17.SEP.18 | Posta Porteña 1950

NO A LAS JUBILACIONES MILITARES DE PRIVILEGIO NO A LAS FF.AA

Por Pro UNIR - RUMBO

 

El Parlamento está considerando la reforma de la llamada Caja Militar (SRPFFAA), que tiene media sanción. El Senado la aprobó solo con los votos del Frente Amplio. Se hace una pequeña quita de sus privilegios, pero en esencia se los mantiene

Al mismo tiempo se prepara una nueva “ley orgánica” militar. También se prepara una reforma regresiva de todas las jubilaciones en general, alargando la edad de retiro. La diferencia que se hace con los militares es escandalosa y recuerda las “categorías A, B y C” de la dictadura.

No es menor que el tema haya dado pie a una eclosión mediática del militarismo, pretendiendo hacer del jefe del Ejercito un “mártir” de los “pobres soldados” El tratamiento propuesto para la Caja Militar es el más “benevolentes” de las cajas paralelas reformadas, y se ha demorado veinte años.

Los militares que al jubilarse siguen cobrando el 100% de su sueldo pasarían a cobrar el 85%, sería de cualquier manera casi el doble que un trabajador común. Y no se ve que para la reforma general de las jubilaciones se quiera aplicar un “gradualismo” como con los militares, que retrasa los efectos de los cambios en 15 años, mientras el déficit de la Caja se mantiene. Un déficit de 500 a 600 millones de dólares anuales.

En las jubilaciones de los trabajadores, la verdadera causa del desequilibrio social entre activos y pasivos es la falta de puestos de trabajo y la baja de la remuneración, calidad y estabilidad del trabajo. Esto se debe a la necesidad capitalista de compensar por la súper explotación, la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia. Si los trabajadores ganasen mas y tuviesen mayor estabilidad (posible hoy por el aumento de la productividad del trabajo) aportarían mas para mejores jubilaciones. Esa reforma regresiva es para mantener la mayor explotación del trabajo. El peso muerto no son los trabajadores sino los explotadores, que concentran una parte mayor de la riqueza.

Las jubilaciones de los militares son un problema totalmente diferente porque tanto los activos como los pasivos son siempre UN PESO MUERTO para el Estado. Los militares son improductivos y por tanto siempre deficitarios. El sueldo del trabajador público sale del Estado pero su trabajo crea la riqueza de este último. Lo mismo cuando se presta un servicio necesario (como la recolección de residuos) que el Estado provee. Los soldados salieron a recoger la basura en la huelga de los municipales, pero no se recurrió a OTROS trabajadores porque estos tienen (a diferencia de los soldados) verdaderas cosas que hacer que no pueden abandonar y no gastan su tiempo inútilmente.

Que un soldado se jubile aún joven (criterio pensado para ejércitos destinados a pelear guerras REALES, no como el nuestro) agrava mucho más el problema. Entre los trabajadores hay dos años de actividad por uno de disfrute de la pasividad, entre los militares uno de actividad por cada dos de pasividad.

Y si hoy se propone diferir en algo la edad de jubilación de los militares, y no llenar las vacantes que se van produciendo, es porque nadie piensa seriamente en que esos soldados tengan alguna vez que ir a la guerra, y serian inútiles como fuerza de combate. Los propios jefes militares se lo dijeron abiertamente a Tabaré Vázquez cuando él propuso una guerra contra Argentina (por el conflicto de UPM y los cortes de ruta). Si es impensable que para Uruguay pueda plantearse alguna vez una guerra semejante, es inaceptable que los militares, el reconocer que para eso no sirven, aun así quieran conservar sus privilegios por la “especificidad” de su función.

La especificidad de los militares, de estos militares, es que son incapaces de cumplir con su propia especificidad como militares.

Pero lo que la vaca gorda bancaba, la vaca flaca ya no aguanta. La parodia de un ejército para defender el territorio nacional en guerras que nunca ocurrían, y que de ocurrir para nada serviría, se ha mantenido por más de un siglo. Ahora con problemas crecientes de nuestra economía, es insostenible. El impulso de la reforma no ha venido de sectores del ala izquierda del partido de gobierno, sino del propio Ministerio de Economía, no por motivación ideológica sino pragmática. Porque en estas condiciones de achique económico, es el lujo de la miseria.

