27.NOV.19 | Posta Porteña 2070

¿Chalecos Amarillos? (5)

Por G.C.I.

 

17/11/18 – 17/11/19

UN AÑO DE LUCHA ¡NO RENUNCIAMOS A NADA!

Algunos de nosotros comenzamos a levantar (contra todas las banderas que el poder quiere imponer con sus divisiones derecha e izquierda) aquella consigna clasista de los piqueteros (¡si, exactamente como nosotros ahora, también paralizaban el tráfico en rutas y caminos, autopistas y centros de distribución…!) contra la política: ¡que se vaya todos! ¡Dégagez tous!

Es de esa misma consciencia internacionalista de los chalecos amarillos que surge las consignas más comunes y generales de todo el movimiento: “On lachera rien” , no aceptaremos nada…, “on est là”…seguiremos ahí (bloqueando), “¡REVOLUTION!” “¡REVOLUCIÓN!”

 

OTROS ATAQUES CONTRA LOS CHALECOS AMARILLOS

 

COMUNISMO - Grupo Comunista Internacionalista- Noviembre 2019 - n° 68

Por supuesto que hay muchos otros ataques del poder y de la misma democracia tiránica y plutocrática contra el movimiento de los chalecos amarillos. Pero como es lógico, nada es muy diferente, todos los ataques tienen como punto común la defensa del Estado y la democracia, aunque cambien de formas. Las potencias ideológicas del poder, son diferentes formas de democratismo y buscan invariantemente imponerse ADENTRO del movimiento, para liquidar la fuerza unificada del proletariado que se pone los chalecos amarillos. ¡Si no hubiese movimiento contra el capital, qué fácil sería llamar a referendos y a la alternativa ciudadana!

El racismo y el antirracismo (ideológico, porque el capitalismo es social y fundamentalmente racista) ha sido desde el principio otro de esos ataques. El movimiento ha respondido siempre en forma unificada contra ello: “unidad del pueblo contra la oligarquía financiera”, “no a la guerra entre las razas y los pueblos, si a la guerra de clases”…o alguna consigna internacionalista ya más clásica que los chalecos amarillos gritan y con la que pintan los muros: “¡ni guerra entre los pueblos, ni paz entre las clases!”. Más que consignas son fuerzas del movimiento que excluyen a los grupos políticos que representan la liquidación social del movimiento

En primer lugar, se atacó a los “chalecos amarillos” como “antisemitas”, que es desde su base misma, una construcción ideológica racista del judaísmo y también del Estado de Israel, contra todo tipo de crítica al judaísmo, inventando un problema de raza ahí adonde no hay (11) La crítica histórica del proletariado contra la usura, el comercio, el sistema bancario mundial, el control del mundo por las finanzas, se intenta mezclar y reprimir de esa manera como si fuese racista. Si bien esa absurda acusación del poder resulta fácil de descalificar, la penetración ideológica de la misma, gracias a la izquierda, sigue siendo potente y trata sistemáticamente de prohibir hablar, investigar, denunciar todo lo que relacione al judaísmo como “comunidad” dineraria, usuraria y de emisión monetaria, con el poder actual del sistema bancario y financiero mundial, con la aristocracia financiera.

Pero el ataque sistemático del poder contra los chalecos amarillos acusándolos de ser de derecha o de “extrema derecha” y hasta “racista” es mucho más general que el racismo del “antisemitismo” típicamente Estatal. También se los acusa de no aceptar la migración, de no ser favorables a la legalización de los sin papeles, por ejemplo. Desde Macron a los partidos de izquierda y los sindicatos se trata de asimilar el rechazo a la migración como sinónimo de racismo y de extrema derecha.

Esta ideología es una compleja y potente construcción ideológica del Estado que inteligentemente fue rechazada por los chalecos amarillos, que nunca se sometieron a expulsar del movimiento a lo que la izquierda (incluido el anarquismo ideológico) y el sindicalismo consideraba de “extrema derecha”. El “cuanto más inmigrantes se legalizan mejor”, es en realidad una política negrera del capital mundial, como también lo es exterminar a los migrantes antes de que lleguen, tirándolos al mar y filtrando algunos. Tanto la política de prohibir la entrada de migrantes, como la de legalizar una buena parte, forma parte de la misma política negrera del capitalismo mundial. Para clarificar el punto resulta imprescindible hacer un pequeño paréntesis histórico

