13.MAY.20 | Posta Porteña 2111

Aunque Usted No Lo Crea

Por AM Gittlitz /Ian Parker

 

Una historia trotskista uruguaya vista hoy desde Nueva York

 

mayo 06, 2020 n0estandificil.blogspot.com/

 

Quiero creer: posadismo, ovnis y comunismo apocalíptico

 

AM Gittlitz Pluto Press, Londres, abril 2020 ( I Want to Believe: Posadism, UFOs and Apocalyptic Communism)

Reseña de Ian Parker

En 1962 la Cuarta Internacional preparaba su congreso de reunificación que tuvo lugar al año siguiente. Un trotskista argentino Homero Cristalli tomó el control. El Buró Latinoamericano (BLA), Oficina Latinoamericana de la IV-I, expulsó a todas las secciones europeas y las reemplazó con una 'Oficina Europea' que él dirigió personalmente. Se declaró una nueva Cuarta Internacional en un congreso de emergencia en Montevideo, Uruguay, y desde ahí Cristalli dirigió su operación bajo el seudónimo 'Juan Posadas'; así nació la Cuarta Internacional Posadista.


[¡NO! J. Posadas. Aclaración.- Hay una furiosa respuesta de Posadas a un seguidor europeo que lo llama José Posadas, cuando la denominación oficial era J. Posadas y nada más. Para los que conocimos esta historia (de afuera y por amistades personales en nuestro caso), vemos aquí un relato más folclórico que histórico, pero  tiene su valor. Agregamos un comentario personal al final] FM

AM Gittlitz cuenta la historia del ascenso de Cristalli de ser un zapatero, organizador sindical, futbolista de la liga y cantante de clásicos de tango, a ser líder de una organización internacional que se implantó en la mayoría de los países de América Latina y muchos otros en todo el mundo, con liderazgos que generalmente eran argentinos o uruguayos. Hubo secciones en Europa, incluido, en Gran Bretaña, el Partido Revolucionario de los Trabajadores dirigido por mineros, y el libro rastrea el surgimiento y la desintegración de estos grupos a medida que Posadas se volvía cada vez más errático, llevándonos a su muerte en 1981 y más allá, a su hijo León, y sus intentos de para mantener vivo su pensamiento y para una extraña vida futura del Posadismo en Internet.

Lo que Gittlitz hace tan bien al tejer la vida de Posadas con el universo paralelo y cerrado del trotskismo que él creó, es integrar esa vida en las condiciones particulares de posibilidad para el desarrollo de movimientos revolucionarios en Argentina inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.

No todos terminaron como Posadas y no todos los grupos se convirtieron en posadistas, pero podemos entender mejor lo que sucedió si entendemos ese contexto. Gittlitz describe el contexto local, la situación global y algunos de los debates clave en las principales organizaciones trotskistas.

Eran tiempos de amenaza inminente de guerra nuclear intensificada por la crisis de los misiles cubanos después de esa exitosa revolución inesperada, y de una carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, que había logrado enviar a Yuri Gagarin en un cohete en 1961 y que, como Gittlitz describe con cierto detalle, tenía una larga historia, de vuelta a Lenin y Trotsky, de intenso compromiso con la tecnología e incluso especulaciones sobre la vida en otros planetas.

El programa SETI de EEUU  (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) incluía defensores de no sólo comunicarse con formas de vida extraterrestres sino también con delfines. Hubo muchos avistamientos de ovnis en Argentina, y mucha discusión popular sobre lo que eran y lo que presagiaban. Y estaba el peronismo, una mezcla peculiar de retórica populista cuasi fascista e incorporación de sindicatos en el poder estatal que dividió a la izquierda revolucionaria.

Hay muchas anécdotas divertidas en este libro de buena investigación. Una de ellas indica el alto riesgo y la fanfarronería machista que atravesó a las organizaciones revolucionarias rivales que intentaron convertirse en secciones de la Cuarta Internacional en América Latina después de la Segunda Guerra Mundial y antes de 1962.

Un competidor por el liderazgo de la Oficina Latinoamericana, que eventualmente se convirtió en parte de la "nave nodriza", Nahuel Moreno, afirmó, en una reunión con Posadas durante una reunión del POR argentino, que había leído los tres volúmenes de El Capital de Marx; para no ser menos, Posadas gritó que había leído seis. La pregunta subyacente era quién mandaría el gallinero.
 

Populismo y poder
 

Fue ese último aspecto del peronismo, el populismo autoritario, lo que alimentó la imaginación de Posadas, por lo que una de sus desviaciones más poderosas y duraderas de la práctica organizacional marxista fue lo que llamó "monolitismo".

