28.NOV.18 | Posta Porteña 1973

Curso práctico sobre Hegemonía Cultural de la Izquierda (HCI)

Por Unabomber - Federico Leicht

 

(Para redes sociales)

Capítulo 1

Apropiación cultural de nociones, términos y definiciones (sinonimia política impuesta por el uso y la repetición). Palabras y conceptos de uso corriente en la lengua española que hoy son utilizados casi estrictamente para definir lo / a un progre.

Ejemplos que me vienen a la mente

-feminista.
-sindicalista.
-luchador social.
-educador.
-militante.
-empoderado/a.
-compañero.
-hijo/nieto/de inmigrantes (de uso en Twitter).
-murga.
-comunicador.

*El ejercicio consta de continuar la lista con las palabras que cada uno considere pertinentes y compartir con sus contactos para ampliarla, a los efectos de comprobar cuán jodidamente entrampados estamos desde el punto de vista lingüístico y retórico en la madeja de la HCI.

 Capítulo 2. Los agentes culturales

En nuestro primer capítulo analizamos los alcances del lenguaje y la conquista que la izquierda ha realizado del mismo. Concluimos en que el lenguaje ha sido de vital importancia en la instauración de ciertos códigos, valores y tendencias. La lengua, su control y dominio, constituyen el poder. Pero para que este poder se extienda es necesario que existan los agentes culturales, imponiendo y propagando los valores que la izquierda pretende que el resto asumamos como propios. Es decir, aquellos que cree que son su ser y su deber ser. Las mentalidades colectivas, entendidas como el espíritu de época, promovidas por agentes culturales encarnados en personas e instituciones.

No hace falta nombrarlos. Ellos son los que hoy conforman la estructura visible de la hegemonía cultural del Frente Amplio, que mucho antes de ser gobierno accedió a los sectores estratégicos de la cultura como la prensa, la televisión, el cine, el teatro, la música, el carnaval, el fútbol, en fin, todos las golosinas que consumen los adultos y conforman el poder real dentro de una sociedad.

Los primeros especímenes que encarnaron el papel de agentes culturales surgieron antes de la dictadura y se multiplicaron exponencialmente en la transición democrática. Su bagaje cultural se organizaba a partir de una sumatoria de consignas y frases hechas, que iban acomodando a su forma de entender la existencia, partido, movimiento o lugar de militancia. Los mismos sucumbían con facilidad a la narrativa indigenista, al protoecologísmo hueco, al feminismo militante, al pobrerismo voluntarista, al universalismo positivista y cualquier otra estructuración discursiva que les permitiera seguir vengándose de sus papás porque no los abrazaron lo suficiente cuando eran chicos. De ahí la necesidad de procesar, construir, elaborar enemigos fáciles de identificar; simples, gráficos, concretos, como dibujitos animados: “la derecha”, “la dictadura”, “el imperialismo”, algunos de sus preferidos.

Hoy, estos agentes culturales conformaron un escenario en el que los raros, los que no encajan, los que no son parte del mismo somos los que no queremos ser como ellos: esa es la dictadura cultural que impera en Uruguay hoy, que se hace carne en los ámbitos universitarios, estudiantiles, sindicales, laborales, dándole vida al discurso hegemónico que el progresismo considera aceptable

Y cuando digo “progresismo” me refiero a cientos de personas colocadas en puestos de confianza, a cargo de las usinas de cultura, de la educación, de los museos y los archivos históricos, de las organizaciones que financian las expresiones artísticas, fuentes de trabajo, becas, concursos y fondos, y de todas las entidades encargadas de difundir, regular o censurar la dimensión estética del presente y por supuesto de la memoria, filtrando lo que es funcional a su fábula y lo que no.

Para eso han reescrito una historia reciente a su medida, en base a mitos y tergiversaciones: con malos y buenos, héroes y traidores, mártires y torturadores. Ese relato resulta clave para entender este presente, y también el futuro que los izquierdópatas pretenden desarrollar.

Las herramientas que en la novela 1984 servían para eliminar el significado real de ciertos conceptos, la Neolengua y el Doblepensar, forman parte inherente al progresismo: "la ignorancia es la fuerza" bien podría ser el lema oficial de lo que hoy se hace llamar "la fuerza constructora", depositada en manos de culposos que se humedecen en sueños por imponer la nueva agenda de derechos a través de una diversidad atrofiada, legislando la moral por todos los medios a su alcance, con la certeza es que el socialismo universal llegará para ellos y los suyos como una suerte de día del juicio final en el que la utopía actuará por contagio milagroso sobre toda la especie degenerada de burgueses, oligarcas, terratenientes, ricos, chetos, caretas, fachos, machistas, racistas, xenófobos, capitalistas, neoliberales heteropatriarcales, y toda la gama de malos malísimos aggiornada a los pesares del hoy, los que impiden la concreción del paraíso progresista en la tierra.

Esa es una de las claves para entender el problema que enfrenta cualquiera que se sienta inclinado hacia la izquierda, tentado por las corrientes de pensamiento progresista: la irrefrenable tendencia a creer en un futuro que nunca se va a cumplir, y a creer en un pasado que nunca fue. Y esto es así porque hay en las masas humanas una fascinación por la demagogia y por el populismo, que es la base y el sustento del inconfundible militante de la izquierda nativa.

*Si este material te resultó de utilidad, compartílo con quienes creas que puedan entenderlo, aprovecharlo y difundirlo. Combatir efectivamente la dictadura cultural del Frente Amplio tiene mucho que ver con la buena comprensión de algunos de estos conceptos. grupo facebook Unabomber??Federico Leicht


Comunicate