05.NOV.18 | Posta Porteña 1966

TRUMP y el Nac & Pop criollo, ¿qué balance?

Por ASTARITA

 

El día siguiente del triunfo de Bolsonaro, y después de tener una charla telefónica, Trump manifestó que “acordamos que Brasil y EEUU van a trabajar muy cerca en asuntos comerciales, militares y todo lo demás”. En respuesta Bolsonaro anunció que visitará EEUU como parte de su primer viaje presidencial al exterior, en el que incluye una visita a Israel, además de Chile. Para contextualizar esta afinidad entre Bolsonaro y Trump, recordemos algunos datos

Rolando Astarita 4 nov. 2018

Bolsonaro propone “arrancar de Brasil” la influencia “del socialismo” y “del extremismo de izquierda”. En un video publicado en las redes sociales Bolsonaro empuña un trípode como si fuera un arma y dice al público que lo escuchaba “vamos a fusilar la petralada aquí en Arce”. También afirmó que los izquierdistas debieran irse a Venezuela (https://www.hispantv.com/noticias/brasil/387320/jair-bolsonaro-trump-fusilar-partido-trabajadores). Ideas y propósitos muy apreciados por los gobiernos de derecha y ultraderecha, y por Trump en particular.

Bolsonaro propone abrir el Amazonas a los agro-negocios, sin mostrar preocupación alguna por el medio ambiente. Similar a la política de Trump en la materia y su rechazo a tomar medidas contra el calentamiento global.

Con el triunfo de Bolsonaro tomaron fuerza sectores ultraderechistas, racistas y homofóbicos. En los últimos tiempos se han reportado una cantidad de ataques contra afro-brasileños y la comunidad gay. Algo similar ocurrió en EEUU en los últimos dos años: grupos de extrema derecha y supremacistas blancos, con los cuales Trump ha dicho simpatizar, se han fortalecido, y atacan a las minorías (véase, por ejemplo, https://www.washingtonpost.com/outlook/2018/10/26/brazils-version-trump-makes-trump-look-like-mr-rogers/?utm_term=.cca72f89ec89).

Bolsonaro propone facilitar el acceso a las armas a la gente. Es su “solución” frente a la violencia social creciente (en 2017 en Brasil hubo 63.880 homicidios). Acorde con las posiciones de Trump y la ultraderecha en EEUU.

Bolsonaro dice que hay que estimular a los policías a que maten: quien ejecute a un delincuente debe ser condecorado, no procesado. Una orientación también acorde con la extrema derecha estadounidense.

Bolsonaro ha propuesto crear campos de refugiados para los venezolanos que llegan a Brasil, “Brasil no puede ser un país de fronteras abiertas”. La violencia de ciudadanos brasileños contra campamentos de venezolanos en la ciudad fronteriza de Pacaraima “fue la reacción de un pueblo” al que “el gobierno continúa dando la espalda” (https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/brasil-jair-bolsonaro-sugiere-crear-campos-refugiados-venezolanos-venezuela-noticia-550369).  Huelga señalar la proximidad con las posiciones de Trump.

Hace dos días Bolsonaro concedió un reportaje al periódico Israel Hayom.Fue su primera entrevista con un medio extranjero desde que fue electo presidente. Explicó que se inspira en Trump; que el actual presidente de EEUU está haciendo “un trabajo brillante, y que “es tan destacado que de hecho que hay muchas cosas que yo uso como ejemplos de lo que voy a hacer en Brasil” (https://newrepublic.com/minutes/152018/jair-bolsonaro-says-emulates-donald-trump-a-brilliant-job).

Bolsonaro dijo al periódico israelí que “Israel es un Estado soberano. Si ustedes deciden sobre su ciudad capital, nosotros actuaremos en acordancia. Cuando me preguntaron, durante la campaña electoral, si lo haría [trasladar la embajada a Jerusalén], cuando fuera presidente, dije que sí, y que ustedes son los que deciden cuál es la capital, y no otro pueblo”. Este año Trump trasladó la embajada de EEUU a Jerusalén.

Bolsonaro amenaza romper relaciones con Cuba. “No tiene sentido mantener relaciones diplomáticas con Cuba” (https://www.youtube.com/watch?v=4Gl0jKA0odA

). Los sectores más reaccionarios de la comunidad cubana en Miami, y aliados de Trump, saludaron y felicitaron a Bolsonaro. En septiembre Trump prorrogó por un año más el bloqueo financiero, económico y comercial impuesto a Cuba desde octubre de 1960.

Pues bien, a la vista de estos elementos, quiero volver sobre las caracterizaciones que, en ocasión del triunfo de Trump, hicieron destacados referentes del pensamiento “nacional y popular” local. Lo sustancial: Cristina Kirchner, Luis D’Elía y Atilio Borónsostuvieron que el triunfo de Trump era una victoria “contra el neoliberalismo” y “la globalización”

Cristina Kirchner afirmó: “En los Estados Unidos ganó alguien que hace del proteccionismo, sus trabajadores y la defensa del mercado, su bandera”.
“Ganó alguien que representa la crisis de la representación política producto de la implementación de políticas neoliberales”. La aplaudieron Héctor Recalde, Axel Kicillof, Andrés Larroque, Wado de Pedro, Martín Sabbatella, Carlos Tomada, junto a los intendentes de Avellaneda, Florencio Varela y Berazategui.

D’Elía: “Algunas medidas que va a tomar Donald Trump me suenan bien al oído. (…) Quiere levantar barreras proteccionistas. (…) Es un loco, un xenófobo, un misógino. Pero el tipo dice que este capitalismo de buitres no va, y esto es lo que votó el pueblo norteamericano”.

Atilio Borón, defensor del chavismo – castrismo, y de la dictadura de Ortega, afirmó: “Con Trump se acabó el ciclo neoliberal iniciado por los Bush y viene un ciclo proteccionista”. (...) “Trump no me entusiasma, pero puede ser importante que cambie el clima respecto al libre comercio y al mundo financiero. Hay que hacer un esfuerzo, ver qué hay debajo de Trump”.

En una nota que lleva por título “Trump y el “Nac & Pop criollo”, critiqué estas posturas, vertidas desde un supuesto progresismo izquierdista (ver aquí; también, por ejemplo, aquí). Naturalmente, mi crítica no tuvo respuesta. Y ahora, cuando sube la ultraderecha en Brasil, estos “referentes” y “conductores” se hacen los desentendidos sobre lo que dijeron hace dos años, y siguen discurseando sus miserables justificaciones, tan hipócritas como carentes de contenido.

Pues bien, frente a esto, pongo el “dedo en la llaga”, que no es otra que el balance ausente, siempre ausente. Lo hago no porque abrigue alguna ilusión de que esta gente va a revisar algo autocríticamente, sino para poner al desnudo el carácter reaccionario que adquiere el nacionalismo, en cualquiera de sus variantes: burgués, pequeño burgués o burgués-stalinista.

Como sostuve en otra nota (11.OCT.18 | Posta Porteña 1958), el avance en el campo ideológico y político de la ultraderecha, en América Latina y en otras partes del mundo, no se puede explicar al margen de las posiciones que se han defendido desde la izquierda, o incluso invocando alguna forma de “marxismo”. Por eso, el primer paso para rectificar y salir del actual estado de desorientación en la izquierda y en la vanguardia de luchadores obreros y sociales, es con balances que vayan al fondo.


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