Revanchismo, radicalismo, motivación ideológica y sesgada, dice la oposición ¿Y que “orden instituido” están defendiendo acá? Si estas FF.AA. no son capaces de enfrentar a ninguna otra fuerza de algún país del mundo, ¿para qué están y porque es tan importante mantener sus privilegios? Al espiar, por ejemplo, en forma continua las actividades de la sociedad civil y en forma encubierta, demuestran que la sociedad civil es su enemigo; las fuerzas de defensa del Estado uruguayo son para defenderse de la sociedad uruguaya.

Estas fuerzas hipertrofiadas no son simplemente una herencia de la dictadura, porque la dictadura militar vino como producto orgánico de las propias fuerzas armadas. Su contenido fue producto del programa burgués para esa coyuntura, pero su FORMA fue producto de la corporación militar misma. Su condición hipertrofiada es previa y estructural.

Para darles algo que hacer y que se ganen el sueldo, porque ya es demasiado evidente que no sirven para la guerra, se proponen (entre otras cosas) afectarlas directamente a la represión interna, no solamente como disuasión pasiva y recurso de última instancia. Así, también se refuerza la filosofía punitiva como método de combate del delito, como se hace reiteradamente, no para combatir este último, sino para impulsar mecanismos de control social desde el poder y para alentar y utilizar la guerra entre pobres. Un sinceramiento tan completo es políticamente peligroso.

El discurso de justificación de la institución militar en distintas fuerzas políticas

Por ejemplo, decir que los militares que han cumplido servicios en las “misiones de paz” en el exterior estarían preparados para esa función interna porque lo han hecho en otros lados, es un sinceramiento peligroso. Invadir otros países es aprender a invadir el propio, a la vista tenemos el ejemplo de Brasil. El retorno de la derecha descarnada en el continente viene acompañado de una nueva ola de militarismo.

Las “fuerzas de paz” nunca cumplen funciones de combatir el delito, a no ser el “delito” político de resistencia, como fuerza de represión abierta contra la protesta. Tal fue el caso de la MINUSTAH en Haití, donde la participación uruguaya no fue muy “honrosa”

Lo mismo ocurre con otras propuestas de encontrarles una función que las justifique.

La izquierda tiene hoy un deber insoslayable político, ideológico y cultural. Hay una rica tradición antimilitarista en nuestra historia, con propuestas de eliminación de las FF.AA. por parte de (en tres momentos diferentes) Emilio Frugoni, Julio Cesar Grauert y Carlos Quijano. Algo además sustentado en otro tiempo por un amplio espectro político, académico y social. Carlos Real de Azua, Miguel Soler Roca, etc. Incluso entre los militares, no de forma tan radical (Pedro Montañez, Víctor Licandro, etc.)

Pero esta tradición no está presente hoy en las fuerzas políticas. La actitud del Frente Amplio en este caso ha sido vergonzosa, una solución que no soluciona nada y que al mismo tiempo pone en evidencia sus contradicciones internas. Esto es producto de su adaptación al ejercicio del poder en el marco capitalista, cohabitando con el garante armado de ese sistema social.

La actitud de la Unidad Popular hasta ahora, no ha sido mejor sino peor. Hace un año anunciaron su voto contrario al proyecto que hoy se concreta y luego confirmaron esa actitud al bloquear el impuesto a las jubilaciones militares; ahora anuncian que no lo votarán en diputados si no se hacen ciertos cambios. La actitud de la UP acá contradice su planteo de anulación de la Ley de impunidad, pues tanto ésta como el actual sistema de la Caja Militar son manifestaciones de la situación privilegiada derivada de la dictadura, en ambos casos. Sólo consideraciones oportunistas políticas podrían explicar esa contradicción.

Bloquear esta reforma, por mínima que sea, es ponerse del lado de la corporación militar y sus privilegios. Si el proyecto no se aprueba ahora se postergara todo hasta el próximo gobierno.

