21.NOV.18 | Posta Porteña 1971

CON EL SOCIALISMO A LAS VUELTAS

Por Luis E. Sabini Fernández

 

Contestando una crítica de Fernando Moyano

Luis E. Sabini Fernández -14-19 nov. 2018

http://revistafuturos.noblogs.org

Fernando Moyano critica una presentación mía sobre el sentido y el sinsentido del socialismo (“Ser y no ser del socialismo”)/1

Situación y perspectiva, la del socialismo, que en el mundo va perdiendo tanto adeptos como refractarios. En el mundo actual. Nada sabemos de aquí a medio siglo, por ejemplo

Entiendo que buena parte de las diferencias provienen de haberme yo referido al marxismo (y al positivismo), para criticar, por ejemplo, las nociones de tiempo y temporalidad y su íntima conexión con la idea de progreso.

Moyano “salta” con vehemencia contra “mi idea” que el marxismo no sea una ciencia.  No voy a caer en  “querellas de las universales” en las que monásticos bregaron durante siglos. Dejemos a la realidad resolverlo

No tengo inconveniente de que observaciones mías, como el mentís −a mi modo de ver categórico− de B. Gröthuysen, inhabilite las tesis marxistas dogmáticas, soviéticas o diamatistas y no al mismísimo Marx.

No tengo ganas (ni tiempo disponible) para andar recopilando citas como las que FM me reclama; particularmente  cuando entrecomilla textos que no puedo hallar en lo mío. Basten estos apuntes para explicar algo que lo ha espantado: que yo haya dicho que Marx festeja a la burguesía, que, según Marx está construyendo, desarrollando, a su propio enterrador:

“[…] en lugar de una explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido  [la burguesía]una explotación abierta, descarada, directa y brutal.”/2

Nos encanta la sinceridad que Marx (y Engels) atribuye al poder burgués. ¡Y yo que pensaba que las racionalizaciones habían incluso aumentado haciendo más difícil reconocer la opresión, la dominación, el abuso!

La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las redujo a simples relaciones de dinero.”  (ibíd.) ¡Qué manera sencilla de explicar vínculos como los de la pareja humana, la familia, las relaciones paterno- o si se quiere materno-filiales! ¡Extraordinario, límpido! Nada de brocha gorda.

Una revolución continua en la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores.” (ibíd.) Este panegírico del mundo burgués podría ser firmado por Bouvard y Pecuchet.

A pesar de las citas precedentes, entiendo seriamente que Marx es un pensador formidable. Poco más adelante en el mismo Manifiesto −mencionando la soga en la casa del ahorcado− sobreviene esta afirmación: “Las tesis de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo.”  Menos mal.

La simbiosis entre su penetración intelectual y su inveterado optimismo lo lleva, por ejemplo, a esta afirmación: “La burguesía, con su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas. El sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de las máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura [Monsanto sabe de esto], la navegación, el vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la adaptación para el cultivo de continentes enteros [chau aborigen], la apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras surgiendo como por encanto, como si salieran de la tierra [y poblaciones enteras desapareciendo tal vez no por encanto sino por matanzas, arrinconamiento y hambrunas]. ¿Cuál de los siglos pasados pudo sospechar siquiera que semejantes fuerzas productivas dormitasen en el seno del trabajo social?/3

En fin, nos dice el ya citado Marshall Berman: “Marx comenzó alabando a la burguesía, no enterrándola; pero si su dialéctica funciona, serán las virtudes por las que la alababa las que finalmente la enterrarán.” /4

Lo que vamos comprendiendo con el diario del lunes del periodista dominical Marx es que lo que corre peligro de entierro no es la burguesía y su mundo sino todo nuestro mundo, incluida la burguesía. Y que la fiesta exultante que la burguesía desencadenó, según Marx, se parece a algo que también Marx llegó a entrever, aunque sin darle la relevancia que ha ido tomando: “esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado […]/5

Como puede apreciar FM, estoy muy lejos de desechar la capacidad perceptiva de Marx; solo que su construcción ideológica, por ser tan convincente, ha enceguecido a muchos. Paso por encima, mejor dicho por el costado de las conclusiones de Marx y de los “grandes puntos” con que las presenta FM.  Todo el relato del reino de la necesidad y del de la libertad.

