéntica, fuente, en tanto difieren apenas en su página de inicio. ¿Cuál es, cabe preguntarse, esa fuente?

* * *

El viernes 7 de agosto de 2015, Héctor Amodio Pérez llegó a Uruguay procedente de Madrid, España, a fin de presentar, en el hotel Sheraton de Montevideo, el libro Palabra de Amodio. La historia de los tupamaros, de autoría de Jorge L. Marius. Este segundo libro de Marius tenía por origen una perplejidad de Amodio. Al haber leído en España y con retraso La tiranía de la miseria, el exiliado resolvió ponerse en contacto con el autor por intermedio de la imprenta que tuviera a cargo el libro, Tradinco SA. Quería informarle que la versión del supuesto “libro” que había publicado no se correspondía, en realidad, con el libro que él había redactado, y que de ningún modo había sido escrito en hojillas de fumar, sino en carillas de papel carta, y con una estilográfica Parker 21

“¿Qué fue lo que yo traduje de hojillas de cigarrillos aquella noche (...) de 1972?”, se preguntó, de inmediato, Marius. “Porque lo aseguré, lo aseguro y lo aseguraré de que (sic) lo que hicimos, lo hicimos. No lo soñé”

Ya intercambiando correspondencia electrónica con Amodio, Marius procedió a comparar la versión manuscrita original del libro redactado en la sede del Regimiento No. 9 que aquel le enviara desde España “con el traducido por mí”, publicado en 2013. Lo que encontró es que “quien elaboró el de las hojillas no resumió el verdadero, sino que fue o fueron eligiendo párrafos y haciendo desaparecer otros”. Solo que Marius incurría, nuevamente, en el tal vez deliberado error en el que incurriera en 2013, ya que la extensa versión publicada en La tiranía…, en modo alguno era, o podía ser, la escrita en las supuestas hojillas, y transcripta, según él, en “27 o 28 carillas”

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El mismo 7 de agosto de 2015 en que presentara públicamente el libro de Marius, Héctor Amodio fue informado por efectivos policiales de que debía hacerles entrega de su pasaporte, y que había sido citado a declarar por la jueza penal Julia Staricco. Comenzaba para él una ordalía judicial que culminaría con su procesamiento el 14 setiembre de 2015 por parte de la misma magistrada, “como presunto autor responsable de reiterados delitos de privación de libertad especialmente agravados en régimen de reiteración real entre sí”

A comienzos de octubre de 2015, Amodio, a quien la jueza Staricco denegara la libertad provisional, pasó a cumplir, en razón de su edad y estado de salud, prisión preventiva en el domicilio de su hermana Dafne Amodio, en el barrio de Cerrito de la Victoria. Será recién el 26 de abril de 2016, en tanto, que Amodio obtendrá autorización judicial a fin de poder cumplir su arresto en el domicilio de su ahora amigo Jorge L. Marius, en la avenida Ramón Anador 3879, del barrio del Buceo, desde donde le sería más fácil reanudar contactos con amistades y recibir visitantes.

Amodio tenía una razón adicional para preferir la residencia de Marius a la de su hermana: aún alojado en el hotel London Palace, el autor de La tiranía de la miseria le había dado la noticia, también en los primeros días de setiembre de 2015, de que, buscando entre sus papeles, había dado con un juego de fotocopias de las copias a carbónico de la transcripción que supuestamente habría hecho de las hojillas de fumar que le entregaran Wilson Ferreira y Juan Pablo Terra en 1972. Y estas 11 hojas copiadas eran, sin duda, algo que lucía más ajustado a la versión que asume la existencia de las supuestas hojillas: no las “27 o 28 carillas” que Marius afirmaba haber mecanografiado, aunque sí algo que hubiera podido escribirse en el minúsculo confín de unas hojillas/133

Amodio analizó el texto, y de inmediato lo bautizó “el guion”, ya que en él vio no un libro, sino puntos temáticos y fragmentos tomados de su manuscrito original, los que aquí se presentaban resumidos y, según recordaba, posteriormente lucieran expandidos en las versiones publicadas por el semanario Mate Amargo, La piel del otro, la Autobiografía... publicada por Arca y, finalmente, La tiranía de la miseria. Sin mucha más reflexión, pues, infirió que ese “guion” no era sino el borrador de trabajo de la versión que, en formato más elaborado, finalmente fuera publicada, con variantes, a partir de 1995

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 Amodio ratificó su pensamiento en relación al “guion” al serle presentado, en el curso de la emisión del programa Código País el 12 de setiembre de 2015, y de manos del periodista Alfonso Lessa, un texto titulado “Diario de Amodio Pérez. Fotocopia del original. 1970 (sic)”