A nivel mundial y durante toda la historia del capitalismo, la cuestión del tráfico de esclavos, del capital negrero, es crucial, aunque raramente se muestre esto en la historia oficial. Siempre se prefiere mostrar la historia de la industria, de la tecnología, del trabajo como valor social: nos muestran la parte “buena” del capital, el progreso el desarrollo de las fuerzas productivas, nos esconden la trata negrera. Por eso durante la historia del capitalismo se habla más de venta libre de la fuerza de trabajo, que nunca fue general sino local y marginal y no de la esclavitud bajo diversas formas que, en la práctica, ha sido la estructura básica en el capitalismo. Ni siquiera hay cifras comparativas de tasas de ganancia entre el tráfico de “negros” (12) (¡y no solo negros!) y las de la industria textil, aunque ambas “producciones” de “mercancías” siempre fueron el negocio de las mismas empresas bancarias y financieras del mundo.

La producción de valores de uso y de esclavos son negocios alternativos, complementarias y comparables en toda la historia del capitalismo mundial, pero mientras la producción de cosas tuvo, desde siempre, toda la publicidad del mundo, la producción de esclavos, en términos de negocio, de inversión, de tráfico, siempre se escondió. Y, sin embargo, sabemos que toda la población del planeta fue cambiada de una parte para otro, reduciendo la población en algunas partes, exterminándola, genocidándola e impulsando la reproducción ampliada de ella en otras partes, en función del interés del capital mundial, produciendo “negros” y cosas. No es por casualidad, sino por la rentabilidad del capital, que la población pobre de origen autóctono sigue disminuyendo y sigue aumentando en los barrios pobres los migrantes de otras partes del mundo

El beneficio para el capitalismo es evidente: estos inmigrantes son mucho más baratos, además que los sistemas de filtraje aseguran que se afinquen más fácilmente a los menos revoltosos, los más sumisos por ideologías y religiones

En la producción negrera hay evidentemente un invariante: todo depende de la tasa de ganancia y la necesidad de aumentar la tasa de explotación del capital mundial. El ABC es, entonces, no solo bajar los salarios todo lo que se pueda, sino reducir la población local ahí adonde los salarios son elevados (y por supuesto la lucha proletaria es potente) y traer negros de otras partes para abaratar el precio de la fuerza de trabajo y aumentar la sumisión de la fuerza de trabajo

Muchas guerras explicadas por materias primas o por el petróleo son en realidad producidas para matar gente o expulsar negros masivamente de una parte y enviarlas a otras partes, como se hizo con la población Siria (así como países vecinos), muy valorada como mano de obra en Europa por su calificación y bajo costo. Lo mismo se hace ahora en América Central y el Caribe para llevar “negros” hacía ahí adonde la mano de obra es más cara: Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Chile…

Todo es muy siniestro y oculto, pero llamémosles a las cosas por su nombre, es indispensable para denunciar la política burguesa ¿quién se opone al actual tráfico de negros? Por supuesto que NO la “izquierda” cuya bandera se reduce a darle papeles a los sin papeles, lo que la hace cómplice de las migraciones organizadas para aumentar la tasa de explotación: cuanto más se sustituyan negros recién llegados, a la población local, que se trata de hacer cada vez menos prolífica (promoción del trabajo de la mujer y leyes laborales restrictivas de la maternidad, promoción del aborto, represión de la heterosexualidad procreativa…), más se beneficia la tasa de explotación(13)

¿y acaso se opone la derecha que le niega los papeles? Tampoco, en absoluto, las empresas necesitan gente todavía peor pagada como los sin papeles… ¿y los que quieren seguir tirando gente al mar Mediterráneo o reventando en los trenes y carreteras atravesando México, Brasil o Marruecos? Tampoco, porque también, tirando gente al mar o haciéndolos reventar, se reducen los precios de los negros que llegan y llegan con más latigazos de negreros incorporados…, lo que mejora la calidad de la fuerza de trabajo. Es decir, la hace más doblegada y sumisa, para aceptar la explotación, la democracia, las religiones.

