Cuenta la historia que la Malinche fue una mujer y a su vez un personaje de la cultura mexicana, mujer que fue esclavizada por el conquistador Hernán Cortes, que luego de convertirla en su amante e intérprete fue un instrumento fundamental para conquistar a los aztecas, es decir al propio pueblo al que pertenecía la maldita Malinche.
La “Maldición de Malinche” expresa desde entonces la renuncia secular de los pueblos latinoamericanos de la herencia propia, y la aceptación a ojos cerrados de todo aquello que venga de afuera.
Todos los países latinoamericanos han tenido su Malinche a lo largo de su historia, y nuestro territorio, a partir de la llegada de los españoles a nuestras costas y pasando luego por gesta Artiguista, también ha sufrido esta maldición.
Reverenciar, facilitar, ponerle una alfombra roja a las multinacionales es también un acto digno de la “maldición de Malinche”
Los anteriores gobiernos, -Partido Colorado y Partido Nacional- como así también el actual gobierno,- el del Frente Amplio-, no han escapado a jugar de Malinche con las algunas inversiones extranjeras , sobre todo con las forestales trasnacionales y con de las industrias celulósicas asociadas a las primeras.
No nos cansaremos de repetir como se han ido dando estos hechos en el correr del tiempo.
Ya en el año 2003, publicábamos en Diario Acción un artículo al cual titulamos “Ni un Eucaliptus Mas” en el Uruguay. Lo hicimos preocupados por lo que creíamos podía suceder en un futuro no muy lejano Por esos años, un técnico español que trabajaba para la empresa ENCE (forestal española que poseía campos y exportaba troncos para hacer celulosa y papel en Europa), se vanagloriaba del crecimiento de dicha empresa y expresaba que necesitaban adquirir tres veces más cantidad de hectáreas de tierras para forestar de las que ya tenía en propiedad , y de esa manera poder justificar la instalación, (muchas veces negada por esa empresa) de una planta de procesamiento de celulosa.
Grupos ambientalistas por un lado, y grupos políticos por otro comenzamos una quijotesca campaña para impedir esos planes de expansión de la forestación a la cual calificamos en esos momentos de forestación indiscriminada, porque se realizaba sobre cualquier tipo de suelo y sin control alguno.
Cada tanto es importante, -aunque nos parezca reiterativo- volver sobre el tema en cuestión, y comprobar con los hechos la razón de nuestros planteamientos.
Nos preocupaba el cambio de rumbo que se iba tomando sobre la actividad agropecuaria y temíamos por la matriz productiva que se quería instalar, matriz que nos llevaba inexorablemente a una mayor concentración de la tierra en menos manos y a la extranjerización del suelo uruguayo.
Por esos años, la empresa española contaba con unas 50.000 hectáreas de tierra a las cuales lentamente iban forestando con eucaliptus, y lo hacían en campos cercanos al puerto de Fray Bentos, y por lo anunciado conferíamos que pretendían alcanzar a una cifra cercana a las 200.000 hectáreas, vale decir que muchas propiedades pasarían a ser adquiridas por una sola empresa extranjera.
Es a partir de este momento donde comienza a acelerarse el proceso de concentración de la tierra y su extranjerización.
Tierras ideales para la explotación agrícola ganadera, (cuya destino es la producción de alimentos), pasan a estar colonizados por monocultivos de eucaliptos cuyo destino es la fabricación de la celulosa.
Estudios de la Facultad de Ciencias del Uruguay, demostraron las pérdidas que sufren esos campos bajo esas nuevas condiciones, se pierden enormes cantidades de materia orgánica que demoraron millones de años en formarse para transformarse en troncos que son sacados del país como chips de madera o como celulosa.
Negocios entre multinacionales españolas y finlandesas dieron la posibilidad de que Botnia (capitales finlandeses) se interesara por el negocio de la celulosa en Uruguay, adquiriendo las tierras de la empresa española y también unas 50.000 has que tenía la empresa Shell en el departamento de Rio Negro
Al justificarse la masa de árboles diaria que podía procesar una fábrica de celulosa con capacidad industrial de 500.000 toneladas anuales de celulosa, es que comienzan las tratativas a nivel político para facilitar dicha instalación.
Las condiciones pedidas por la futura empresa fueron los permisos para operar en el régimen de zona Franca, (donde no se pagan impuestos que rigen para el territorio uruguayo) y seguridades ante cualquier evento que los pueda perjudicar sus inversiones a futuro, sobre todo cubrirse de posibles estatizaciones de tierra o nacionalizaciones de activos extranjeros.
Recordemos que eran los últimos momentos del Gobierno de Jorge Batlle y que ya se vaticinaba el triunfo del Frente Amplio, partido que en sus bases programáticas y en sus propuestas de gobierno para el Agro anunciaban tomar otro tipo de medidas.
Se presentó entonces el Proyecto de Ley de Mutua Protección entre los Estados de Uruguay y el de Finlandia, que básicamente establecía que en caso de nacionalizaciones, guerras civiles, y demás inconvenientes para el normal desarrollo de esas inversiones, un jurado internacional con sede en los EEUU, debía de juzgar la supuesta situación y en caso de ser favorable a la empresa el estado uruguayo debería resarcir los costos en un plazo menor a los seis meses y pagarlo mediante una moneda fácilmente convertible
Obviamente la bancada del Frente Amplio votó en contra de ese proyecto que afectaba sin dudas nuestra soberanía, pero la ley fue aprobada por mayoría en los últimos días del gobierno de Jorge Batlle.