Se trataba de un juego de fotocopias regaladas al periodista por parte de quien fuera comandante en jefe del Ejército (1979-1982), Tte. Gral. Luis V. Queirolo: era otro ejemplar del que Amodio había bautizado como el “guion” de Marius, según comprobaran tanto Amodio como Lessa, el periodista Aldo Silva y Fasano en el curso de la pausa publicitaria que siguiera a la revelación. En apenas pocos días, pues, el recién llegado había tropezado con tres reveladores eslabones, hasta entonces desconocidos, de la cadena de su mitificada obra

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Poco más de un año después de emitido el programa de Código País en el que debatieran Amodio y Fasano, llamé por teléfono a Alfonso Lessa a fin de pedirle me permitiera revisar el texto recibido del Tte. Gral. Queirolo de modo de cotejarlo con el entregado por Marius a Amodio. Lessa me entregó un CD en el que se incluían las copias del documento. Apenas las abrí en la pantalla, sin embargo, me di cuenta de que no estaba ante un ejemplar del “guion Marius”, sino de otro texto. Se trata esta vez de 15 hojas: la primera, manuscrita, es una copia de la nota dirigida a Fasano por parte de Amodio, con la que acompaña el texto de su manuscrito; las 13 siguientes corresponden a una versión mecanografiada, corregida y ampliada del “guion” entregado por Marius a Amodio, en tanto la última, mecanografiada, aunque en una máquina de escribir diferente, corresponde a la página final del manuscrito, conteniendo las reflexiones de Amodio en torno a la caída de la llamada “cárcel del pueblo”, así como el texto redactado por Alicia Rey.

 * * *

 Demos un paso atrás, a fin de retomar contacto con el “guion” de Marius

La que Marius llamara “transcripción completa del libro de Amodio de 1972 realizada por él del original en hojillas de cigarrillos”, incluida en su libro La tiranía de la miseria (2013) suma algunas interesantes perplejidades a la historia de los varios “libros” de Amodio, de las que tenemos que dar cuenta antes de avanzar en nuestro relato

 Da comienzo, en primer término, con un párrafo que reza así: “(...) en 1963 se va formando el ‘Coordinador’. Con algunos miembros natos que fueron convocantes: Sendic, Rodríguez Belleti del MIR, Fernández Huidobro del MAC y Mauricio Gatti de las FAU.

Después se integró al mismo Mario Navillat, como independiente de izquierda. La formación del mismo se basó en la necesidad de acelerar el proceso de cambio en el Uruguay, la necesidad de que la lucha tuviera la herramienta necesaria para alcanzar el poder. Cuba era nuestro modelo, nuestro punto de referencia, el movimiento 26 de julio nuestra guía. Todo era muy quijotesco, muy lírico, pero también mucho compromiso de los que integramos desde el primer momento el conglomerado. A medida que se fue avanzando, comenzaron las dificultades con las organizaciones de la cual cada uno provenía, fundamentalmente del Partido Socialista”.

Se trata, sorprendentemente, de un texto que no figura en ninguna de las versiones existentes del libro y, por tanto, no podemos sino asumir que es de autoría del mismo Marius, cuyas intervenciones devienen pinceladas en procura de presentar al comunismo, la dictadura cubana y el agitador pro-castrista del MRO Ariel Collazo Odriozola (1929-2014) bajo una luz negativa, en clara expresión de antipatías personales.

Si afirmo que las enmiendas anotadas son de autoría de Marius es porque el texto que las incluye es, en definitiva, fácilmente identificable como una transcripción de la fuente original de todas las versiones conocidas a partir de 1995.

¿Cuál es, nuevamente, esa fuente común?

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David Alberto Cámpora Schweizer, (a) Federico era un integrante del MLN de 36 años cuando fuera detenido, en marzo de 1971. Fugado del Penal de Punta Carretas en setiembre de ese año, fue nuevamente arrestado en abril de 1972, para ser finalmente liberado en diciembre de 1980.

Abandonó ese año el país rumbo a Holweide, localidad ubicada a pocos kilómetros del centro de Colonia, la cuarta ciudad de Alemania, en el estado de Renania del Norte Westfalia. A poco de regresar a Uruguay, tras el restablecimiento del gobierno constitucional, Cámpora volvió a Europa entre los años 1985 y 1986, donde habría mantenido encuentros con exilados uruguayos, de quienes habría recabado documentos relacionados con la actividad subversiva del MLN.

