06.JUL.18 | Posta Porteña 1924

Mapa de un Engaño

Por Álvaro Diez de Medina

 

El lado Oculto de la Trama Tupamara

 Libro de Álvaro Diez de Medina

Segunda parte EL LIBRO

“Les livres ont les mêmes ennemis que les gens: le feu, l’humidité, les animaux, et leur propre contenu”.* Moralités Paul Valéry

* Los libros tienen los mismos enemigos que las personas: el fuego, la humedad, los animales, y su propio contenido

 

Capítulo XIII : Comenzando por los guiones

El “guion” Marius La caracterización que Héctor Amodio hiciera del texto supuestamente transcripto por Jorge L. Marius de unas hojillas de cigarrillo como “el guion” es acertada. El “guion” consiste en 12 páginas transcriptas a máquina y con enmendados manuscritos, en contraste con la del manuscrito redactado en el cuartel Palleja por el propio Amodio.

Lo componen 126 puntos extraídos de este, resumidos en fragmentos /136

Haré referencia de ahora en más a los puntos más ilustrativos del manuscrito original, así como a la forma en que los mismos reaparecen condensados en el “guion”, al que llamaré “guion Marius” a fin de distinguirlo del otro, en poder hoy del periodista Alfonso Lessa.

No se trata, en todos los casos, de transcripciones literales, sino, en muchos, de elaboraciones que frecuentemente modifican el contenido del trabajo de Amodio de 1972. En reiteradas instancias lucen como indicios –como veremos– de que quien elaborara el “guion Marius” no habría sido integrante del movimiento sedicioso

 * * *

 Es obvio, a poco de analizar la naturaleza de las correcciones manuscritas que el “guion Marius” contiene, que estas se hicieron sobre un texto previamente dictado. Quien mecanografiara el texto no estaba, por lo pronto, familiarizado con nombres centrales del recorrido tupamaro como el de Gabino Falero Montes de Oca, (a) Quique, o Ismael Bassini, (a) Falucho o El Pelado, o términos o eventos propios de la jerga del grupo.

Se refiere, por ejemplo, al asalto al “camión de Carrasco”, donde quiso incluir una mención al asalto al Casino Carrasco/137 Las hojas 7 a 9 del “guion Marius” parecen, por lo demás, haber sido dactilografiadas en una diferente máquina, sugiriendo más de una instancia de elaboración. Son frecuentes asimismo los espacios dejados en blanco, que luego alguien completa a mano (¿Marius?) en base a otro texto. Cinco de las páginas el manuscrito de Amodio (50 y 51, la faltante 52, la 54 y 55) no tienen acogida, en forma alguna, en el “guion”: son las que cubren el período que transcurre entre las elecciones generales de noviembre de 1971 y la trágica jornada del 14 de abril de 1972.

Estas páginas no desaparecen del proceso, empero, sino que resurgirán en la versión posterior, sobre la que se basan todos los trabajos que se dieran a publicidad a partir de 1995. Teniendo, pues, en cuenta que Marius publica en 2013 La tiranía de la miseria, no queda sino inferir que este “guion” que se hallaba en su poder se hubiera completado, de forma manuscrita, con datos extraídos sea de la versión del supuesto “libro” de Amodio Pérez publicada por el semanario Mate amargo en 1995, sea del libro La piel del otro publicado por Hugo Fontana en 2001, sea de la Autobiografía de Amodio Pérez publicada por Arca Editorial en 2013, o de algún ejemplar fotocopiado del manuscrito original, ampliamente distribuido por Federico Fasano entre dirigentes políticos hacia 1972

* * *

El “guion Marius”, finalmente, nos ofrece dos reveladores indicios, tanto en su inicio como en su final. Encabezando la primera de sus páginas, una nota dactilografiada, y luego testada, reza: “... páginas - 1/pág. 50 - líneas de 15 palabras- 80 espacios// un libro de 250 páginas”

Se trata de una referencia críptica, aunque claramente ligada a un proyecto de redacción de un “libro de 250 páginas”, difícil de comprender en el contexto de la mera transcripción de un texto, tal como la propone Marius. Al “guion Marius”, en tanto, lo cierra un párrafo que comienza con la afirmación: “El MLN que nació a partir de los Tupamaros está muerto…” Corresponde, verbatim, al texto que redactara Alicia Rey en la sede del Batallón Florida: la página 61

 * * *

No hay, más allá del testimonio de Jorge L. Marius, evidencia alguna que respalde la existencia de un texto originalmente escrito en hojillas de cigarrillo.

Las hojillas no se encuentran hoy en ningún archivo público o privado del que se tenga noticia. Federico Fasano tajantemente afirmó, al asistir al programa Código País: “yo jamás recibí, ni entregué a nadie, hojillas de cigarrillos”

La anotación, que encabeza el cuerpo del “guion”, y hace referencia a un probable “libro de 250 páginas” más bien sugiere que el texto entregado por Marius a Amodio debería ser visto como el esbozo de una obra en proceso, y claramente no una transcripción. De existir el texto de las hojillas, por lo demás, ello nos llevaría a otras, igualmente misteriosas, interrogantes. Podemos razonablemente inferir que los senadores Wilson Ferreira y Juan Pablo Terra contaban, a fines de setiembre de 1972, con fotocopias del texto manuscrito de Amodio.