En realidad, a la plutocracia que dirige toda la política económica del capital mundial lo que más le interesa es exactamente la política económica ambigua y contradictoria, en cada país, que lleva en su conjunto la burguesía política de todo el mundo. Efectivamente para bajar el precio de la fuerza de trabajo, se requiere tener trabajadores en blanco y en negro, con papeles y sin papeles, que algunos lleguen y otros mueran en la tentativa, que todos reciban golpes y latigazos para que se quiebre su resistencia. ¡La tasa de explotación es una variable directa de la capacidad de trabajo, su flexibilidad horaria, su intensidad, su sumisión ciudadana…! Lo más importante para la derecha y la izquierda, para la extrema derecha y la extrema izquierda, para el capitalismo en general, es que exista lo que se llamaba un ejército “industrial” de reserva (14)

Lo que necesitan es tener siempre “extranjeros” “amenazantes” desesperados esperando para trabajar. El racismo contra ellos no viene de su color de piel, sino de ser el producto del TRAFICO NEGRERO, de ser el producto de la sustitución de la población autóctona por población extranjera cuya fuerza de trabajo es mejor negocio para el capital mundial. Tanto el racismo abierto contra esa población como el supuesto antirracismo que consiste en hacerlos entrar (en el “mercado de la fuerza de trabajo”), tanto los que pasan como los que nunca llegan, tanto los que obtienen papeles como los que trabajarán en el negro, confluyen para beneficio del capital mundial. Con humanismo y antihumanismo, con racismo y antirracismo, con la izquierda y la derecha…, siempre se trata del mismo siniestro tráfico para abaratar el mantenimiento de los productos del tráfico.

Por eso un movimiento clasista, como los chalecos amarillos no aceptó someterse a la política “antirracista” de una parte importante de la izquierda burguesa, que se resume a hacer entrar a todos los inmigrantes posibles, y proporcionarles papeles. Aunque eso fue argumento del poder para acusar a los chalecos amarillos de “racistas”, favorables a la derecha y hasta a la extrema derecha los chalecos amarillos no inscribieron en sus banderas “papeles para los inmigrantes”

Hubo muchas discusiones al respecto y en lo que realmente hubo oposición es en incluir dentro de las reivindicaciones de los chalecos amarillos un estatuto particular para los “sin papeles”, como hace la izquierda, llamando al contrario a todos a luchar juntos contra nuestras burguesías y nuestros estados contra toda la política de migración permanente que los beneficia. Dicha política es la de seguir desarraigando proletarios de sus tierras originarias tanto para sus proyectos capitalistas como para producir obreros esclavizados, sometidos al trabajo esclavo, o a la esclavitud sin papeles…o a la semiesclavitud de los que obtienen papeles... Eso es coherente con seguir tirando gente al mar con que sigan muriendo en las carreteras de América Central y México. Apoyar la política burguesa de legalizar a “todos” los sin papeles, en la medida, en que son el resultado selectivo entre miles que tiran al mar o no llegan, por cientos de motivos represivos o de tráfico…, es legitimar que se siga con el trafico de carne humana incluyendo los que revientan antes de llegar.

La miserable propuesta de la izquierda al legalizar alguno (¡aunque muchos hablen de “todos” siempre es una minoría, lo que asegura mayor sumisión y permite pagar menos precio por esa fuerza de trabajo!) entre cientos que se tiran al mar en nombre del paraíso europeo, norteamericano sudamericano. Nos pareció interesante elegir un ejemplo geográficamente muy distante de las luchas de los chalecos amarillos, para mostrar que lo del trafico negrero del capitalismo actual sigue siendo mundial: hasta hace 10 años solo había millones de migrantes procedentes de Bolivia, Paraguay, Perú, Uruguay…, ahora vienen, a Argentina por ejemplo, de mucho más lejos: Cuba, Venezuela, Haití, República Dominicana, Nicaragua, Honduras, El Salvador…

Pensamos que gracias precisamente a que los chalecos amarillos rechazaron la política de izquierda a favor de “los papeles” y de incluir eso entre las reivindicaciones de los papeles clarificó mucho la posición de los chalecos amarillos de denuncia de toda la política de migración del capitalismo y permitió discutir mejor y sin la presión contrarrevolucionaria de la izquierda y la derecha.