Llegó el 2005, ganó el Frente Amplio las elecciones, y antes de asumir sus tareas como presidente de la República, el Dr. Tabaré Vázquez, (hasta ese entonces mi presidente), se reunió con los empresarios finlandeses y de ahí en adelante se consumó la instalación de la primera planta de celulosa en el país.
Los efectos que denunciábamos iba a pasar se comenzaron a dar, esta empresa siguió comprando campos sin ningún reparo por parte de las nuevas autoridades, a pesar de que en su programa se decía que no se iba a permitir la venta de tierra a extranjeros no residentes a partir del 1 de marzo del 2005. (Ver Propuesta para un País Productivo – Cadesyc. Política de Tierras – página 20)
Desde el 2006 a la fecha, -bajo el gobierno del Frente Amplio- la mitad prácticamente de nuestro territorio pasó a estar en manos extranjeras, (tierras adquiridas por forestales y empresas agrícolas extranjeras), este hecho trajo como consecuencia que 11.450 familias rurales abandonaran el área rural, es decir que emigraron aproximadamente unas 60.000 personas a los cinturones de las ciudades aumentando los hoy conocidos asentamientos donde la gente vive en condiciones que no eran las que el FA prometía.
En fin, lamentablemente el tiempo nos dio la razón, el suelo uruguayo se concentró en menos manos y en manos extranjeras.
Pero el proceso de entrega de la soberanía siguió adelante, se instaló también Montes del Plata, (capitales suecos y chilenos), y ahora se le permite a los finlandeses instalar su segunda planta de celulosa, es decir la tercera pastera en el Uruguay, y esta vez sobre nuestro Rio Negro. Recordemos que cada planta de producción de celulosa de ese porte necesita unas 250.000 a 300.000 hectáreas de monocultivos forestales que las abastezcan.
Aquí como en la primera vez, los ambientalistas se están movilizando para concientizar a la población y para evitar la instalación de dicha planta sobre el Río Negro, río que está ya contaminado desde hace años y que evidentemente con una industria como la prevista aumentará su contaminación, afectando a una enorme cantidad de personas que se nutren de la cuenca del Río Negro.
Científicos de nuestra Universidad, liderados por el Ing. Daniel Panario (doctorado en Manejo del Agua) han realizado muestreos de sus aguas y han advertido de las graves consecuencias que pueden darse de seguir con dichos planes, a esto el gobierno responde con un decreto que prohíbe a la Universidad seguir con estos muestreos sin la autorización gubernamental.
Hecho insólito de un gobierno que se presenta como defensor del pueblo, y que se preciaba de saber escucharlo.La Universidad de la República ha sido amordazada de esta manera amordazada.
Este Gobierno, junto a casi todos los Partidos Políticos de la oposición, ha tendido a las multinacionales una alfombra roja para que desembarcaran y se apoderaran de buena parte del territorio uruguayo.
Pero no solamente se ha quedado en esas medidas, sino que además les prepara la infraestructura vial para que pueda UPM instalarse en el interior del país, son más de 1000 millones de dólares, que el pueblo uruguayo pondrá para viabilizar la vía férrea desde el centro del país al puerto de Montevideo.
Obra que puede quedar minimizada a la mínima expresión si a último momento UPM desiste de instalarse donde hoy piensa hacerlo. Así lo consignan los acuerdos firmados, el Uruguay arriesga muchísimo y UPM casi nada.
Para finalizar queremos expresar nuestra preocupación en cuanto a cuáles son los reales intereses de los dueños del mundo, es decir a las multinacionales extractivistas de los recursos naturales de los países subdesarrollados mental y económicamente.
Se habla mucho de las Plantas de Celulosa, pero la producción de papel tiene su final pronosticado, en efecto, un industrial europeo que tiene cuatro plantas de producción de “papel piedra” en China, aconsejó en Montevideo a aquellos tenedores de bonos de la industria celulósica que los vayan vendiendo, porque el papel como lo conocemos nada tendrá que hacer frente a ese nuevo producto, que según tengo entendido, ya se comercializa en Uruguay.
Pensamos entonces sobre los reales objetivos de estas empresas extractivistas, y nos inclinamos a pensar que los biocombustibles son el verdadero objetivo. Sea cual sea la metodología que emplearán, lo principal ya lo han conseguido, han conseguido nuestras tierras y una infraestructura para vehiculizar lo que vayan a producir.
Ya saldrán los técnicos que sustenten el accionar de estas empresas, técnicos que por supuesto no lo hacen por “amor al arte”, sino que deben de esta bien pagos por las empresas, y también saldrán los otros, los que les encanta ser como la Malinche, me refiero a pobres gremialistas, -que algunos salen semanalmente en programas televisivos-, y a seudo científicos que con su “perorata” no convencen a nadie.
No nos ha sido fácil tratar de concientizar de estos problemas a la población, pero la misma viene entendiendo lentamente los problemas que se acercan, así lo demostró en la lucha que se realizó en contra de la instalación de la Mega Minería en el Uruguay, marchas y juntada de firmas ayudaron a abortar ese engendro.
Apelamos al sentimiento Artiguista de nuestro pueblo para detener estos nefastos emprendimientos que afectan a nuestra soberanía, es el pueblo uruguayo el que no tiene que convertirse en una Malinche.
En Agosto vendrán a hablarnos de todo esto y con mucho más información los economistas William Yohai y Melazzi,- ellos son parte de un grupo que lucha contra la instalación de UPM 2- así que desde ya invitamos al pueblo de Mercedes de estar atentos y a concurrir a ese importante evento.
Publicado en Diario Acción de Mercedes el 28 Julio del 2017.
Horacio Zefferino de la Fuente
Mercedes - Uruguay