01.OCT.18 | Posta Porteña 1955

Servicio de Información de Defensa (SID) - Uruguay - UNA MÁQUINA (CASI) PERFECTA (I)

Por Extensión Universitaria

 

El SID como usina de inteligencia y soporte de la represión

durante la dictadura militar

 

Este trabajo se lleva a cabo en el marco del proyecto de Extensión Universitaria “Sistematización, tratamiento y difusión de la información digital vinculada con las investigaciones en materia de graves violaciones a los derechos humanos en el pasado reciente y terrorismo de Estado”, aprobado para la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República en su llamado Derechos Humanos 2017.

Nilo Patiño Luciano Costabel Samuel Blixen Colaboradores Nadia Amesti Edward Braida Leonardo Cardozo Sofía Sánchez- sept 2018

 

El Servicio de Información de Defensa (SID) constituyó, durante la última dictadura cívico militar, el centro de información nacional, interior y exterior de más alto nivel dentro de la estructura general de las ?Fuerzas Armadas (FF.AA.)

En consecuencia, siendo el núcleo del aparato de información, fue el encargado de practicar un control sobre la sociedad, caracterizado por la minuciosa represión y vigilancia. Además, brindaba la inteligencia de nivel estratégico necesaria para el funcionamiento de todo el sistema, mediante la centralización de la información recolectada, destacándose la proveniente de los organismos públicos intervenidos

Para aplicar el modelo económico, político, social y cultural que había comenzado a ser concebido a partir de su designación en la lucha “antisubversiva” (1971), los militares necesitaron adaptar su función estrictamente castrense a una noción que ampliara sus márgenes de acción. Se estableció así que las FF.AA. debían “apoyar y tomar a su cargo los planes de desarrollo que les fueren asignados, realizando obras de conveniencia pública (...)” , lo que les permitió, en la (1) ambigüedad redactada, justificar que, a los efectos de cumplir con esa misión, resultaba necesario la creación de un sistema militar que, “integrado a la organización institucional civil” , les permitiera (2) “mantenerse permanentemente informadas e intervenir en la formulación de objetivos nacionales, tanto en el área de la seguridad como del desarrollo” (3)

Dicha doctrina tenía como resultado inevitable la expansión de las estructuras violentas, las de castigo y represión, en la medida en que el “desarrollo” estaba sujeto a la concepción económica neoliberal (emanada de la universidad de Chicago, impuesta a todos los regímenes de seguridad nacional en el continente) que postulaba el principio del éxito del libre mercado, siempre y cuando no operaran fuerzas que distorsionaran su desarrollo fluido y armónico. Los sindicatos, con sus exigencias salariales, y los partidos políticos que impulsaban fórmulas de justicia social, debían ser controlados y/o eliminados para que no interfirieran en aquella armonía del libre mercado. El castigo y la represión podían convivir, en el discurso, con el augurio de la seguridad ciudadana y del civismo, que se retomarían luego de eliminados los elementos sociales que la amenazaban

Para ello, el sistema estableció: "organismos de dirección, organismos de información, organismos de asesoramiento, planificación y supervisión, organismos de ejecución y organismos de apoyo", para “intervenir en cooperación con los distintos organismos estatales vinculados al desarrollo económico y social, a fin de cumplir las tareas” de “brindar seguridad al desarrollo” (4)

En dicha organización, el SID fue transformado en el organismo central, rector, de información e inteligencia dentro de toda la estructura, teniendo la misión de “elaborar la inteligencia al más alto nivel nacional mediante la coordinación y planificación de todas las actividades de información y contrainformación que desarrollen los diversos organismos especializados existentes en el país”(5) Junto con el Estado Mayor Conjunto (ESMACO) -principal organismo de asesoramiento, planificación y evaluación- fue la columna vertebral del sistema que le permitió a la Junta de Comandantes en Jefe (JCJ) -máximo organismo de dirección- mantener el control del país durante todo el período

Por la importancia adjudicada al SID, en la Ley Orgánica Militar de 1974 se estableció que su director debía ser un oficial superior, y que el organismo pasaba a depender directamente de la JCJ, “constituyendo el órgano de asesoramiento específico con que esta cuenta, para satisfacer los requerimientos de información y contrainformación” (6) Aunque se presume que ya en 1971 6 dependía directamente de esa Junta y no del Ministerio de Defensa, como fue definido en su decreto de creación en 1965