En lugar del centralismo democrático, el debate democrático y la aplicación de una línea común por parte de la organización, fue él la dirección del partido, y todos los partidos en la Cuarta Internacional Posadista, la dirección era el propio Posadas. Ese liderazgo fue abusivo y dictatorial, e implicó humillación y expulsión de los disidentes y el control de las mujeres, incluida la demanda de que las esposas y novias fuesen miembros del partido y, casi inevitablemente,  dispuestas a dormir con Posadas.

Gittlitz teje otro elemento tecnológico en su historia del ascenso y la caída de Posadas, la invención de la grabadora, que permitió al gran líder hablar durante horas y soñar nuevas innovaciones teóricas mientras hablaba. Era algo como lo opuesto al psicoanálisis; se trataba de una asociación libre, pero impulsada aquí por la creencia de que todo lo que se decía era verdad y debía ser contado al mundo.

No fue Posadas quien comenzó a hablar sobre platillos voladores, sino uno de sus seguidores Dante Minazolli quien insistió con una la pregunta, a la que Posadas respondió con la sugerencia de que otras civilizaciones planetarias, lo suficientemente avanzadas como para llegar a la Tierra, deben, por definición, haber llegado al socialismo.

La sugerencia se convirtió en un fetiche e hizo de los Posadistas el hazmerreír del resto de la izquierda, y de eso surgieron otras ideas similares a SETI, sobre hablar con delfines, por ejemplo. Ahora, es eso lo que más se le recuerda. Minazolli continuó propagando estas ideas, y hubo intentos radicales de intervenir en los círculos de observación de ovnis, después de la muerte de Posadas.

Es aquí donde Gittlitz se vuelca demasiado fácilmente a las caracterizaciones comunes del problema posadista como cosa de salud mental, algo que los líderes de la Cuarta Internacional que tuvieron que tratar con él antes de 1962 ya habían esbozado. Nos dice que la grabadora le permitió a Posadas transmitir sus ideas más fácilmente, por ejemplo, porque la escritura se vio obstaculizada por su "trastorno de déficit de atención"; más tarde, su "manía" aumentó, y su paranoia, y la narrativa conduce lógicamente a que sus ideas posteriores sean simplemente "locas", lo que culmina en su afirmación de lecho de muerte de que aunque pudiese morir, aseguraba a sus seguidores que se levantaría nuevamente.

En algunos aspectos, Gittlitz es demasiado duro para Posadas y en otros demasiado ligero. De lo que él mismo cuenta, podemos ver que la mezcla de ideas extrañas que componían el material del Posadismo era bastante comprensible. En otros tiempos, en otros contextos, algo de eso podría articularse con el marxismo revolucionario. El reclamo característico de Posadas, el que realmente sostuvo la formación de su propia Cuarta Internacional con sede en Montevideo, fue que iba a ocurrir una guerra nuclear, y que sería mejor que la Unión Soviética lanzara un ataque nuclear preventivo para que de los restos se pudiese construir un futuro socialista. Era una línea política estúpida, que condujo a una ruptura con el régimen cubano, por supuesto, donde los posadistas, los únicos trotskistas en la isla, fueron reprimidos.
 

Pero, a pesar de toda esta exagerada amenaza y ferviente creencia en el avance de la humanidad, en realidad era una línea que no estaba muy lejos de la argumentada por Michel Pablo, secretario de la Cuarta Internacional. El mundo estaba cambiando rápidamente, y estaba bajo amenaza, y los revolucionarios estaban luchando sobre qué pensar de esa situación. La capacidad de Posadas para tomar el control completo es algo que va en contra de la dinámica de la política trotskista, y no necesitamos recurrir al diagnóstico de que está "loco" para formular una crítica exhaustiva de sus métodos, algo que sería ayudado por un buen dosis de teoría revolucionaria socialista feminista de la organización.
 

Después de Posadas
 

León Cristalli todavía está produciendo cosas en memoria de su padre en Argentina, pero la única organización política posadista en funcionamiento en el mundo, ahora, está en Uruguay. Visité la sede del Partido Obrero Revolucionario (Trotskista, Posadista), POR, en Montevideo el año pasado, y tuve una conversación amistosa con camaradas allí. El POR fue fundado en 1944, con existencia continua, la misma organización que fue tomada por Posadas en 1962, y que se convirtió en una parte activa del Frente Amplio de izquierda que gobernó el país desde 2004 hasta hace unos meses. Estaban felices de conocer a alguien de la Internacional que habían dejado hace tantos años, pero me cortaron cuando les pregunté sobre la guerra nuclear revolucionaria.

Es lo que Gittlitz omite de su historia, hay una mención muy breve del grupo en Montevideo, en el que indica que tampoco querían hablar líricamente sobre Posadas. Es un viaje muy difícil que algunos izquierdistas han tenido que hacer, a través del posadismo y hacia el otro lado, de vuelta nuevamente a la política socialista. La homofobia de Posadas, su misoginia y su control moralista de la vida personal de los miembros del partido no son más que un mal recuerdo. La fachada del local del POR estaba pintada con grafiti fascista; la organización había sido atacada recientemente por su apoyo a la legislación progresista del Frente Amplio sobre los derechos LGBT.