Estoy muy de acuerdo con muchas afirmaciones de FM. Que todas las revoluciones cometen errores, que todas engendran contrarrevolución interior; que “la teoría revolucionaria de ese momento era un adelantamiento de la experiencia, era una prefiguración del futuro posible, con todos los problemas que eso significa […]”. Esos problemas que FM señala son ciertamente enormes porque se crea una tensión entre las necesidades y creencias de esa sociedad, esa población, y la política que la vanguardia encaramada en la dirección “revolucionaria” enarbola. Es decir, la conversión del sueño de algunos justos en la pesadilla de esa misma sociedad.

Con esperable rigor FM me pide fuentes bibliográficas para un par de pasajes.

Del primero, ya traté de satisfacer su demanda, no dando la fuente, porque ni siquiera reconocí su mención en mi texto, pero sí procurando explicar con varios pasajes de Marx su confianza en el desarrollo burgués. Mi capacidad dialéctica no llega a tanto.

Del segundo pasaje, concedo un error metodológico: leí el pasaje impugnado, “Mátenlos como conejos” en una novela histórica sobre Kronstadt. Que no es, por cierto, fuente confiable. Y que ni siquiera conservo /6

Releyendo ahora juicios de Trotsky sobre la rebelión de Kronstadt y su aplastamiento militar en marzo de 1921, tengo la impresión que si llegó a expresarse así, en pleno zafarrancho represivo, no lo hará en ningún abordaje de evaluación de ese trágico episodio. De todos modos, me inclino a pensar que un autor antibolchevique ha resumido su bronca atribuyéndole “literariamente” esa frase al por entonces jefe del Ejército Rojo.

De cualquier modo, con conejos o sin ellos, se trató de una matanza de proporciones; se han rastreado miles de muertos; los guardias rojos, que hicieron buena parte de la “limpieza” y el rescate de 300 prisioneros del gobierno bolchevique encarcelados por los rebeldes dentro de la fortaleza, la hicieron a sangre y fuego.

Y lo más penoso: terminada la represión, Lenin ordenó de inmediato satisfacer las demandas de los marineros y del soviet de Kronstadt. Una forma indirecta (y perversa) de reconocer el sentido de la rebelión (y un paso táctico para “enfriar” la caldera que el propio gobierno bolchevique había encendido)

FM afirma, hablando de mí: “Parece creer que si Marx hubiese sido anarquista el proceso histórico habría sido otro. ¿Por qué los anarquistas no pudieron [hacer] esa revolución en una forma diferente? ¿Porque los bolcheviques los aplastaron? Los bolcheviques tampoco pudieron. Si hubiesen ‘ganado’ los anarquistas ¿no hubiesen tenido internamente un proceso degenerativo, estaban vacunados por su ideología?

Toda una ristra de suposiciones que corren totalmente por su cuenta. No hay vacuna que valga, y menos vacunas ideológicas que, sirven, como bien ha dicho Marx, para enmascarar la realidad.

Le deseamos a FM que siga estudiando lo que más valora; pero como bien dijo Aristóteles al abandonar la Academia de Platón: “Amo a Platón, pero más a la verdad”, le recomiendo que ame a Marx, pero más a la realidad.

1/ “Socialismo: el hombre propone y el diablo dispone”,  v. posta, 10.NOV.18 | Posta Porteña 1968

2/ Manifiesto del Partido Comunista, Ed. L.E., Moscú, 1951 (casi al comienzo)

 3/ Marx-Engels reader. Traducc. de Samuel Moore (Londres, 1888). Cit. p. Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire,  Siglo XXI Editores, México, 1988

4/ Berman, ob. cit., p. 89

5/ Marx, traduc. Moore, ob. cit.

6/ En tiempos más azarosos de mi vida platense, he tenido varias “desapariciones” de bibliotecas.


Comunicate