José Enrique Arévalo El Impulso 8/11/18 y Prensa ACNUR
Según informaciones brindadas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la cantidad de venezolanos migrantes en todo el mundo ha alcanzado la cifra de tres millones.
Mediante un comunicado de ambos organismos, se informó que según los datos de autoridades migratorias a nivel nacional y de otras fuentes, existen 2,4 millones de refugiados y migrantes venezolanos en los países de América Latina y el Caribe, mientras que el alrededor de 600.000 personas más se encuentran ubicadas en otras regiones.
Así mismo se destacó que el país que tiene mayor número de refugiados y migrantes venezolanos, es el país vecino, Colombia, el cual tiene más de un millón. El resto de los países que le siguen con respecto a mayor cantidad de venezolanos en sus tierras, son: Perú con medio millón, Ecuador con más de 220.000, Argentina con 130.000, Chile con más de 100.000 y Brasil con 85.000 personas, todo esto, según los datos propiciados por los dos organismos de la ONU.
Con respecto a los países centroamericanos, destaca el nombre de Panamá, donde residen alrededor de 94.000 migrantes venezolanos.
“Los países de América Latina y el Caribe han mantenido de forma amplia una política de puertas abiertas hacia refugiados y migrantes venezolanos que hay que aplaudir”, expresó Eduardo Stein, quien es el representante especial del ACNUR y la OIM para este colectivo. Pero añadió que, “sin embargo su capacidad de recepción tiene límites y requiere de una respuesta más robusta e inmediata de la comunidad internacional si se quiere que continúen la solidaridad y la generosidad”.
Al igual que las cifras, las necesidades de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela, así como las de las comunidades de acogida, también han aumentado significativamente.
Los gobiernos de la región están liderando la respuesta humanitaria y coordinando sus esfuerzos, incluso a través del proceso de Quito, que ha sido un paso importante hacia un enfoque regional para ampliar la respuesta y armonizar las políticas. La segunda reunión de gobiernos de la región en el marco del proceso de Quito tendrá lugar los días 22 y 23 de noviembre.
Para respaldar esta respuesta, la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial, establecida en septiembre y compuesta por 40 socios y participantes -incluyendo Agencias de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, sociedad civil y organizaciones religiosas- está fortaleciendo la respuesta operativa y trabaja en un Plan Regional de Respuesta Humanitaria para los refugiados y migrantes veenzolanos, que será lanzado en diciembre.
El Plan se centrará en cuatro áreas estratégicas: asistencia directa de emergencia, protección, integración socioeconómica y cultural, y fortalecimiento de capacidades para los gobiernos de los países de acogida
LUIS ROSALES
Máster en Relaciones Internacionales (Universidad de Belgrano). Licenciado en Administración (Universidad Nacional de Cuyo). Máster of Arts (Tufts University). Presidente de la Fundación Universitaria del Río de la Plata. Columnista de A24.
Urgente24 Viernes 09 de noviembre de 2018
Hace dos años nadie daba nada por el hombre del jopo naranja. Hoy se consolida como Presidente y se encamina a su reelección.
En las democracias modernas, las elecciones de medio término siempre sirven como test para evaluar el grado de apoyo a la administración en curso. Los números dan sus veredictos, muchas veces inapelables y generalmente explotan las especulaciones sobre ganadores y perdedores.
La elección del martes 06/11 en USA no constituye una excepción. La prensa, mayoritariamente hostil al Presidente en ejercicio, así como el establishment, intentan instalar que los estadounidenses castigaron a Donald Trump, a sus excesos y políticas, haciendo hincapié en la pérdida del control de la Cámara Baja por parte de los republicanos. Pe ro si analizamos los resultados un poco más en detalle, podrían surgir conclusiones diametralmente opuestas.
Ésta fue una elección repartida; todos terminaron contentos.Los demócratas, porque retomaron el control de los representantes (House) y los republicanos porque aumentaron su supremacía en el Senado y conquistaron más gobernaciones.
También resultó equilibrada respecto de la tensión entre los dos EEUU, representados en el verdadero arco iris de minorías que se refugiaban debajo del partido opositor y los estadounidenses promedio, los WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant) típicos, que se identifican con el oficialista GOP (Grand Old Party). Gays, afroamericanas, musulmanas… ganaron puestos claves gracias a las listas demócratas, mientras que el estadounidense promedio se sintió bien representado por los candidatos de Trump.