Tales medidas no hacen más que reafirmar la jerarquía del organismo y su amplio radio de acción en su tarea específica de inteligencia y contrainteligencia, por encima de cualquier agencia con función similar, departamento, incluso División de Ejército o cualquier otra fuerza. Esa tarea específica no impedía que el SID realizara, con un criterio de selectividad, operaciones militares “antisubversivas”

Conocimiento total del enemigo

Para la eficiente lucha contra la subversión primero, y aplicado luego cuando el régimen militar se instaló en el poder, el SID desarrolló un dispositivo de inteligencia con el fin de generar un conocimiento total sobre el enemigo (su organización interna, los elementos que lo componían, su alcance, cómo, cuándo y dónde operaba, hasta quienes los apoyaban de forma inorgánica) y en base a ello, elaborar una estrategia para su sometimiento. Esa estrategia surgía del esquema elaborado a partir de la información primaria que se recogía. Calificado como “orden de batalla” (cuadro 1), el esquema de la organización que se reprimía, y la composición de sus integrantes, estaba en permanente elaboración y actualización; la tarea no culminaba hasta que estuvieran identificadas las personas, los organismos y los hechos en los que había participado (7)

De esta forma, bajo la consigna de la aplicación del poder a través de un procedimiento del saber, generaron una extensa red de información que buscó “establecer un único e integrado sistema con la participación de todos los elementos asignados a estas tareas (de inteligencia) dentro de cada una de las fuerzas”, para penetrar en todas las capas de la sociedad a lo largo del país, (8) incluso en el exterior, con el fin de controlar y doblegar al enemigo (9)

 El SID, por su jerarquía, representaba el núcleo central de la información procesada y era el encargado de coordinar y planificar “todas las actividades de información y contrainformación desarrolladas por los diversos organismos especializados existentes en el país”. Para su efectivo (10) cumplimiento, tuvo a su disposición toda la estructura de las FF.AA. y después de 1973 -cuando se creó el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA) y se designaron oficiales en las distintas reparticiones públicas- se apoyó en la completa maquinaria del Estado. Respecto a los oficiales designados en las reparticiones públicas, el director del SID era el encargado de coordinar su actuación para las tareas de información. Complementariamente, la JCJ ordenó que todos “los integrantes de las FF.AA. designados a cualquier título para prestar servicio en organismos ajenos al M.D.N.” (11) constituían agentes primarios de información del SID y debían informar sobre “cualquier tópico” a ese organismo. Dehecho, los oficiales asignados a los (12) órganos de dirección civil en las empresas públicas y en la Administración, fueron agentes del SID.

Para cerrar el circuito, los Jefes de Policía en todos y cada uno de los departamentos eran coroneles designados como “delegados” departamentales del SID, e informaban sobre los asuntos de su interés, sin necesidad de reportarse al Ministro del Interior(13)

Insumos para la represión

El sistema integrado de información fue aplicado para la elaboración de las estrategias represivas. La represión realizada como respuesta a los “atentados” contra la “Seguridad Nacional” tuvo plena cobertura legal desde 1971, cuando se asignó a las FF.AA. la lucha contra la subversión. La batería de leyes y normativas aprobadas contra la sociedad para dar margen de maniobra a la acción militar, permitió la vigilancia de todos los espacios bajo su control. En los hechos, significó la legitimación del despliegue de control y represión por parte de los militares. Es a partir de 1972, con la ley del estado de Guerra Interna y la ley de Seguridad del Estado, que esto se lleva a cabo plenamente y constituye la antesala del golpe de 1973

La inteligencia se centró en las organizaciones sindicales, políticas, sociales y religiosas, que representaban una amenaza a la Seguridad Nacional. Por ello, las agencias de inteligencia (SID, E II, N-2, A-2, OCOA, DNII, Ca.C/Inf de E, FUSNA)(14) realizaban informes detallados sobre las  distintas organizaciones actuantes. Estas agencias eran dirigidas por el SID, que fijaba la estrategia de inteligencia y además dirigía aquellas operaciones que consideraba particularmente importantes, ya fuera por la jerarquía de las personas involucradas o por la relevancia de las informaciones que eventualmente podrían obtenerse. En función de los informes recibidos, el SID realizaba una apreciación de la situación de cada una de las organizaciones -se consideraban antecedentes, situación actual, análisis y conclusiones-. Finalmente los resultados eran enviados a las agencias para su conocimiento y como insumo para la elaboración de las estrategias represivas particulares; la estrategia más general definía un orden de prioridades: el objetivo de aniquilar o anular a cada organización se realizaba según un cronograma, que empezó con el MLN y siguió con las restantes

