08.OCT.18 | Posta Porteña 1957

SOBRE LA RETRIBUCIÓN DEL PRODUCTOR EN EL POSCAPITALISMO

Por SIRIO

 

Escribo estas líneas totalmente a destiempo, pues en estos momentos el Proyecto de Nueva Constitución de Cuba en su artículo 23, alterando completamente el artículo 15 de la Constitución vigente, abre las puertas a la privatización de todos los medios de producción, exceptuando el subsuelo y los bosques. Ello significa la perpetuación y ampliación generalizada de la forma “salario” propia al capitalismo

Prof. Dr. Sirio López Velasco

Universidade Federal do Rio Grande - Brasil            

Por mi parte, al contrario, me inspiro de las ideas de la transición hacia el comunismo en las versiones de Marx y del Che. Así, partimos de la base de que el poscapitalismo sólo es posible si los medios de producción fundamentales están socializados, sea directamente bajo la administración directa de los productores asociados, sea indirectamente, con la administración de delegados de aquellos, que a su vez son controlados y revocables por los productores asociados. Concebimos como el Che que todo el aparato productivo del país constituye una sola empresa, y, agregamos, donde los intercambios entre sus partes no constituyen cambios de mercancías en base a la ley del valor (así como los intercambios solidarios que ocurren en una familia urbana o en una tribu indígena latinoamericana no siguen esa ley)

En ese contexto todas las personas aptas cumplen jornadas laborales acordes a lo establecido colectiva y consensualmente por los productores a nivel nacional, regional o local, para crear el fondo social que hace posible la distribución que propondremos más adelante.    

CRÍTICA AL SLOGAN “DE CADA UNO SEGÚN SU CAPACIDAD Y A CADA UNO SEGÚN SU TRABAJO”

  El mencionado slogan fue defendido en los llamados países socialistas de Europa y en Cuba como forma de retribución aplicada a la fase socialista que se encaminaría hacia el comunismo. Ahora bien, Marx en el cap. 15 del tomo I del Capital y en su Crítica al Programa de Gotha, discrepando con Lassalle, dijo que en el poscapitalismo no se podría pagar al trabajador el valor integral de  su trabajo porque siempre habría que descontarle lo necesario para el mantenimiento de los que no pueden trabajar (niños, viejos y enfermos) y para la constitución de fondos de reproducción y de reserva para hacer frente a las necesidades de las generaciones presente y futuras (fábricas, escuelas, hospitales, etc.) y para superar situaciones de emergencia (como por ejemplo, catástrofes naturales)

Esta crítica invalida también, a mi entender, la propuesta de que en el poscapitalismo el trabajador sea retribuido en base a bonos por su tiempo de trabajo; a ese respecto notamos en otro escrito que no es nada evidente (como lo insinuó Marx) comparar-reducir un tiempo de trabajo complejo (como el de una persona que por lo menos temporalmente se desempeña como médico o ingeniero) con/a trabajo simple (como el de una persona que, por lo menos temporalmente, maneja una máquina apretando uno o dos botones)

  A su vez el Che en la conferencia que dio en la Universidad de la República en Uruguay en 1961 dijo que tras la Revolución se hizo un pacto con los trabajadores por el cual el gobierno fijaba salarios y precios prácticamente congelados, y los trabajadores renunciaban a los excedentes para que el Estado tuviera recursos para los gastos que fueran útiles para todos (agregamos nosotros, por ejemplo, los centros de educación y salud; agregamos también que en esa misma conferencia el Che profetizó equivocadamente que en 20 años el nivel de vida de los trabajadores cubanos superaría al de los trabajadores de Estados Unidos, lo que claramente no ocurrió en lo concerniente a la alimentación)

Marx sostuvo en el tomo I del Capital que en toda forma social al tiempo de trabajo necesario, que es aquel en el que el trabajador produce el equivalente a sus medios de subsistencia, se agrega un tiempo de trabajo excedente, lo que vale también para el poscapitalismo, como lo observó el Che. 

BASES DE MI PROPUESTA

Teniendo cono punto de mira la aproximación al principio comunista y ecomunitarista que reza “de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos”, propongo que en el poscapitalismo la retribución de los productores combine:

1) un racionamiento de bienes básicos que corresponda proporcionalmente a las disponibilidades de la producción social y a las necesidades de cada productor y su familia, 2) La distribución-consumo colectiva/o de bienes y servicios sociales no incluidos en el racionamiento individual-familiar, cubiertos por el fondo social creado por todos los productores, y,  3) la asignación por mérito atribuido por cada colectivo de producción a cada uno de los productores que lo integran, de los bienes y servicios que excedan ese mínimo vital, que tendría que ser lo más confortable posible.

1.     El racionamiento, inspirado en el modelo cubano, que tendría que ser mejorado en la cantidad y calidad de los bienes distribuidos en base a una productividad que tendría que ser muy superior a la lograda por Cuba en los bienes y servicios fundamentales, cubriría por ejemplo la alimentación orgánica, la vestimenta, la vivienda  equipada, luz  eléctrica y combustibles limpios, agua potable,  recursos de computación e Internet, y el transporte público limpio

2.      Distribución-consumo colectivo. Como dijeron Marx y el Che aquel racionamiento se completaría para la satisfacción de necesidades sociales fundamentales con el acceso gratuito de cada productor a la salud, la educación, las manifestaciones culturales y deportivas.

3.  Contamos entre lo que excede a las necesidades básicas, por ejemplo, a la realización de viajes turísticos dentro y fuera del país (disponiendo en el primer caso de transporte,  alojamiento y alimentación gratuitas, y en el segundo si fuera necesario de la cantidad de moneda suficiente del país visitado)

Como se ve, nuestra propuesta supone la eliminación del dinero a nivel nacional, una vez que los productos no son al interior del país mercancías, sino valores de uso, y que la retribución del productor no es un salario (a saber, un equivalente monetario del valor de su fuerza de trabajo).   A su vez, hemos insistido que la satisfacción de las necesidades se guía por las tres normas éticas fundamentales, y en especial por la tercera, que al obligarnos a  mantener los equilibrios ecológicos, pregona la adopción de la frugalidad ecológica voluntaria.

Bibliografía mínima

-  López Velasco, Sirio. Ética ecomunitarista, Ed. UASLP, México, 2009

-  Ideias para o socialismo do século XXI com visão marxiana-ecomunitarista, Ed. FURG, Brasil, 2012

-  & Semino, María Josefina. Confieso que sigo soñando, Ed. Baltgráfica, Montevideo, Uruguay, 2014 (ver Anexo sobre el pensamiento económico del Che en su crítica al Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la URSS)

-  Contribuição à Teoria da Democracia: uma perspectiva ecomunitarista, Ed. Phillos, Brasil, 2017 (disponible gratuitamente en internet)


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