16.OCT.18 | Posta Porteña 1960

ARG | Un Caso Local De Veneno Nacionalista

Por ASTARITA

 

Rolando Astarita  15/10/18

En la nota anterior 11.OCT.18 | Posta Porteña 1958 sostuve que a nivel mundial asistimos a un ascenso de partidos y movimientos de ultraderecha, nacionalistas, xenófobos y racistas, y que muchas veces la izquierda (marxista o no marxista) despliega discursos que atizan las rivalidades u odios nacionales. De esta manera se va formando una red de “sentido común”, en la cual el mensaje nacionalista asumido con toda naturalidad por la opinión pública. Un ejemplo de esto lo tuve la semana pasada, viendo un programa de Crónica TV, al cual asistían, entre otros, el dirigente del Partido Obrero Néstor Pitrola, y el actor Gerardo Romano. Puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=KJE0H52vI3Q. El contenido central que atañe a esta nota está a partir del minuto 6:40 del video. Transcribo los pasajes centrales:

Periodista 1: “150.000 trabajadores venezolanos, que trabajan en negro, ¿no van a depreciar el salario de los trabajadores argentinos? …. Hay algo que nadie habla… también esta es una inmigración ideológica, eso nadie lo habla”

Pitrola: “son gente que viene a sobrevivir”

Periodista 1: “El presidente Mauricio Macri tiene una política de ayuda a los venezolanos, esta política de Estado tiene una finalidad…”

Pitrola: “Los 100.000 venezolanos no cambian el mercado laboral argentino. Yo creo en la unidad de América Latina, que no la van a hacer los gobiernos capitalistas… Argentinos fueron a trabajar a otros países, la solución no es la xenofobia”.

Periodista 1: “Nadie es xenofóbico. Si usted trae a Argentina 150.000 personas que ingresan al mercado laboral, que es un punto de desocupación, está teniendo desocupación en alza con un gran mercado en negro… empeoran la situación actual.

Pitrola: No me interesan. Yo quiero que se abran las fábricas, que se abran acá y en Venezuela.

Periodista 2: “Yo creo que se precariza el trabajo argentino porque hay venezolanos que vienen acá, por supuesto, porque hay una crisis humanitaria de la magnitud que tiene Venezuela, pero de alguna manera le está dando el pie a aquellos empleadores que se abusan de esta condición. Son víctimas, no es que ellos sean los victimarios, pero de alguna manera ellos son los que contribuyen a la precarización del empleo”.

Movido por la referencia que se hizo a un programa anterior, lo busqué. Puede verse en https://www.reddit.com/r/argentina/comments/9ju7g3/venezolano_es_increpado_por_g_vera_miriam_bergman/.

En este caso, también se atacó a los trabajadores venezolanos, esta vez en el curso de un reportaje que se le hizo a un inmigrante, una persona que dijo trabajar hasta 16 horas por día en delivery y ganar $20.000 por mes, con lo que se mantiene y envía dinero a su familia. Aquí participaron, entre otros, Gustavo Vera, cercano al papa, y Myriam Bregman, diputada del PTS.

Destaco algunos puntos salientes: En 3:50 el periodista acusa al trabajador venezolano de quebrar conquistas laborales de los trabajadores argentinos. Poco después un tal Bilansky dice que los empresarios “estamos indignados porque [los inmigrantes] precarizan nuestras actividades” (sic, ¿no es el colmo del cinismo?). En 8:02 el periodista observa que si el venezolano tiene un accidente, irá al hospital público. En 10:20 la periodista señala que los venezolanos en Argentina se benefician de la educación gratuita. En 16:10 le preguntan al reporteado si hay argentinos en Venezuela, y cuál es su ingreso medio. Hacia el final, 19:45, Vera acusa al trabajador inmigrante de precarizar el trabajo de los argentinos, de hacer lo que quiere Macri, que es trabajar 16 horas por $20.000, y de no respetar la ley laboral argentina.

En definitiva, entre los dos programas se redondea el discurso típico de la derecha nacionalista y chauvinista. Tengamos presente que la derecha nacionalista en Europa, y en otros lugares, dice precisamente eso: que los inmigrantes le sacan trabajo a los locales, o bajan salarios.

Aquí en Argentina, el chauvinista criollo dice que también sufrimos la epidemia, vía los venezolanos que vienen a sacar trabajo a los argentinos y a empeorar sus condiciones laborales. El sesgo nacionalista es innegable. Es que a nadie se le ocurre acusar a un argentino que está trabajando en negro y precarizado, de no respetar la ley argentina y de estar haciendo “lo que Macri quiere” que hagan los trabajadores. Pero el nacionalista sí acusa a los trabajadores venezolanos por ser súper-explotados y no cumplir con las leyes argentinas.

Por eso también, y significativamente, los periodistas y los dirigentes invitados no hablan de la responsabilidad del régimen chavista en la situación en que se encuentran los trabajadores venezolanos. Su discurso es: “los venezolanos que llegan al país huyendo del hambre son funcionales a Macri y a los empresarios que se aprovechan de su situación”. De ahí hay un paso (¿lo hay?) a afirmar que son enemigos de los trabajadores argentinos. A lo cual se agrega “lo ideológico”, como si cierta inmigración fuera peligrosa para “nuestros valores nacionales”. Anoto también que, lamentablemente, buena parte de la izquierda local no sale a plantarse frente a estos discursos.

Mi postura es que hay que enfrentar este veneno ideológico. En este punto, la diferencia que los socialistas internacionalistas tenemos con todas las formas de la ideología burguesa-nacionalista no puede ser más marcada. El nacionalismo busca dividir a la clase obrera según líneas nacionales, a fin de subordinarla a direcciones burguesas o pequeñoburguesas

Los socialistas buscamos lo opuesto. El lema de los nacionalistas burgueses y pequeño burgueses es patria y dios. El nuestro es internacionalismo, sin dioses ni tribunos. Son verdades elementales del marxismo, pero que hoy parecen de otro planeta. Para nosotros, todos los trabajadores deberían unirse, por encima de las fronteras y de cualquier división nacional. Por eso decimos que los trabajadores inmigrantes, sean del país que sean, son hermanos de clase de los trabajadores argentinos. Hay que rechazar todos estos discursos que fomentan las divisiones y los odios entre los explotados. No debería haber tarea más urgente y necesaria para los socialistas.


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