Las evaluaciones de las organizaciones “subversivas”, a los efectos de la represión y de la designación del responsable de llevarla a cabo, tomaban en cuenta la incidencia coyuntural de cada una. Así, entre 1972 y 1974, el objetivo principal de la represión para el SID fue el MLN. Una vez desarticuladas las principales estructuras de dicha organización, la inteligencia represiva se centró en el PC -finales de 1975-; hasta ese entonces la responsabilidad de su represión había quedado a cargo del la Dirección Nacional de Inteligencia y de la Guardia Metropolitana. A modo de ejemplo: en abril de 1975, el capitán Tabaré Acuña, de la Compañía de Contrainformación, comunicaba al Departamento I del SID que “se tiene información de que actualmente no existen los círculos (de la Juventud Comunista) como tales pues el funcionamiento es a nivel de toda la seccional pero la última palabra está al decir del Departamento 2 de la DNII, ya que en este departamento tienen aproximadamente 90 detenidos de la UJC y del Partido” (15)

La prioridad de desarticulación de las distintas organizaciones, establecida en base a su rol coyuntural y/o estratégico, aplicaba para todo el territorio y todos los organismos: el general Gregorio Álvarez, jefe de la División de Ejército IV, firmaba un parte especial de información en julio de 1974 en el que consignaba que un detenido, interrogado en el Batallón de Infantería N.º 11, de Minas, por orden del Departamento E II (informaciones) del Estado Mayor del Ejército (EME), “dispone la concurrencia a OCOA y ésta la concurrencia a la Guardia Metropolitana, que es la que centraliza todo lo referente al PC”(16)

 A fines de 1975 se lanzó la Operación Morgan y el  Partido Comunista pasó a ser el centro de la represión por una nueva evaluación de la inteligencia militar. A efectos de visualizar la forma de operar, conviene señalar la secuencia de grandes golpes que la dictadura asestó a diferentes organizaciones: en 1972 la represión se centró en el MLN; en abril-mayo de 1973, contra el Partido Comunista Revolucionario (PCR), especialmente en el interior; en julio, detención de dirigentes sindicales de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), en octubre-noviembre, contra los Grupos de Acción Unificadora (GAU): en abril-mayo de 1974, nuevamente contra el MLN; en diciembre, nuevamente contra el PCR, en Montevideo; en abril de 1975, contra el Movimiento Marxista (MM) en Montevideo y en Maldonado, en marzo-abril, operativo Dragón contra el MLN y la JCR en Buenos Aires; en mayo, operación Conejo contra el MLN

Una vez finalizada la Operación Morgan (enfocada especialmente en atacar a las direcciones políticas, y los aparatos financiero y militar del Partido) (17) la represión se volcó sobre el  Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) en 1976; contra los GAU en 1977; la Unión Artiguista de Liberación (UAL),(18) hacia fines de 1977 y principios de 1978, y después nuevamente contra el PC  y la UJC. La estrategia de concentrarse en un solo enemigo a la vez no era totalmente excluyente en el tratamiento de las demás organizaciones, ni fue aleatoria en su selección y en modo alguno de aplicación esquemática. La producción de inteligencia -esto es, el análisis de todos los documentos y de toda la información, la identificación de personas y de domicilios- exigió en el caso de la Operación Morgan una planificación y preparación que insumió al SID más de un año, teniendo su punto de arranque en la incautación del fichero general de afiliados del Partido Comunista, a raíz de la detención del secretario general, Rodney Arismendi, en mayo de 1974 (19)

Pero esa intensiva tarea de preparación (más teniendo en cuenta el compacto pero exiguo personal de mando) no impedía la producción de inteligencia: en diciembre de 1974, un año antes de puesto en funcionamiento el plan Cóndor, oficiales del SID operaron en Argentina colaborando en el desmantelamiento de la Junta Coordinadora Revolucionaria, tarea que concluyó en marzo de 1975 (20)

El Mayor José Gavazzo elevó a la dirección del SID un informe sobre los resultados de la campaña y particularmente sobre la detención y muerte de uruguayos(21) Y en abril de ese  mismo año prepararon una emboscada en el barrio del Cerro contra militantes del MLN, muchos de los cuales habían regresado de Argentina; estuvo precedida y continuada por acciones coordinadas de seguimientos, allanamientos y detenciones. Esos operativos están registrados en documentos del Archivo Berrutti y de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia y son de los escasos documentos rescatados que permiten acceder al conocimiento detallado de la manera en que la inteligencia planificaba las operaciones (22)

