23.NOV.18 | Posta Porteña 1972

20 GARKAS, SUS GUARDAESPALDAS, Y LOS QUE NO SIRVEN NI PARA AVISAR QUIÉN VIENE

Por FERNANDO MOYANO

 

Una reunión del G20 está prevista en Buenos Aires. EEUU pide autorización para enviar militares a Uruguay para organizar la seguridad desde acá. El Poder Ejecutivo pidió, y el Parlamento autorizó, ese ingreso. Hablaremos acá de dos temas.

1) ¿Qué es el G20? ¿Uruguay debe colaborar?

2) ¿Para qué sirven las tropas uruguayas?

El G7, “grupo informal de países” que comprende a los países imperialistas incluyendo la Unión Europea, se formó a pedido del Secretario del Tesoro de EEUU en 1973, para negociar entre ellos los mecanismos de control financiero a escala global, porque esta es la era del “imperialismo colectivo”. Luego incluyeron a Rusia (para ver si abriendo un poco el juego a los candidatos se consigue algo) y fue el G8, pero luego la suspendieron (los otros 7 decidieron) porque cuando Ucrania colapsó el pueblo de Crimea decidió en un referéndum por abrumadora mayoría adherir a la Federación Rusa, y a la UE y EEUU eso no le gustó. Luego, como la cosa no funcionaba (por la decadencia capitalista mundial), tuvieron el gesto de incluir a las “economías emergentes” o BRICS, y fue el G8+5, y como tampoco, en 1999 decidieron a dedo invitar a algunos más. G20.

Hay 3 países de América Latina, Argentina, Brasil y México, los dos primeros hoy con gobiernos abiertamente reaccionarios y pro-imperialistas. Temer ha invitado a Bolsonaro que todavía no asumió, a que lo acompañe. Y ya que se habla ahora del “peligro terrorista” digamos que Arabia Saudí está entre los 20, gobierno que acaba de protagonizar un crimen político salvaje en su consulado en Turquía, país que también es uno de los 20 y que ha atacado salvajemente la ciudad siria de Afrin, ninguno de los “7 democráticos” dijo ni pío.

¿Para qué se reúnen esos 20? Para decidir por el resto del mundo, aparte de las Naciones Unidas, aparte de los organismos propios del derecho internacional. ¿Qué quieren decidir? Temas financieros, militares, comerciales, de alimentación, de control migratorio, tecnología y medios de comunicación. Los “cinco monopolios” y alguna cosa más.

Uruguay no forma parte del G20, no tiene ni voto ni voz ni puede mirar siquiera. No está ni entre los invitados, donde sí está por ejemplo la Unión Africana representada por su presidente Paul Kagame. No tenemos ninguna posibilidad de decidir ni de incidir, pero las decisiones que de allí surjan nos van a cagar, eso es seguro.

La ayuda que se pide de Uruguay es que le cuide la puerta del despacho del patrón, mientras el patrón decide como cagarnos. Pero ni eso, como veremos. Pero antes, algún detalle más.

Trump estará en ese encuentro apenas un día, por su apretada agenda, dicen. Es obvio que es un desaire deliberado que le quiere hacer a sus socios, porque su estrategia de “Make America Great Again” (que no le viene saliendo muy bien por ahora) es mucho más cerrada, negociar en forma bilateral con este por un lado y aquel por el otro, a ver si así le va mejor. Pero no por eso EEUU dejará pasar esta oportunidad de dar un impulso más a su estrategia de acentuar la militarización de nuestro continente y controlar verticalmente ese proceso, que viene ocurriendo a pasos agigantados. Un ensayito más, acá. Como ensayo en gran escala y plataforma de lanzamiento, tuvimos los 13 años de intervención militar en Haití, en que las tropas uruguayas participaron bajo dirección directa de los militares brasileños, cumpliendo el mandato de “tercerización” del imperialismo. Ese ensayo fue usado de inmediato en Brasil.

El verdadero peligro para estas cumbres no son los “atentados terroristas” sino las protestas masivas de los pueblos, como ha vendió ocurriendo en todos los encuentros previos. Y el pueblo argentino no va a quedar atrás, como ya lo ha demostrado. Nuestra ayuda debe ser al pueblo argentino y no a los garkas.

Pero en este caso Uruguay apenas es el portero del guardaespaldas de los garkas.