Estos documentos, además de una extensa colección de recortes de prensa referidos a la actividad subversiva en el país, constituyen un acervo que, con el nombre de “Archivo de la lucha armada David Cámpora”, este donara hacia 2003 mayormente al Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos que opera en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, y está situado en la casa central de la institución, antigua sede de la Scuola Italiana, Avda. Uruguay 1695/134

Dos de las cerca de cincuenta carpetas de este archivo corresponden a sendos juegos de fotocopias de lo que se titula como “Libro de Amodio Pérez”. Se encuentran catalogadas como “Versión 1” y “Versión 2”/135

 No son, sin embargo, apenas dos versiones de un mismo texto, sino dos versiones que incluyen el mismo texto, y a la vez difieren en la omisión de algunas páginas, así como en el agregado de otras.

Y la lectura en paralelo de ambos textos nos revela lo que tanto buscábamos: la fuente de todas las versiones publicadas a partir de 1995 del supuesto libro de Héctor Amodio. Veamos cómo fue que se preparó.

Página 36 de la copia fotostática recuperada del manuscrito original redactado en 1972 por Héctor Amodio Pérez en el cuartel «León de Palleja” (sede del Batallón “Florida”). En el punto 71 de coincidencia con el llamado “guion Marius” se puede claramente ver que el autor expresa que fue en función de la “información proporcionada por (Héctor) Gutiérrez Ruiz y (Alberto) Gutiérrez Chirmello (sic)” que la dirección ejecutiva del MLN “entendió que ese momento (de lanzar el “plan Satán”) había llegado”

Página 45 (40, XXXX) del aquí llamado máster, en el que el redactor, a partir del manuscrito de Héctor Amodio, expresa en relación a los diputados Héctor Gutiérrez Ruiz y Alberto Cirimello que “proporcionan información para llevar a cabo el “Plan Satán”, de secuestros a diplomáticos prominentes, como medida para acelerar el golpe”. El texto luce testado en el tramo en el que agrega que “Gutiérrez Ruiz estaba muy informado sobre los avatares del mundo diplomático, y dio al Movimiento una ayuda inapreciable (en información) sobre las actividades de los (testado) funcionarios extranjeros, especialmente en lo que se refiere a la Embajada Norteamericana, donde mantenía cordiales relaciones -esto es algo, por otra parte, que Gutiérrez (testado) reconoce en forma constante, a pesar de tener una posición política nacionalista” (Archivo de Lucha Armada “David Cámpora”, Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación).

Notas

117 Blixen narra en Fugas… que Arturo Dubra Naranjo le habría pedido a su hija Elsa que se fuera del país “tras el ingreso de (la) policía al Florida”, episodio que el autor anota como ocurrido “a mediados de julio”. El allanamiento del batallón por parte de otras unidades militares, así como el arresto de sus oficiales, tuvo lugar sin embargo a comienzos de octubre de 1972. “Los del Florida mantuvieron su palabra”, concluye Blixen.

118 Alto el fuego, pág. 301.

119 No cuesta dar con el origen de este desatino. Lo confiesa el propio Fasano, al informarles a Caula y Silva en tono catequístico que “(Amodio) busca modificar el eje de (la) contradicción (pueblo-Fuerzas Armadas) para dar un golpe interno dentro del MLN, salir de la cárcel –él me dijo que dos semanas (sic) después de aparecido el libro, andaría libre dirigiendo un nuevo proyecto: llegar al poder apoyándose y apoyado en ese sector militar que él definía como progresista. Esa era un poco su línea argumental central” (Alto el fuego, pág. 304)

120 Muy probablemente, quien hiciera las copias fotostáticas habría incluido en el juego tres páginas preliminares, que hubieran correspondido a textos no relacionados con el manuscrito.

 121 Todas las páginas fueron originalmente escritas en papel carta, 220 x 280 mm, del formato llamado “holandesa”. Amodio empleó una lapicera Parker que pertenecía a Rey Morales, y le había sido obsequiada a esta por la también sediciosa Graciela Estefanell (a) Nadia, posteriormente asesinada, junto con otros cuatro activistas, por efectivos militares que la secuestraran en Buenos Aires y abandonaran sus cadáveres en la intersección de las rutas 9 y 70 (Soca), en supuesta venganza por el asesinato en París del Cnel. Ramón Trabal. No fueron, por cierto, escritas en hojillas de fumar

122 Las 61 páginas, en suma, a las que Fasano hace expresa referencia el 2 de setiembre de 2015, durante la emisión del citado programa de Código País.