Aunque todo eso estaba profundamente enterrado en el actual Frente Amplio, el POR también vende panfletos posadistas, incluidos los que afirman que la guerra nuclear ha sucedido, pero a través de otros medios como la gripe porcina, y pide apoyo para los estados socialistas 'en regeneración', incluidos Rusia, China, Cuba y Venezuela.

Una publicación posadista editada por León Cristalli incluye dos artículos de Vladimir Putin. Una vez más, estas son preguntas políticas, errores y debates que no pueden descartarse tan solo como signo de locura, ya que hay mucha propaganda así en nuestra dividida izquierda.

Este libro está escrito a toda velocidad, es más atractivo que la mayoría de las historias de la Cuarta Internacional, pero con algunas formulaciones políticas que son interesantes para algunos, incluida la breve descripción de los bolcheviques que toman el poder y establecen una dictadura. No, no es tan simple como eso. La revolución rusa fue contradictoria; una comienzo, peleado por Lenin y Trotsky y presente en los debates posteriores sobre el centralismo democrático, y una clausura en torno a Stalin y la burocracia en la que el aspecto centralista tuvo prioridad y borró la democracia por completo.

En general, el tono político y la línea del libro no se preocupan tanto por recuperar la historia revolucionaria de la debacle de Posadas sino por trascenderla. Gittlitz mira hacia atrás, a veces con una mirada de periodista demasiado burlona, sobre estos episodios lamentables en la historia de nuestro movimiento y las lecciones que contienen sobre la forma en que nos organizamos ahora, encontrando cierta redención solo en caprichosos memes posadistas intergalácticos que circulan en Facebook, viendo en esos una apertura a la "otredad" de otras formas de vida. Es como si Homero Cristalli hiciera todas estas cosas malas, aunque al menos hace algunas buenas bromas sobre el viejo marxismo.

Vale la pena leer el libro, e incluso podría ser para algunos nuevos activistas un primer contacto con el trotskismo, que es lo que Gittlitz afirma en algunos puntos, pero es demasiado ligero al juzgar el aspecto 'divertido' del posadismo. Aprenderás muchas cosas sobre Posadas que aún no sabías. Posadas, aparentemente, tenía su propia teoría del humor, declarando que si bien los chistes son una función de las contradicciones bajo el capitalismo, los chistes ya no existirían bajo el socialismo.

El posadismo en sí no fue divertido, sino trágico, y cuando nos reímos de él necesitamos preguntarnos qué estamos haciendo, y qué no estamos aprendiendo en el proceso.

[Comentario final. La ilustración de portada del libro es graciosa. Siempre sirve tomar nota de qué es lo que trasciende afuera del paisito; la teoría del significado político de los OVNIS en este caso. Por supuesto que la anécdota no tiene mucha importancia. Antes de entrar en tema quiero hacer un reconocimiento a todos los valiosos luchadores que pasaron a través del posadismo, rompieron con él, supieron superarlo contribuir a la lucha por el socialismo; lo personifico en uno: Alberto J. Pla (1926-2008), militante internacionalista, activista clandestino bajo la dictadura argentina, historiador, editor, maestro. Entre otras cosas nos queda la producción del Centro Editor de América Latina, que él dirigió. Me explicó que la gran habilidad de Posadas era manipular a las personas sacando provecho de sus debilidades, inseguridades, sentimientos de culpa. No fue el único en eso. El posadismo fue un caso extremo de culto a la personalidad, pero eso no nació con el posadismo, ni murió tampoco, todo lo contrario. Sería un lamentable error ver en el posadismo exclusivamente una rareza o un problema de salud mental. La secta, como explica Marx, es producto de la debilidad del movimiento obrero, y en esas situaciones reaparece. La secta hace su identidad de la diferencia, y no de la comunidad. Estudiar la secta en su forma extrema es correcto, reducirla a su forma extrema y no ver todas sus manifestaciones cotidianas "suaves". Atender a  "Del rasguño al peligro de gangrena"(Trotsky, 1940) está bien; pero tampoco la pavada paranoica de buscar la gangrena en cada rasguño, que suele pasar. La historia de abusos sexuales de Posadas es al menos en parte real, no es el único dirigente político en eso, ni impidió que varias mujeres también dañinas estuviesen en la dirección de esa secta. Más que la apropiación de mujeres importó la obligación de los miembros de ceder sus propiedades al partido, que fueron luego a Homero y luego a León. Que el POR esté hoy en el FA no es mérito, y pueden leerse hoy los textos en que Rusia sigue siendo "80% estado obrero". Y sobre la guerra de la gripe porcina, mientras este libro salía de la imprenta, vemos lo qué pasó. Sí, si habrá que aprender] FM


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