Pero si hay alguien que tiene para festejar, es el Presidente. Hace apenas dos años, cuando daba el batacazo y accedía al puesto de poder más importante del mundo con casi nula experiencia política, nadie daba nada algo por él. El fantasma del impeachment asolaba por los pasillos de Washington y todos sostenían que el sistema rápidamente se iba a hacer cargo de sus promesas y sueños de campaña.No fue así.
El neoyorquino se fue convirtiendo en una rara avis, un gobernante que se decide a cumplir lo que había prometido. Más allá de que nos guste o no, coincidamos o no, el Presidente de los EEUU poco a poco va logrando cumplir las cláusulas del contrato por el que accediera a ocupar por cuatro años esa casa pintada de blanco en la Avenida Pennsylvania.
La elección de fondo que se avecina para el 2020 es muy compleja. Por tener un sistema indirecto, acceder a la Presidencia de los EEUU no es sólo una cuestión de sumar votos populares, sino que hay que armar una muy compleja operación de ingeniería electoral.
En esa construcción está Trump y los resultados del domingo lo favorecieron al consolidar su poder en estados claves.
Por otra parte, si bien su partido perdió algunos escaños de la Cámara Baja en favor de los demócratas, la mayoría de los derrotados fueron aquellos oficialistas que no aceptaban su liderazgo.
Si bien los republicanos tienen menos representantes, ahora Trump los controla casi en su totalidad. Hizo buen negocio el Presidente.
Por último, el veredicto popular no permitió, al menos por ahora, consolidar en el horizonte ningún competidor de fuste tanto de uno como otro bando que pudiera amenazar sus ínfulas re-reeleccionistas.
Poco a poco los planetas se van alineando y ya resulta alta mente probable que el mundo tenga que digerir más Trump por los próximos seis años.
Oscar Guardiola-Rivera
El mismo fin de semana en que se produjo un ataque de odio contra una sinagoga judía en América del Norte, un fascista ganó las elecciones presidenciales en el país más grande de América del Sur. A menudo, la reacción a eventos como este tiende a ser: 'Mantengamos la calma y comencemos a organizar algún tipo de resistencia'. Me temo que no es suficiente. No esta vez.
Por un lado, cuando visité Brasil por última vez a principios de este año, noté que los miembros de las comunidades más propensos a ser los más afectados por los compromisos de "Dios y la Constitución" del ex capitán Bolsonaro y sus semejantes se estaban preparando para su auto-defensa. Cuando visité la favela de Maré en Río de Janeiro en mayo pasado, se estaban creando hasta dos Casa das Mulheres : son espacios educativos y de reunión, y se organizan como refugios de mujeres activas en la comunidad. El nuevo gobernador de Río, también ex militar como Bolsonaro, no ha tenido reparos en su intención de impulsar una mayor militarización de favelas como Maré.
Por otro lado, el mensaje que uno recibe de las clases ricas y blancas es: "Brasil estará bien". La gente está harta de la corrupción de izquierda. El problema es que los derechistas como Bolsonaro no están preocupados por la corrupción sino por la "contaminación". Prometen limpiar la sociedad de sus supuestos contaminantes. Marielle Franco, consejera de izquierda de Maré, fue asesinada a principios de este año; el primero de muchos actos de violencia perpetrados y justificados en el contexto pintado por Bolsonaro y sus poderosos partidarios. Se puede apostar a que habrá más.
Temo por la comunidad LGTBQ + de Casa 1 en São Paulo, por los indígenas amazónicos y por el resto de la izquierda que Bolsonaro ha prometido "purgar". La elección de Bolsonaro refleja la importación exitosa de políticas de derecha de estilo estadounidense. Otros imitarán su éxito. Es hora asustarse en serio y prepararse para la autodefensa.
Oscar Guardiola-Rivera es profesor de derecho en Birkbeck, Universidad de Londres. Es autor de ' ¿Qué tal si América Latina gobernase el mundo?'
Fuente: New Cold War Website envió namberuán