 Suponer que, como refiere Marius en La tiranía..., ambos le hicieran a él entrega de las hojillas a fin de que las transcribiera a máquina es suponer que alguien se tomó antes el trabajo artesanal de escribir tal “guion” en esas hojillas.

¿Con qué propósito? ¿Probar que Amodio había escrito un libro?

El manuscrito bastaba. ¿Hacer público su contenido como forma de desactivar el efecto de que se dieran a conocer los contactos que dirigentes políticos mantenían con la sedición?

El manuscrito era una vía más adecuada para cumplir tal propósito. ¿Presentar el libro como parte de un complot cuartelero contra las instituciones? Nada como el manuscrito para intentarlo. ¿Por qué, en adición a lo anterior, optó Marius en 2013 por publicar el texto de la que erradamente presenta como la primera “transcripción completa del libro de Amodio de 1972”?

¿Cuál, en definitiva, fue la versión que tenía en su poder?

 Postular la existencia de las hojillas supone dejar estas cruciales preguntas sin respuesta aceptable, y supone imaginar que, sin razonable explicación, alguien hubiera dispuesto de tiempo y energía en setiembre de 1972, y en medio de la vorágine de la última etapa de desmantelamiento de la guerrilla, el surgimiento de un movimiento golpista en las Fuerzas Armadas y la agonía de las instituciones constitucionales, a fin de cincelar minúsculos caracteres en unas hojillas de fumar que nadie, salvo Marius, ha visto

* * *

El “guion” Queirolo

La aparición del que aquí llamara el “guion Queirolo” es, por lo demás, el alegato más contundente contra la leyenda de las hojillas de fumar.

No entraremos ahora de lleno en su análisis. Baste decir que su mera lectura nos pone frente a la que luce como una palmaria edición del llamado “guion Marius”. Consta, según señalamos, de quince páginas de fotocopias. La primera de ellas es una versión de la ya conocida nota de Amodio a Fasano acompañando el texto de su manuscrito, solo que las letras, en este ejemplar, han sido repasadas a mano, en aras de la claridad.

Quien lo hiciera, empero, cometió dos errores: escribir “Piedri” al referirse a Pierri, y “Chino” donde Amodio concluyera diciendo “Chau”. De gran importancia para desestimar la leyenda de las hojillas es que la primera página del “guion Queirolo”, al igual que la del “guion Marius”, esté encabezada por una nota (en el caso del “guion Queirolo” no testada), referida a su posible destino: “1 págs. 1/ pág. 50 líneas de 15 palabras. 50 espacios. Un libro de 250 páginas”. Esta anotación es, al igual que en el otro caso, inimaginable en una supuesta transcripción como la que se nos ha propuesto.

La diferencia entre ambas anotaciones en los dos guiones, según se aprecia fácilmente, es apenas de tabulación y espacios.

La reaparición de la nota, sin embargo, ratifica los indicios de que estamos en presencia de los fundamentos de un trabajo de mayor aliento: un libro en proceso de redacción.

Al igual que su antecesor, o él mismo en otra fase de su trabajo, el autor del “guion Queirolo” mantiene el orden en el que las listas de nombres se incluyeran en el manuscrito de Amodio.

Solo que, a diferencia del “guion” antecesor, vuelve al texto original, e incluye temas que fueran omitidos por el “guion Marius”.

Ambos textos, pues, terminan por configurar el elocuente esbozo de una obra en desarrollo, transparentemente iniciada a partir del manuscrito de Amodio, escrita por un conocedor superficial del movimiento sedicioso, tal vez intervenida editorialmente por más de una mano, mecanografiada por otras.

 Veamos ahora a qué conducen.

Notas

136 Así, los puntos identificados para este trabajo con los números 1-3 se ubican en la página 5 del manuscrito de Amodio; el 4, en la página 6; los 5-7, en la página 7; los 8 y 9, en las página 8; el 10, en la página 9; los 11-14, en la página 10; los 14 y 15, en la página 11; los 16 y 17, en la página 12; los 18 y 19, en la página 13; los 20-22, en la página 14; los 23-27, en la página 15; el 28, en la página 16; el 29, en la página 17; los 30-35, en la página 18; los 36-39, en la página 19; los 40 y 41, en la página 21; los 42 y 43, en la página 23; los 44 y 45, en la página 24; el 46, en la página 25; los 47-49, en la página 26; los 50 y 51, en la página 28; los 52 y 53, en la página 29; los 54-59, en la página 30; los 60 y 61, en la página 31; el 62, en la página 32; los 63-66, en la página 33; el 67, en la página que luce sin numerar; los 68-69, en la página 34; los 70-72, en la página 35; los 73-75, en la página 36; los 76-79, en la página 37; los 80 y 81, en la página 38; los 82-84, en la página 39; los 85 y 86, en la página 40; los 86-88, en la página 41; los 89- 92, en la página 42; los 93 y 94, en la página 43; los 95 y 96, en la página 44; los 97-101, en la página 45; el 102, en la página 46; los 103 y 104, en la página 47; el 105, en la página 48; los 106-108, en la página 49; el 109, en la página 50; los 110 y 111, en la página 51; (la 52 es la página faltante del manuscrito); los 112-114, en la página 53; el 115, en la página 54; los 116-118, en la página 55; los 119-121, en la página 56; los 122-124, en las páginas 57 y 58, y el 126, en las páginas 59 y 60.


Comunicate