A su vez, los argumentos que se aducen son insostenibles, como ser “una reducción de efectivos, sin lesionar las tareas propias de la defensa nacional, que concebimos con un sentido antiimperialista y con participación popular” (sic). Pintar con esos colores a estas FF.AA., además de vergonzoso es ridículo. El Ejército brasileño, hoy en plana represión, regala ahora a su colega uruguayo previa autorización expresa de EEUU (ya concedida) unos tanques que no les sirven para una guerra pero serian útiles a los uruguayos para la “seguridad interna”. El regalo viene con “manual de instrucciones”, como vemos.

Al igual que la UP, los sectores del ala izquierda del FA hablan solamente de reducción de efectivos y no de soluciones de fondo ¿Pero qué seria esa reducción? En relación a su población Uruguay tiene cuatro o cinco veces más efectivos que los países vecinos. Reducir en esa proporción las FF.AA. significa llegar al LÍMITE en que sería mejor suprimirlas. Y si se quiere llegar a un nivel –teóricamente- en que sean efectivas, habría que militarizar todo el país.

Reducción “con profesionalización” también se dice. Pero una modernización hacia la técnica militar actual implica un COSTO insostenible, y ni así. Ya el mantenimiento de los viejos equipos actuales es defectuoso y son un peligro.

Ir al fondo de la cuestión con una propuesta coherente

En la izquierda extra frentista se mantiene la lucha contra la impunidad, contra las “misiones de paz” y todas las manifestaciones reaccionarias del militarismo. Pero ¿no nos quedaremos en tratar los síntomas e ignorar la enfermedad?

LO ÚNICO QUE CORRESPONDE ES LA ELIMINACIÓN TOTAL DE UNAS FF.AA. QUE URUGUAY NO NECESITA PARA NADA

No estamos diciendo dejar a casi 30 mil personas en la calle. Eso es lo que pasa, por cierto, cuando se desmantela cualquier industria y al Parlamento no se le mueve un pelo. Pero si no admitimos esa barbaridad en un caso, tampoco estamos proponiendo hacerla en el otro. DECIMOS: quitarles a los militares su condición de tales y ASIMILARLOS como civiles en servicios estatales productivos, transfiriendo al mismo tiempo también, todos los recursos materiales que tengan utilidad para fines civiles.

El Hospital Militar cuenta con una buena estructura de servicios y personal especializado. Transferirlo a ASSE quedando accesible para todos. Ninguno de los trabajadores que allí cumplen servicio de salud quedara sin trabajo, ninguno de los usuarios de hoy quedara sin atención. Y así en todos los casos en que se pueda. Por supuesto, las cosas improductivas cesaran, los gastos en armamentos, los sueldos abultados de altos oficiales, los viáticos al exterior para fines secretos, el espionaje.

Y para tener en cuenta los “derechos adquiridos”, habilitar la sindicalización de la tropa, que hablen por sí mismos y defiendan sus derechos en la misma dinámica de negociación colectiva de cualquier gremio. Y también de ida y vuelta, lo que sea para el soldado que sea para cualquier trabajador: Jubilarse con el 85 % del sueldo, TODOS, y no jubilaciones A, B y C.

Es hora de que la izquierda deje la defensa servil del paradigma del Estado-nación, que en este caso sustenta la existencia de un aparato armado que no defiende al Estado de otra cosa que del propio pueblo. Esa aceptación es hija de la vieja y caduca idea de que es posible y “progresivo” un capitalismo “de liberación nacional”, democrático y con un desarrollo capitalista propio. Si hay un país en el mundo en que esto no tiene sentido es Uruguay.

Convocamos por tanto a todos a una acción conjunta para el RECHAZO DE LOS PRIVILEGIOS MILITARES EXIGIENDO SU ELIMINACIÓN COMPLETA. Y en el camino del desmantelamiento de las FF.AA., buscaremos todos los acuerdos totales o parciales que sean posibles. Este acuerdo de hoy entre dos grupos, para la acción y discusión, es una invitación a sumarse a todos los luchadores por la liberación social de nuestro pueblo, en la amplitud y profundidad que cada uno lo entienda. Una discusión que no debe postergar la acción inmediata. Llamamiento que lo acompañaremos con invitaciones concretas a cada uno de ustedes.

Setiembre de 2018.

Agrupación Pro UNIR y RUMBO SOCIALISTA


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