Lo que por supuesto, no quiere decir en absoluto que los “sin papeles” no hayan estado con los chalecos en las barricadas, y mucho menos que los chalecos amarillos no hayan sido solidarios con los seres humanos que están “sin papeles”. La policía lo sabe y lo proclama, hay muchos sin papeles entre los chalecos amarillos y por todas las formas posibles los chalecos amarillos luchan contra los controles de identidad que los milicos intentan en las manifestaciones. Pero al mismo tiempo, desde el movimiento mismo del proletariado se ha tratado de impulsar la organización específica de los sin papeles para afirmar su lucha por lo más elemental, lo que ha dado origen a otro colectivo que se denomina “chalecos negros” que por su parte ha desarrollado diferentes luchas como la irrupción en el Panteón de Francia… tomando ejemplo de la lucha de los chalecos amarillos, para afirmar precisamente las necesidades elementales de los sin papeles, en solidaridad y en base al ejemplo con los “chalecos amarillos”

La irrupción de los chalecos negros por su parte mostró sus distancias no solo con la derecha sino con la izquierda situando esa lucha no en el terreno de la legalización si o legalización no, sino en las necesidades humanas: los chalecos negros reclaman como los chalecos amarillos no papeles, sino lo necesario para vivir diciendo que ya ni sobreviven y denunciando no a tal fracción de “extrema derecha” sino a los extremadamente ricos que los hambrean al mismo tiempo que afirman que su lucha es la misma que la de los que no llegan a fin de mes en África, ni en Europa: también en eso afirman que es la misma lucha y reafirman su internacionalismo.

Tanto aquí como con otros temas lo que más molesta no es que los chalecos amarillos sean “de derecha o de extrema derecha”, sino que no acepte la ideología burguesa de la izquierda de reducir el problema a un problema de “ayuda de los sin papeles”, o de legalización y que en la práctica pongan la izquierda y la derecha como cómplices en toda la política (negrera) del capital mundial.

Nos parece importante recordar aquí, que cuando el proletariado estuvo organizado en fuerza en los países de destino de la migración como en América (del Sur, central y del Norte) a fines del siglo XIX y principios del XX siempre se opuso a que trajeran “negros” baratos desde Europa: Irlanda, Europa oriental, Italia, España, Portugal, Francia… Por ejemplo, los IWW de Estados Unidos o de Chile, la FORA de Argentina y estructuras hermanas de América del Sur, hasta enviaban CONTRA PROPAGANDA a Europa, para que el proletariado hambriento europeo no creyera en los cantos de sirena de los burgueses del mundo, que llevaban millones de obreros desde Europa para quebrar las luchas del proletariado en América. Por ejemplo, por todos los medios a su alcance, la Federación Obrera de la Región Argentina (FORA) combatía las propagandas que hacían los consulados italianos para reclutar obreros que creían en el mito de “América” explicando que muchas veces les prometían lo que no cumplían, que los salarios no eran lo que decían, y que muchas veces estaban reclutando de apuro porque necesitaban rompehuelgas, que la burguesía latinoamericana al mismo tiempo que buscaban obreros baratos europeos expulsaban de esos mismos países, con las leyes de inmigraciones, a los proletarios “subversivos” extranjeros.

Por eso en los chalecos amarillos se rechaza toda la política de la izquierda burguesa “a favor de los sin papeles” y se lucha mucho más globalmente contra la migración masiva y la misma producción de la separación entre los proletarios con papeles y los sin papeles. Ello, se encuentra en coherencia con la lucha histórica del proletariado. Solo dentro de esa lucha contra toda la política mundial burguesa de migración masiva (que incluye la producción de guerras y hambrunas en África, en América Central…para producir mano de obra barata y sumisa) adquiere realmente sentido la lucha del proletariado por la revolución social y contra los muros y las vallas, contra las fronteras y las banderas, contra la migra y todas las represiones. Es así, que debe entenderse la importancia de la lucha de los chalecos amarillos contra la globalidad de la aristocracia financiera mundial y el nuevo orden mundial del capital. Solo así puede afirmarse la perspectiva revolucionaria mundial

Notas

11. Ese invento del judaísmo no solo lleva al ridículo de tratar de “antisemitas” a la gran mayoría de las poblaciones árabes que son también semitas, sino a considerar por ejemplo que la obra de Marx “la cuestión judía” como “antisemita”