 Como se ha explicado, el conocimiento minuciosamente detallado del enemigo resultaba imprescindible para la planificación de las operaciones. Ese nuevo concepto fue introducido en 1971 por el entonces director del SID, Cnel. Ramón Trabal, al impulsar una reorganización interna, a efectos de “proporcionar a las FF.AA. toda la información posible acerca del enemigo que se les había ordenado combatir” (23)

De manera que permitiera una óptima organización del caudal de  información, siendo fácilmente accesible para su conocimiento y utilización. Esa tarea fue asignada al Departamento I. (continuará)

Cuadro 1: Organigrama del MLN, 1974. Archivo Berrutti, rollo 804, imagen 2327

https://i.imgur.com/Xe62nee.jpg

notas

1 Ley Orgánica Militar, año 1974, art. 3

2 “Política de la República”, año 1974, pág. 33

 3 Ibid. pág. 33

4 Ibid. pág. 33

5 Ley Orgánica Militar, año 1974, art. 18

6 Ibid. art. art. 18

7 A modo de ejemplo: el MLN transformó su estructura a lo largo del tiempo. Al comienzo se organizó en grupo, después en columnas y finalmente en regionales. El “orden de batalla” elaborado por los militares también fue modificándose ante los cambios, de modo que, en cierta medida, el esquema siempre estaba abierto

8 Ley Orgánica Militar, año 1974, art. 18

9 Fuera de fronteras el SID tuvo un papel protagónico en la persecución de los opositores a la dictadura que se habían exiliado. Basta nombrar los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo, Willian Withelow y Manuel Liberoff; los “fusilados de Soca”, los interrogatorios y torturas en Automotoras Orletti; las extradiciones clandestinas de detenidos desde Buenos Aires, incluidos los dos vuelos reconocidos con el traslado de más de 40 personas, la mitad de los cuales permanecen desaparecidos, en lo que tiene que ver con Argentina. O el plan frustrado de asesinar al congresista estadounidense Edward Koch en Washington, siguiendo el esquema que la DINA chilena aplicó para eliminar al ex canciller Orlando Letelier

10 Ley Orgánica Militar, año 1974, art. 18

11 “Política de la República”, año 1974, pág. 35

 12 Los “agentes primarios” eran los oficiales de las Fuerzas Armadas, designados a cualquier título, fuera del ministerio de Defensa (es decir, quienes actuaban en todos los niveles restantes del Estado, que quedaban militarmente subordinados al SID)

 13 Archivo Berrutti, rollo 804, imágenes 208 y ss. Se trata de la lista completa de oficiales de las Fuerzas Armadas que integraban organismos del Estado en 1974. Ver anexo documental

14 El E II era el departamento de inteligencia del Estado Mayor del Ejército; el N-2, la inteligencia del Estado Mayor de la Armada; el A-2, la inteligencia del Estado Mayor de la Fuerza Aérea: y las unidades especiales de cada arma para la lucha antisubversiva era: el FUSNA (Fusileros Navales) en la Armada; la Ca de C/Inf. (Compañía de Contrainformación) para el Ejército, USACBL (Unidad de Servicio Aeronáutico Capitán Boiso Lanza) para la Aviación. El OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas) jugaba un papel especial: en principio era un órgano que respondía a cada una de las cuatro divisiones de Ejército, cuyo jefe es el segundo comandante de la división, con grado de coronel. Pero, a su vez, su misión excedía el ámbito específico de cada división y cumplía un papel de coordinación.

15 Archivo Berrutti, rollo 640, imagen 076

16 Archivo Berrutti, rollo 640, imagen 076

17 Los nombres en clave hacen referencia a alguna particularidad que solo conocen aquellos que los pusieron en circulación. El significado de Operación Morgan ha merecido diversas especulaciones. Una sugiere que se refiere al pirata Morgan; otra, puesto que el aparato financiero del partido fue el centro de la represión en ese momento, indica que el nombre clave tendría relación con la banca Morgan.

18 La UAL se formó en el exilio, en la Argentina en 1975, y estuvo integrada por tupamaros, GAU, socialistas, PCR, y por Enrique Erro y Zelmar Michelini

 19 Un Memorándum de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) describe las actuaciones que llevaron a la detención de Arismendi y a la incautación del archivo. Dirección Nacional de Información e Inteligencia. Oficio 625, julio 30 de 1974

 20 La JCR estuvo integrada por el argentino Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el chileno Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), el boliviano Ejército de Liberación Nacional (ELN ) y el MLN uruguayo

 21 Archivo Berrutti, rollo 716, imágenes 712 y 713. 22 Ibid. Rollo 643, imagen 2460 y ss. 23 L. de Adì Bique, págs. 153 A y 153 B.


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