123 Tengo redactado el libro “Amodio:¿Héroe o Traidor?” y su venta será destinada en su totalidad a los familiares de los presos políticos, se titula el último parágrafo del capítulo final de Paren las rotativas, a su vez titulado Al Cierre. Fasano, el libro de Amodio y un presunto complot militar, pág. 749. En 2004, en tanto, y respondiendo al periodista Álvaro Alfonso en el curso de un reportaje publicado por este en Jugando a las escondidas. Conversaciones secretas entre tupamaros y militares, Ed. Altamira, Fasano asevera que Amodio le “dio todo para hacer el libro (…) obviamente después consulté al MLN-T en el exilio. ‘Yo tengo todo esto. ¿Qué hago?’; ‘que no se publique’ me dijeron. Yo lo tuve redactado, pero jamás lo publiqué porque no me pertenecía a mí. Yo ahí estaba cumpliendo una función no periodística, sino política” (pág. 124)

124 Y, atizando el interés del lector, Fasano agrega: “lo que se ha dicho no alcanza ni al 5% de la increíble realidad” (Paren las rotativas, pág. 770)

125 Tal vez descanse entre las “copias protocolizadas (otra vez la obsesión notarial) de los dichos y escritos de Amodio Pérez y los militares, sobre todo lo que se dijo en esas siete horas en el cuartel Florida” que, según le refiriera a un cronista del diario argentino Clarín en 1972, se hallaban guardadas “en cajas fuertes que están fuera del Uruguay” (Paren las rotativas, pág. 756)

 126 En 2016 Amodio envió, por interpósita persona, un mensaje al Tte. Cnel. Nino, inquiriendo por el ejemplar de su manuscrito, y la respuesta de este, por la misma vía, fue en el sentido de que no lo conservaba ya en su poder

127 Según lo asegurara en el curso de una entrevista radial que se le hiciera el 9 de julio de 2013 en el programa De Ocho a Diez y fuera emitido por 1050 AM Radio Uruguay

128 Marius fue, en el programa radial del 9 de julio de 2013, muy preciso: las copias a carbónico habrían sido cinco, amén del original, mecanografiado en una máquina Underwood, que incluía espacios en blanco, posteriormente llenados en forma manuscrita, mediante un trabajo de edición del que habría tomado parte Sosa Dias

 129 En La tiranía…, Marius refiere ese llamado al año 1986. En la audición radial, afirma que tuvo lugar en 1985

130 El propio Amodio Pérez, en su libro Condenado. Preso político en democracia, Ed. de la Plaza, Montevideo, 2015, pág. 66, anota a este respecto que “pretender que esas doce carillas encerraban la versión de mi manuscrito, de 60 carillas, que una vez editadas alcanzaron el número de 81, o que, según la versión de Marius en La tiranía de la miseria, sumaran 41, era francamente ridículo”

131 Otro aspecto sorprendente de la historia, desde que ya en 1986 los activos periodistas pro-tupamaros Nelson Caula y Alberto Silva habían dado curso, por primera vez, a la que devendría una versión canónica de la historia tupamara en su exitoso libro titulado Alto el Fuego. FFAA y Tupamaros 1972-1973. En este libro, los periodistas recogieron, también por vez primera, los supuestos pormenores de la elaboración del libro de Amodio, el rol de Fasano, el texto completo del acta labrada por Ferreira Aldunate en ocasión de su encuentro con el periodista tras la reunión que mantuviera con Amodio en el cuartel Palleja, así como los testimonios del mismo Ferreira y del Gral. Seregni en relación a ese evento. Casi una década, pues, medió entre la aparición del trabajo de Caula y Silva, y la primera publicación del supuesto “libro” de Amodio Pérez en 1995

132 A la que Marius, sugestivamente, jamás menciona

133 A esas 11 hojas hay que sumarles, naturalmente, la transcripción manuscrita, hecha por el propio Marius, de la nota que dirigiera Amodio a Fasano, incluida en la pág. 233 de Palabra de Amodio. La otra historia de los Tupamaros, Ed. de la Plaza, 2015

134 Cámpora mantiene en su poder materiales de ese archivo, por lo que lo librado al público no es todo lo recabado. Agradezco aquí a la Lic. Sandra Pintos Llovet por su buena disposición y paciencia al ayudarme a consultar el archivo

135 De acuerdo a la información que me fuera suministrada por la Lic. Pintos en CEIU, Cámpora no podría al día de hoy indicar ni la fecha precisa en que recibiera ambos juegos de fotocopias, ni de manos de quién


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