12. El lenguaje inclusivo, que sustituye la palabra negro por “afrodescendiente”, no solo no cambia nada a la esclavitud real e histórica, sino que forma parte del ocultamiento ideológico e histórico. Piénsese a que nunca prohibieron trabajar como un negro, sino que además hoy que todos los proletarios del mundo trabajan más que nunca como negros y sin embargo es considerado incorrecto y hasta penado la simple expresión de “trabajar como un negro” como si dicha prohibición ideológica sirviera para que los negros pudiésemos, al fin, trabajar algo menos como nos prometieron con el advenimiento histórico del “trabajo libre”. En realidad, ello no suprime, sino que reafirma: “la esclavitud del trabajo” como decía Marx criticando el “trabajo libre”. Por eso en este texto nosotros no utilizamos la palabra negro para referirnos al color de la piel, sino al ser humano reducido a la esclavitud (sea cual sea el color de su piel) y producido en función de las necesidades de la esclavitud del trabajo como los inmigrantes que llegan, y no llegan (porque revientan antes), a las costas de “Europa la democrática”

13. En realidad, la política racista, en nombre del antirracismo que hoy es de la izquierda, es la que ha llevado a la sustitución sistemática de la población autóctona, por la población negra en casi todos los barrios pobres del continente (como dijimos de cualquier color de la piel pero considerada como esclavos más baratos por el capital).Europa que es paradigmática en este sentido, se confirma como vanguardia por el conjunto de los mecanismos para disminuir prepotentemente la población de origen europeo (particularmente en la península Ibérica, adonde no parece exagerado hablar de verdadero genocidio sistemático de la población autóctona) y hacer necesario la entrada de inmigrantes de países de África del Norte

14. Es verdad que, en términos de valores, las empresas más grandes del mundo occidental tienen cada vez menos de “industrial”. En efecto, teniendo en cuenta su valorización caemos en Apple, Amazon, Facebook, Google, Microsoft…y los “productos” ingresos brutos en 2 o 3 petroleras, más los grandes bancos (Bank of American, JPMorgan) y empresas de intermediación comercial (Wal-Mart). Pero ello, no infirma para nada el interés del trafico negrero actual para mantener a millones de seres dispuestos a trabajar en las peores condiciones posibles que asegura la migración (la oposición entre menos industria, menos proletarios hecha por el marxismo leninismo y su obrerismo es una gran MENTIRA). Por el contrario, ello confirma la cada vez mayor importancia del “producto” de la intermediación y circulación financiera y de cosas, la importancia estratégica de la circulación - bloquear rutas y rotondas…con respecto a la producción inmediata de valores de uso. También confirma que los valores de producción social no los produce el trabajo inmediato de cada fábrica, sino el “trabajo abstracto”, la abstracción total del trabajo que se concentra en el DINERO, la plutocracia, y particularmente, en los últimos 10 años, la producción del dinero falso. Más todavía, se confirma el interés común de la burguesía del planeta en aumentar la tasa de explotación reproduciendo el trafico negrero como esencia invariante del progreso del capital y en coherencia con la tendencia de la aristocracia financiera a seguir “produciendo” dinero falso

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Que les llama la atención de que sigan los chalecos amarillos luego de 12 meses…

pero quienes son esos chalecos amarillos… los desocupados, las personas más precarias, los minusválidos, los jubilados… todos los oficios y profesiones, los chalecos amarillos son los ciudadanos, los chalecos amarillos SON ciudadanos…, CIUDADANOS CON RABIA, CIUDADANOS QUE NO SOPORTAN MAS, CIUDADANOS QUE SE LEVANTAN TODAS LAS MAÑANAS

No queremos elecciones ni representantes. Ya no queremos ser gobernados. Ya no queremos que nos "representen". No queremos tomar el poder, no queremos "más" poder, queremos derrocar el poder. Y en su lugar, encarnaremos la política directamente, sin intermediarios ni mesas electorales. La sabiduría popular, las organizaciones de trabajadores y militantes, las ocupaciones de rotondas han desarrollado otras formas políticas (asambleas, mandato imperativo y revocable, rotación de tareas, consejos de trabajadores, etc.). A través de bloqueos, ocupaciones, manifestaciones de chalecos amarillas, etc., seguiremos luchando contra la economía que nos encadena y ocupando el espacio "público" para seguir tomando el control de nuestras vidas. Las elecciones han sido canceladas.

¡Autonomía material y política! ¡Que se vayan todos!

 Chalecos amarillos Toulouse


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