12.NOV.18 | Posta Porteña 1969

Relatos de Amodio (Extraídos del Facebook de HAP- 59/60)

Por AMODIO

 

Relato 59/ 25  octubre  2018


Ante mi propuesta, Marenales reaccionó como siempre lo hizo cada vez que alguien planteaba algo distinto a lo que él pensaba. Primero, una negativa rotunda, para luego irse desinflando como globito de feria. En este caso sostuvo que el momento no era propicio para ponerse a discutir. Sin embargo, bien pronto cambió de opinión cuando mis argumentos fueron compartidos por todos:

“¿No es el momento de discutir cuando en el MLN existen objetivamente dos organizaciones, con dos direcciones y dos líneas diferentes? ¿No es el momento de discutir cuando por esa situación habían muerto compañeros inútilmente? ¿No es el momento de discutir cuando todos sabemos la debilidad militar y organizativa de la Organización, notablemente aumentada en el Interior, cuando todos sabemos que pasan hambre y frío y que de muchos de ellos no se tienen noticias desde hace días, cuando todos sabemos que los compañeros tienen las municiones contadas y no cuentan con ningún apoyo sanitario?”

“Cuando el 15 de marzo el Ejecutivo transó ante Sendic, lo hizo buscando mantener la unidad del MLN. Podría decirse que el interés era plausible, pero lo hizo por el camino más fácil y por debilidad: no dijo lo que se pensaba, no enfrentó esa resolución que todos sabían equivocada. Y si después de discutir se hubiese llegado a la conclusión de que se debía transar, hoy serían dignos de ser respetados en su decisión, pero de la situación es tan responsable Sendic como el Ejecutivo que le permitió hacer lo que quiso, y si ustedes continúan en esa línea, también lo serán.” 

Finalmente el propio Marenales reconoció que a Sendic se le debía sancionar. Sin embargo, entre el 26 y el 28 de abril el Ejecutivo resolvió incorporarlo a la Dirección, «para poder controlarlo» según fundamentó Marenales. Engler planteó que yo elaborara mi planteo por escrito para ser considerado por el Ejecutivo. Dicho escrito algunos medios, fundamentalmente Alto el fuego, lo calificaron como mi carta de renuncia, cuando en realidad era un último alegato para reconducir la situación.

Tras el escrito, el propio Ejecutivo resolvió que Sendic y Marenales discutieran con Gustavo y Mercedes «para aclarar los problemas». Y resolvió disolver el Comando General.
“¿Y por qué discutir con Gustavo y Mercedes si todo el Comando General de Montevideo coincide con sus apreciaciones? ¿De qué le sirve al MLN que Gustavo y Mercedes aclaren sus dudas si las mismas seguirán en la cabeza de los que hoy tienen que sacar la organización adelante?

El Comité Ejecutivo podrá alegar muchas razones de orden interno, administrativo, etc., para haber disuelto en esos días el Comando General de Montevideo, pero lo hizo justamente en esos días, eliminando el único organismo que en esas circunstancias podía controlarlo”. De cualquier forma, ya Montevideo estaba en esos días planteándose acciones contra las FF.AA. ante el fracaso de la “ofensiva” en el interior.

Causa sorpresa que Blixen, en el libro Sendic, no acierte a explicar por qué, si el “segundo frente” tenía como finalidad liberar a Montevideo de la presión de la represión, al mes de su puesta en práctica se vea como necesaria la acción inversa: atacar a las FF.AA. en Montevideo para aliviar la presión sobre el interior

Relato 60/ 26  octubre  2018


Primero se intentó aplicar un mínimo de selectividad en la elección de los objetivos, pero el caos interno lo impidió. En la calle Amazonas Huidobro había concentrado el material del servicio de información, los grupos estaban desintegrados, no quedaban locales, pero con lo que está a mano se deciden acciones. Los objetivos ya no importan, con tal de que sean de las FF.AA. Sin embargo, pasan los días sin que los operativos se concreten y que la caída de militantes se detenga.

El 7 de mayo se produjo la reunión en la que Alicia y yo hicimos el último esfuerzo para convencer a Sendic y Marenales de que debíamos replegarnos. A pesar de que la situación era cada vez peor, que los locales y los militantes caían sin cesar, Sendic pintó un panorama optimista. Y Marenales, que unos pocos días antes habló de “cortarle la cabeza” no lo contradijo.

A partir de ese momento se terminó la división del MLN: Sendic impuso su orientación, integraba el Comité Ejecutivo y solo faltaba salir a la calle a actuar sobre las FF.AA. De lo contrario, dijo Sendic, “nos acusarán de haber desatado una situación que no supimos controlar”. Triste actitud de un supuesto líder: negarse a aceptar la realidad.

Que no hubiera grupos, locales, armas ni municiones no era problema para los dirigentes del MLN: se actuaría con lo que hubiera y desde donde se pudiera. «Y si no hay armas, usaremos granadas» nos dijo Marenales.

Por añadidura, desde las cloacas. Muy bajo había caído la concepción del accionar del MLN. Se planteaba el hostigamiento en la ciudad en base a granadas con más de treinta metros de radio de acción y sin que ningún integrante de los grupos de acción estuviera capacitado para usarlas. Y que no hubiera explosivos... «Bueno, le decimos a Manera que haga». Puro aventurerismo y voluntarismo.

Es en esas condiciones que a un grupo rejuntado para la ocasión se le encomendó la misión de atentar contra un jeep apostado de guardia ante la casa del Comandante en Jefe del ejército, el Gral. Florencio Gravina. Objetivo? Efectuar una acción de represalia sobre las FF.AA., para tratar de detener las torturas. Razones? Así lo han sugerido los contactos militares. Por qué contra el jeep de guardia? Porque era un objetivo fácil. Los principios por los que el MLN se había regido? Bien, gracias.


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