26.JUL.18 | Posta Porteña 1930

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Nicaragua: a nombre del pueblo se asesina al pueblo

Jul 25, 2018

Marino Alvarado | Abogado y activista de Derechos Humanos/ PROVEA

La Rebelión Popular en Nicaragua, la segunda del Siglo XXI después de la protagonizada por el pueblo venezolano en 2017, resiste a la feroz represión del gobierno de Daniel Ortega. El mismo que combatió la dictadura de Anastasio Somoza y  hoy ordena disparar contra gente humilde que como hace 40 años reclama libertades. Las mismas prácticas y saña del somocismo contra un pueblo en legítima rebelión.

Llama la atención que las dos rebeliones, la Venezolana y la de Nicaragua, hayan tenido de sus gobiernos, que se autoproclaman de izquierda y a favor de los pobres, el mismo método represivo usado por las dictaduras del pasado que tanto cuestionan.

A Maduro no le tembló el pulso para mandar a masacrar al pueblo. Tampoco hoy le tiembla a Ortega. Estudiantes, obreros, campesinos, amas de casa, engrosan la larga lista de víctimas. Lamentablemente superior en Nicaragua.

Como en Venezuela, el gobierno de Ortega ha recurrido a los grupos paramilitares para que sin compasión allanen viviendas y luego realicen ejecuciones. Acá vimos como los grupos paramilitares actuaban con pleno respaldo y coordinación con la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional.

En Nicaragua actúan bajo el mando de la policía o en coordinación con ella. Tal situación ha sido muy bien documentada tanto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que viene siguiendo en el terreno los acontecimientos, como por varias organizaciones de derechos humanos. Los grupos paramilitares progobierno son responsables de un número importante de asesinatos.

Como en Venezuela, el gobierno de Ortega utiliza los medios públicos para distorsionar los hechos y colocarse como víctima. Quien ordena asesinar, se presenta como atacado. Sus grupos paramilitares, al igual como lo hizo Maduro, son presentados como parte de la oposición y no como lo que son, brazos armados para la reprimir al pueblo.

Como ocurrió con la masacre en Venezuela lamentablemente un grupo de organizaciones e intelectuales de América Latina que dicen llamarse progresistas, incluyendo algunos activistas de derechos humanos, aplauden la represión en Nicaragua.

El llamado Foro de Sao Paulo, que en el pasado significaba un referente en las luchas populares del Continente, hoy es un espacio para avalar gobiernos dictatoriales y aplaudir la represión. La misma que condenan con toda razón en Argentina, Colombia o Chile, pero que avalan en Venezuela y Nicaragua. Para ellos hay un tipo de represión y de graves violaciones a los derechos humanos que se justifica porque la perpetran gobiernos que se autoproclaman populares. El doble rasero. La historia no los absolverá.

La Rebelión Popular en Venezuela fue aplastada con tanquetas y disparos. La Rebelión Popular en Nicaragua se mantiene. Abogamos porque logre los cambios que con enormes sacrificios se vienen reclamando. Desde Venezuela seguiremos solidarios.

Cosas noma'

 

Cuando Cristo dijo no

Ud. sabe bien lo que pasó

 

 Esto del homeless que lindamente visita el periodista e historicista (Haberkorn), en sus caminatas en busca de la realidad. Es un fenómeno que no es nuevo, pero se está haciendo viral en los centros urbanos. Distingamos, no es lo mismo un pobre que vive en una chabola de lata en los asentamientos, que estas personas que viven su segregación ambulantemente más o menos. Con parejas, con perros, y “correligionarios”

Esta calificación que me surge en este escribir, la de correligionarios, abre un poco la puerta hacia donde ningún político o administrador público puede mirar.

Así que dejemos quieta a la Arismendi, y hablemos de nosotros mismos.

La gente del cante son generaciones que vienen de allá abajo, de allá afuera y transmiten generacionalmente su situación de pobres, Y como viven todos agrupados, defienden que esos lugares resistan su desmantelamiento.

Sin embargo estos que en estados unidos los llaman homeless. Son gentes de origen clase media, que se descuelgan de la rueda esta que escupe centrifugando a los más, ojo ¿Cómo llamarlos? ¿Débiles…, inútiles, secados, o son quizás los más fuertes por su resistencia al sistema de egoísmo y separación que sigue yendo a misa?

Dios los guarde. A todos ellos, y a nosotros mismos.

Ellos dicen, no queremos comida, queremos un trabajo y quizá ni eso, queremos que alguien se pare y nos hable un rato.

Voy a ir más lejos aún. Esas personas que vemos entre cartones son los homeless que vemos, que se ven. Pero hay muchísimos más,  que están en su casa, siendo hija, padre, abuelo, empleado, dueño, Uds. mismo, yo mismo. Tienen vergüenza de ir a la calle por orgullo, pero se se ven igual de vomitados, de desheredados de no vistos de engañados por todo esta paranoia colectiva piramidal y cobardemente depredadora.

Todos estos casos y mas que nos enseña L.H. han dicho que no. Pero sin calentarse ni un ápice simplemente dijeron que no a muchas cuestiones que les rompían el alma.

