15.AGO.18 | Posta Porteña 1938

ARG | Economía K y la "Teoría Monetaria Moderna" (última parte)

Por ASTARITA

 

Crítica del circuito Estado – dinero – Estado

Rolando Astarita [Blog] 12/08/18

La parte 3 de la nota,13.AGO.18 | Posta Porteña 1937

La receta milagrosa de la TMM de imprimir dinero para sostener la demanda, y acabar con la desocupación, se basa en la idea del circuito Estado, dinero, Estado. La TMM sostiene que, en este respecto, continúa la noción del circuito, que fundamenta la explicación poskeynesiana de creación de dinero endógeno.

Según el enfoque del dinero endógeno, el dinero se crea a partir de la decisión de los empresarios de invertir, y de los créditos que les otorgan los bancos con tal fin. Esto es, los empresarios deciden invertir y piden créditos a los bancos; los bancos conceden los créditos y abren depósitos (o amplían el sobregiro); con ese dinero bancario los empresarios financian la producción (adelantan salarios, adquieren medios de producción); luego venden lo producido y cancelan los préstamos con los bancos.

Teniendo en cuenta lo anterior, la TMM afirma entonces que existe un circuito Gobierno → Otros → Gobierno. El gobierno inyecta dinero, por ejemplo, otorgando subsidios a las personas (otros); y ese dinero es destruido a través del pago de los impuestos (véase Tymoigne y Wray, 2013). De ahí que el gobierno tendría la capacidad ilimitada de pagar lo que desea comprar.

El problema con este circuito es que pasa por alto que la inyección del dinero implica la compra de bienes, y por lo tanto,la producción de esos bienes. Es que, o bien el gobierno compra bienes a las empresas; o entrega dinero a personas que adquieren bienes para su consumo. En cualquiera de los casos, tiene que existir la producción de bienes para que sean adquiridos. Pero si esto es así, hay que preguntarse quién produce, y quién financia la producción. Una cuestión que, de alguna manera, ya está implicada en la creación de dinero endógeno del circuito poskeynesiano, pero de manera aún más determinada en el circuito del capital, analizado por Marx (véase, en especial, la primera sección del tomo 2 de El Capital).

Sin embargo, la producción está literalmente desaparecida en el circuito de la TMM. El problema no es menor, porque si no hay producción no hay forma de renovar los bienes necesarios para el mantenimiento, y desarrollo, de la sociedad. Es una cuestión materialista: toda sociedad está obligada a reproducir sus condiciones materiales de vida

La particularidad en la sociedad actual es que esa reproducción se hace bajo la forma social capitalista, el circuito capitalista. El capitalista adelanta dinero, con el que compra fuerza de trabajo y medios de producción; le sigue el proceso productivo (…P….) y la producción de una mercancía valorizada (M’). La cual, mediante la venta, se transforma en dinero (D’, recuperación del dinero adelantado más la plusvalía).

Naturalmente, en este esquema se puede insertar la idea de que parte del dinero adelantado es crédito bancario. Pero lo central es que, a través del ciclo capitalista existe producción de bienes materiales, así como de valor y plusvalor. No hay manera de que el valor y la plusvalía se generen en el intercambio. Y la generación, a través del trabajo, de valor y plusvalía encierra, inevitablemente, la producción de bienes de uso. Por eso, al reproducirse la producción de bienes materiales, se reproduce también la relación capital-trabajo, esto es, la relación de explotación. Y si la plusvalía se acumula, la relación de explotación se reproduce en escala ampliada. De ahí la importancia de la noción de trabajo productivo (o sea, que produce plusvalía), adelantada por Adam Smith, y desarrollada por Marx.

Enfatizamos esta cuestión porque  una vez que se pone la atención en la producción, desparece la “magia” del circuito Gobierno – Otros – Gobierno, que postula la TMM.

Para ver por qué, supongamos que el valor agregado por el conjunto de la producción capitalista, en un período de tiempo determinado, sea $100 millones, de los cuales $60 millones son para el pago de salarios y $40 millones plusvalía. Supongamos ahora que el gobierno otorga subsidios por $10 millones, y establece que las empresas deben pagar impuestos por $10 millones. Es el circuito de la  TMM. Las personas que recibieron el subsidio entonces adquieren bienes por $10 millones. Obsérvese que con eso no se altera el valor agregado, que sigue siendo $100 millones. La diferencia ahora es que una parte de ese valor agregado va a los que recibieron el subsidio. A las empresas les ingresan $100 millones; pero de los $40 millones que conforman la plusvalía ahora $10 millones son impuestos que refluyen al gobierno.

Como puede verse, nada se ha modificado en lo que hace a la producción. Simplemente ha habido una caída de la plusvalía de la que se apropia la empresa por la sencilla razón de que la misma se destina a pagar un impuesto de igual monto que el subsidio concedido. No hay manera de que por esta vía puedan aumentar, de forma duradera, el empleo, ni la producción de bienes materiales.

La razón de fondo es que el gasto estatal es secundario, derivado. Si el Estado paga a trabajadores para que entierren botellas con dinero, y luego las desentierren, ese trabajo es improductivo. No genera nuevo valor, ni riqueza material. Por eso los economistas K no tenían manera de sostener indefinidamente la demanda imprimiendo dinero. No solo porque se suscitaban los problemas de desconfianza en el valor del peso argentino (lo hemos discutido en la parte anterior de la nota), sino también porque desembocaba en una vía sin salida.

En conclusión, el circuito que postula la TMM es mistificador, ya que sugiere que es posible generar riqueza material, o superar los problemas que plantea el estancamiento de la producción capitalista por el simple trámite de emitir dinero. Y porque “barre debajo de la alfombra” la centralidad del trabajo productivo, y de la explotación del trabajo, la verdadera base en la que se asienta la sociedad capitalista.

Textos citados:
Marx, K. (1999): El Capital, México, Siglo XXI.
Tymoigne, E. y L. R. Wray (2013): “Modern Monetary Theory 101: A Reply to Critics”, Working Paper 778, Levy Economics Institute of Bard College.


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