05.NOV.18 | Posta Porteña 1966

Relatos de Amodio (Extraídos del Facebook de HAP- 53/54)

Por AMODIO

 

Relato 53/  10  octubre 2018


El 1 de marzo se realizó en Montevideo un simposio del Interior para analizar la situación y desarrollo del Segundo Frente

Asistieron Sendic, Almirati, De Lucía, Domínguez, Piccardo, Bidegain y Fernández Sola por los comandos del Interior y Piriz Budes por el Comité Ejecutivo. Como es lógico, todo giró en torno a la opinión de Sendic, quien planteó lo que todos esperaban: deben abandonarse las ciudades del Interior por parte de los clandestinos, quienes se irán a los montes junto con los militantes legales integrantes de los grupos de acción, dejando en las ciudades los servicios de apoyo logístico y abastecimiento. 

Nada más sencillo, aparentemente. Todos apoyaron a Sendic, menos De Lucía, quien entendió que era mucho lo que podía y debía hacerse en las ciudades, sin descartar totalmente la ida a los montes, pero haciéndolo en forma progresiva y paralelamente al asentamiento en zonas urbanas a fin de montar los servicios de apoyo y enlace necesarios, que hasta esa fecha no existían. Sin embargo, la ida a los montes se puso en práctica, sin que los servicios de asistencia se hubieran establecido. 

La presencia de Píriz Budes en representación del Ejecutivo fue meramente presencial. El organismo de Dirección ya estaba completamente desgastado en su función, cuestionado desde el Interior y desde el Collar, sectores en los que Huidobro y Sendic venían desarrollando su trabajo en contra del Ejecutivo desde tiempo atrás.

En este sentido son significativas las palabras de Huidobro a Clara Aldrighi en Memorias de insurgencia, donde reconoce que él y Sendic se fueron a la base para demostrar que sus planes eran los correctos. A título personal quiero destacar que esas palabras son del año 2001, sin que los resultados le hicieran cambiar su opinión.

En el Archivo Cámpora, Carpeta 8 Investigaciones, existe un documento elaborado por el mismo Cámpora en el que se expone la necesidad de precisar la fecha en que Sendic y Huidobro “conspiraron” (sic) contra Amodio.

Personalmente creo que esta conspiración comenzó a finales de 1970, cuando la deriva del sector comandado por Sendic hacia la instalación del segundo Frente se hizo evidente. Sin embargo, mi opinión era compartida por la mayoría dentro del MLN y no era una opinión personal.

Volviendo a la reunión del 1 de marzo, De Lucía tenía como respaldo de su posición su propia experiencia en Paysandú, realizada pacientemente y con criterios de clandestinidad y funcionamiento sólidos. Pero era muy poco, evidentemente, como para poner en duda la opinión de Sendic, aunque éste no presentó un plan para concretarlo. Sendic se limitó a plantear la idea, citando experiencias de Grivas en Chipre y del VietCong en su guerra anticolonial.

Sendic y sus seguidores tenían desprecio por lo organizativo, lo que se trasuntó, como no podía ser de otra manera, en la formulación empírica de sus planes. Sendic logró imponer sus ideas en el interior y aunque para poner en práctica la ida a los montes (Plan Tatú) aún faltaba el consentimiento del Comité Ejecutivo, éste sabe que de no otorgarlo, arriesga una división en el seno del MLN.

Es indiscutible que ese detalle nunca pasó inadvertido para Sendic. ¿Qué hizo entonces el Comité Ejecutivo? Optó por la salida más fácil. Prefirió la unidad aparente a la real, y citó para el 15 de marzo de 1972 a Sendic y Picardo por el interior, Candán y Alicia Rey por el comando General de Montevideo, Marenales por la columna 7 y Fernández Huidobro por su condición de “viejo”, ya que en ese momento no ocupaba ningún cargo de dirección. Aunque Manera tenía la misma condición no fue citado, lo que pudo haber contribuido a favorecer las posiciones de Sendic y Huidobro, ya que sus conceptos organizativos eran mucho más sólidos.

 

Relato 54/  15  octubre 2018


Por el Ejecutivo asistieron Marrero, Rosencof, Wassen y Engler. Los motivos de la reunión eran elegir nuevo Comité Ejecutivo y tomar conocimiento de la resolución del simposio del interior. Rosencof planteó la integración de los organismos de dirección en nombre del Comité Ejecutivo: Candán, Fernández Huidobro, Rosencof y Engler. El Comando General de Montevideo por Alicia Rey, Wassen, Marenales y Becca, siendo Candán el responsable desde el Ejecutivo. Rosencof y Engler atenderán el interior; Fernández Huidobro el secretariado, de nueva creación. 

Si bien puede decirse que el deterioro organizativo interno era pronunciado, la decisión del 15 de marzo es el principio del fin. En toda la historia del MLN y seguramente que en ninguna organización, ni tan siquiera en la más pequeña empresa de producción se debe haber producido jamás un trastocamiento de funciones de la magnitud que se produjo a partir de esa fecha. Veamos el Comité Ejecutivo: Candán, del comando de la columna 70 al Comité Ejecutivo para atender el Comando Gral. de Montevideo; Rosencof, de atender la columna 70 pasa a atender el interior; Engler, de atender el Collar o columna 7 también al interior; Fernández Huidobro, de responsable de un grupo de acción de la columna 7 a atender el Secretariado.

Veamos el Comando General de Montevideo: hasta ese momento en la capital funcionaban tres columnas, dos de las cuales, la 10 y la 15 son columnas militares, y la columna 70 que se encargaba de todo lo que concierne al trabajo de frente de masas.

A partir del 15 de marzo se crea la columna 45 o de servicios, que se forma con los servicios que se sacan de la 10 y de la 15, y se resolvió también que la columna 7, que antes dependía del Comando General del Interior, pase a depender de Montevideo. 

Así es como Wassen se hizo cargo de la columna 15, pese a que se le atribuía la responsabilidad de haber deformado el sector militar de ese sector; Alicia Rey, que antes atendió la 15 pasa a la 10; Becca pasa a ser responsable de la 7 y Marenales de la 45. La creación de la 45 respondió a la necesidad de agilizar el funcionamiento de las columnas militares y de coordinar en forma racional toda la producción.

Este pasaje de columnas, aparentemente tan sencillo, no lo es en realidad. Supone mucho más que una simple medida administrativa. El resultado de esa combinación no podía ser otro que el que se dio en la práctica: desde el 15 de marzo se produjo una descoordinación generalizada y no hubo servicios en el MLN. Funcionaron nada más que aquellos que le hacían por sí solos, como sanidad y documentación.

Dentro de ese caos organizativo, el nuevo Ejecutivo adoptó las siguientes medidas: la columna 10, responsabilidad de Alicia Rey, se hará cargo de la concreción de la fuga o Plan Gallo y que la 15, responsabilidad de Wassen, se hará cargo de las acciones de Justicia Revolucionaria que surgieron de las declaraciones de Bardesio, enmarcadas en el Plan Hipólito. Pero la situación interna era muy difícil, ya que la reorganización que se quiere impulsar y que se estima imprescindible para encarar la aplicación del Plan del 72 –elevar el nivel de los enfrentamientos- entra en contradicción con los planes inmediatos Hipólito y Gallo.

(continuará)


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