No sé.

Daniel Irigaray

 

Relatos de Amodio

 

(Extraídos del Facebook de HAP)

 

 

Relato 5 - 5 de julio de 2018

 

La caída de Nell Tacci era totalmente previsible, por la forma desaprensiva con que se comportaba. Pudo haberse evitado, pero el MLN careció siempre de un espíritu autocrítico verdadero, con lo que los errores se reproducían cada tanto. El grupo de "legales" dejó de serlo, uno de sus integrantes, Aníbal de Lucía escapó por los pelos de ser procesado, se perdió toda la infraestructura conseguida a puro pulmón en los balnearios y lo que fue peor, obligó a concentrar en Marquetalia a un número importante de clandestinos.

Marquetalia era una construcción precaria, sin agua ni luz eléctrica, piso de tierra en la cocina y de hormigón rotoso en una zona contigua que en algún momento fue dormitorio y comedor de sus moradores anteriores. En esta zona se montó un taller y depósito y sobre ella se instaló un suelo de tablas a modo de entreplanta que oficiaba de dormitorio. El colchón era de ramas y las almohadas cada uno se la hacía con su propia ropa, salvo Marenales, que usaba un ladrillo.

Un pozo negro cumplía con sus funciones naturales. La higiene era precaria y las pulgas abundaban. El olor a humo lo impregnaba todo. Pero todas esas dificultades, al menos en una primera instancia, nos parecieron nimias, si las comparábamos con las de los "peludos", nuestros referentes más cercanos.

Marquetalia estaba dirigido por Manera y Marenales, dos compañeros poco dados a recibir aportes de otros, que consideraban que la mejor forma de salvaguardar la seguridad del local, que era decir la seguridad del 50 por ciento del MLN, era controlando absolutamente todo, sin dejar un resquicio abierto a la iniciativa personal. Esa actitud, unida a las dificultades económicas que repercutían en la comida, las condiciones precarias del local y la inactividad forzosa a la que estábamos obligados por las circunstancias, acabaron influyendo en la convivencia.

La falta de perspectivas claras acerca del futuro del MLN y la carencia de una discusión política franca y abierta llevó a la formación de corrillos en los que la Dirección era criticada por su inacción

Cuando esa caldera se puso a hervir, quienes nos habíamos mantenido al margen de los corrillos, fuimos considerados obsecuentes de la Dirección y quedamos apartados. A casi un año de clandestinidad, el MLN corría el riesgo de romperse y algunos consideraron un error no haber decidido integrar la guerrilla del Ché en Bolivia, decisión tomada una noche en la casa de Lagomar, dispuestos a hacer la revolución en nuestro país.

 

Relato 6 - 8 de julio de 2018

 

Cuando los concentrados en Marquetalia comenzaron a pensar que su pasaje a la clandestinidad había sido un gesto inútil y los corrillos comenzaron a socavar la convivencia y la unidad del MLN, el Ejecutivo en vez de aceptar que gran parte del malestar se debía a la forma en que Manera y Marenales conducían a ese grupo, llamó a una reunión en la misma Marquetalia.

En esa época, con Gestido recién elegido y ante la expectativa que su presidencia había despertado, el MLN había decretado un cese unilateral de acciones nunca declarado, pero que estaba subyacente en aquel período de inactividad. Dicha resolución no había sido debidamente explicitada y hubiera bastado con exponerla claramente para acallar en gran medida el malestar existente.

El Ejecutivo lo planteó como una razón secundaria y se descolgó con un documento basado en El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo, leído por Huidobro ante la mirada impasible de Manera, Marenales y Sendic, que se abstuvieron de intervenir

El resto de los convocados asistimos como los niños que son reprendidos por sus padres de manera exagerada: en silencio y mirándonos de soslayo tratando de adivinar hacia quién o quiénes iba dirigida la diatriba. Aguantamos en silencio, solo interrumpido por la bombilla de los mates que circulaban y el ruido del Zippo con que Tabaré Rivero jugaba cada pocos minutos.

Se resolvió formar una comisión de lectura, con el fin de leer a los clásicos del marxismo leninismo y así aplacar las inquietudes de todos. Demás está decir que esa comisión funcionó unos pocos días y que sucumbió ante la inutilidad manifiesta de su lectura: qué tenían que ver los problemas de la comuna de París con los problemas de 20 hombres y mujeres hacinados en un local aparentemente habitado por un par de peones dedicados a labores agrícolas, que consumían su tiempo en soledad, tanto de día como de noche?

El Ejecutivo, cuando no sabía o no podía resolver los problemas, recurrió varias veces al recurso del mamotreto ideológico. Años después, muchos años después, sabré que esos mamotretos que E Huidobro nos propinaba con satisfacción, se los escribía Jorge Torres, un dilettante al que creíamos alejado del MLN desde enero de 1966, cuando el MIR abandonó el Coordinador y al que E Huidobro le dio cabida en la columna 1, por su cuenta y riesgo

(continuará)

 

Millonarios que se ocupan de la patria sin hacer bambolla

Las clases 'altas' no han obtenido ese adjetivo de casualidad

 

Millones de pesos para las campañas electorales de Cambiemos, Frente para la Victoria y Frente Renovador figuran como donaciones de empleados públicos, monotributistas de categorías bajas o beneficiarios de planes sociales.