A Tabaré Vázquez en su primer mandato se le ocurrió la idea delirante de una posible guerra con Argentina. Los jefes militares uruguayos le dijeron que ellos no podían. “Tenemos cinco aviones y combustibles para 24 horas”

Esa “guerra” disparatada sólo era un jalón en la política de los gobiernos burgueses de la región, que quieren ser “competitivos” compitiendo por quién es mejor colonia, la más servil. El gobierno del Frente Amplio ha peleado esforzadamente por el primer lugar, pero ahora con Macri, y todavía Bolsonaro, se le pone difícil. Por eso quiere, una vez más como es tradición en Uruguay cuando falla otro producto, vender política.

Y esas son las fuerzas armadas que tenemos. Y ese es el presidente que tenemos. ¿Qué hizo? ¿Acaso informar de este grave impedimento para la “defensa territorial” al Parlamento, a su fuerza política, a su gabinete? No, años después informó a un grupo de adolescentes de un colegio privado. Esa es su seriedad como gobernante.

Y a nadie le importó, por supuesto, porque a nadie le quedan dudas que las fuerzas armadas uruguayas no sirven para nada en materia de “defensa”. Y no les importa esa incapacidad cuando defienden los privilegios militares como ha pasado en apenas unos días.

Ya sabemos que la “defensa” en estos casos es la defensa de cada estado capitalista ante sus propios pueblos, como lo prueba el interés de estas fuerzas armadas de espiar a su único enemigo verdadero, la sociedad uruguaya.

Y hoy tenemos la plena confirmación. Por cierto no será el gobierno de EEUU el que confíe su seguridad a estos militares uruguayos que no sirven ni para esa guerra pedorra. ¿Brindar “seguridad” a alguien? Lo que pide el gobierno yanqui en este caso es “vos dejame a mí

Saludamos el rechazo que eso tiene hoy en varios sectores políticos. Pero preguntamos ¿queda allí el problema? No queremos que entren las tropas yanquis por unos días, pero ¿los 365 x décadas y décadas? 

Vender política, decíamos. Uruguay es un país capitalista dependiente mucho más débil que los vecinos. Históricamente ha oscilado entre periferia de periferia, y los intentos de colonia "más abierta al mundo". Cuándo al proveedor de materias primas se le complica se recurre al buen lugar de enclave. Es a eso que Uruguay no puede negarse hoy, según Tabaré Vázquez. La intervención militar en Haití de la que Uruguay participó pesadamente tratando de financiar así y sus onerosas e inútiles tropas mercenarias, fue el laboratorio de ensayo para la coordinación militar continental subordinada al imperialismo. Las tropas uruguayas cumplieron allí el más vergonzoso de los papeles pero tanto allí como en el Congo demostraron que para ir al frente no sirven. De modo que ahora "es tiempo de concretar", como dicen.

Concretar es llevar adelante la coordinación militar pro imperialista apropiada al momento e instrumentarla en forma concreta. Y es también la oportunidad de cumplir un papel mercenario más importante y redituable, un enclave confiable entre dos puntas del neofascismo emergente que podrían desbordarse. 

 Dentro de las fuerzas armadas yanquis que llegan hay UN SUBMARINO NUCLEAR. ¿Qué sentido tiene eso, si se trata de prevenir supuestos "atentados terroristas"? Obviamente el objetivo es otro, es hacer alarde de su fuerza e intimidar. Uruguay, que tiene bocas para afuera una política de paz, y que ha firmado acuerdos internacionales contra las armas nucleares, atenta contra su propia política al permitir esto. Es más que un hecho simbólico deja entrar estas tropas, es prestarse a ser apéndice de la política militarista imperialista, y prestarse a ello en el terreno para nada simbólico de la instrumentación concreta.

Las tropas yanquis tal vez puedan entrar, estar unos días, luego se van. Quedarán los otros, y todo lo otro.

La soberanía no es cuestión de los agentes locales del sistema capitalista dependiente. Se trata del pueblo soberano.

El G20, y este nuevo ensayo de colaboración militar, y también las agencias locales permanentes incluyendo las militares, son nuestro enemigo. Llamamos a rechazar esta intervención, y al mismo tiempo extender los alcances de la lucha antimilitarista, a todos los días.


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