Pero ese dinero era en realidad un aporte a la patria de millonarios discretos, que en silencio se arrancaron los caudales que con tremendos sacrificios lograron reunir y se los dieron, sin especular con contraprestación alguna, a la fuerza política que honestamente creyeron que mejor trabajaría por el bien común.

Qué ejemplo. ¡Y qué lección para esos que alegremente pusieron su nombre, pero no su dinero!

Juan del Sur

 

¡Solidaridad con los trabajadores migrantes venezolanos!

 

¡Que se reconozca su condición de refugiados!

 

Miles de trabajadores venezolanos cruzan todos los días a pie las fronteras con Colombia y Brasil, huyendo de la miseria y el hambre a las que el gobierno venezolano les condena mediante un plan de ajuste que ha reducido el salario promedio a menos de 5 dólares mensuales. Entre 2015 y 2018 se estima que han salido del país alrededor de dos millones de personas, un 6% de la población. Según algunas encuestas, alrededor de un tercio de la población quiere emigrar para escapar de la hiperinflación, la criminalidad violenta y la represión.

Venezuela hasta hace pocos años no tuvo una tradición significativa de emigración. Durante la segunda mitad del siglo XX Venezuela más bien recibió inmigrantes de Europa y América Latina, un importante número de ellos de la vecina Colombia. Como parte de la polarización política y social en el marco del golpe de 2002 se da una primera oleada de emigración, fundamentalmente limitada a la clase media alta y la burguesía. Pero a partir de la crisis económica de 2013 y hasta la actualidad, con la contracción brutal de la economía y el ajuste inflacionario que liquida los salarios, se genera una ola de emigración cada vez mayor de la que participan sobre todo los asalariados y cuentapropistas, en condiciones cada vez más precarias.

El gobierno venezolano niega a la población la posibilidad de acceder de manera oportuna a pasaportes y otros documentos, alentando el pago de sobornos para obtenerlos, tan elevados que la mayoría de las personas no pueden pagarlos.

Como parte de esta ola de emigración, miles de venezolanos se encuentran en el norte de Brasil y el oriente colombiano en condiciones de miseria y extrema vulnerabilidad, hay casos de esclavismo en el norte brasileño en haciendas de los que han sido víctimas trabajadores venezolanos, incluso han sido víctimas de ataques xenófobos en la ciudad de Cúcuta, abundan las denuncias de feminicidios contra venezolanas en Perú, y crece una industria de trata de mujeres venezolanas con fines de explotación sexual en toda Latinoamérica. Muchos se embarcan en naves precarias hacia las Antillas bajo el yugo holandés o a Trinidad y Tobago, país donde las autoridades encarcelan a centenares de inmigrantes venezolanos y los amenazan con sentencias de hasta dos años de cárcel.

Ante toda esta situación el gobierno venezolano no brinda ninguna asistencia a los venezolanos en el exterior.

Según el discurso oficial, presente en los medios de comunicación del gobierno y los discursos de Maduro, los emigrantes son "blancos, descendientes de europeos, de clase media" y personas "que no aman a su patria", que la abandonan en momentos de dificultades. Demostrando una vez más el talante ultra reaccionario del gobierno. La oposición de derecha agrupada en la MUD, también instrumentaliza la crisis de la emigración, como se refleja en las declaraciones de Julio Borges, quien advirtió que Latinoamérica se puede "contaminar" de problemas que sufre Venezuela como la criminalidad violenta, debido al flujo de inmigrantes venezolanos. Una declaración que estigmatiza a los inmigrantes venezolanos y alienta medidas restrictivas por parte de los gobiernos de la región.

Las transnacionales petroleras se benefician con la superexplotación de los asalariados venezolanos. Llamamos a los trabajadores de EEUU, Estado español, Noruega, Francia, Italia, etc., a denunciar que Chevron, Repsol, Total, ENI, y las demás transnacionales en las empresas mixtas petroleras pagan salarios de menos de 5 dólares mensuales a los trabajadores venezolanos.

Ante la destrucción del nivel de vida de la clase trabajadora venezolana por parte del gobierno, a tal punto que es imposible subsistir con el salario promedio, los trabajadores migrantes venezolanos deben ser considerados refugiados, desplazados forzados por la debacle económica, y los países que los reciben deben brindarles toda la asistencia necesaria, incluso recibirlos aunque no dispongan de pasaporte, en vista de que el gobierno de Maduro le niega la documentación a sus ciudadanos. Los gobiernos de la región deben adoptar medidas para impedir que los trabajadores que huyen de la esclavitud en Venezuela sean nuevamente sometidos a condiciones de explotación esclavista en los países a los que migran, debido a su situación vulnerable.

23 de julio de 2018

Unidad Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)


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