08.OCT.20 | PostaPorteña 2153

El PTS y el informe Bachelet, maniobras de burócratas

Por ASTARITA

 

El PTS y el informe Bachelet

 

En mi crítica al dirigente del PTS Guillo Pistonesi por la caracterización de ese partido del Gobierno FyF como progresivo frente a “la derecha” (Cambiemos, cámaras empresarias, etcétera), hice mención a la postura del PTS frente al informe Bachelet sobre las violaciones de los DDHH en Venezuela. Escribí que el PTS descalificó ese informe con el argumento de que era pro-imperialista. Y que hizo silencio sobre el contenido de las denuncias.

Pues bien, en un comentario enviado al blog Pistonesi dijo que eso no era cierto, que yo había inventado el tema, y que ello demostraría que soy un intrigante.

En respuesta a esta acusación, invito a leer el artículo “Informe de la ONU: Piñera y Bachelet unidos contra el pueblo venezolano”, publicada por Izquierda Diario el 6/07/2019 (aquí). Fue publicado a las pocas horas de conocido el informe Bachelet.

Ya el título evidencia la intención de descalificar al informe: según ID, el informe va contra el pueblo venezolano. Esto es, un reporte que daba cuenta de los crímenes (muchos de ellos perpetrados por escuadrones de la muerte en barrios pobres) y de las atrocidades del régimen, es calificado, de entrada, por el PTS, como un documento contra las masas venezolanas.

En seguida se desarrolla la idea. Afirma que el informe Bachelet estaba “acorde a los intereses de la derecha continental agrupada en el Grupo Lima”, y que era utilizado por Piñera “como fundamento y argumento para seguir perpetuando la injerencia imperialista estadounidense y los intentos golpistas en Venezuela”, O sea, se trata de un instrumento en manos del imperialismo y sus agentes latinoamericanos, Piñera en primer lugar. Con lo cual el PTS ha barrido la represión del régimen bajo la alfombra. El eje ahora es “la injerencia imperialista”, facilitada por Bachelet y Piñera.

Más abajo ID afirma que el gobierno de Maduro es insostenible porque “se ha encargado de priorizar a funcionarios de gobierno y militares oficialistas, generando así un grupo privilegiado a costa del trabajo cotidiano del pueblo venezolano”. Aquí se dice entonces que el gran problema en el régimen es haber puesto al mando a un grupo de privilegiados. ¿Y los crímenes y la represión? Silencio, siguen debajo de la alfombra “anti-imperialista”.

Sigue Izquierda Diario: “Por otro lado, con un falso discurso de mayor democracia y libertad, Guaidó busca repetir la fórmula neoliberal en Venezuela que ha azotado al conjunto del continente Sudamericano con flexibilización del trabajo, mayores despidos, precarización, entre otros”. Aquí el eje está puesto en que si sube Guaidó se va a flexibilizar más el trabajo, que habrá más despidos, y precarización de los ya existentes en Venezuela (al pasar, hoy en el país más del 90% de la población es pobre). ¿Y la represión de Maduro que denunciaba el informe Bachelet? Silencio, ni palabra por parte del PTS.

Exactamente el mismo discurso de cualquier defensor del régimen- Solo que el PTS tiene la precaución de ocultar los crímenes del régimen con un tono izquierdista, faltaba más.

En seguida Izquierda Diario propone un programa para Venezuela. Sus puntos principales: 1) no pago de la deuda externa; 2) que no salgan bolívares del país para los capitalistas; 3) nacionalización al 100% de la industria del petróleo; 4) ponerlas bajo control y gestión de sus trabajadores, especialistas y comunidades; 5) respeto a los contratos colectivos y un salario igual a la canasta básica indexado según la inflación; 6) control de los precios ejercido directamente por los trabajadores y las comunidades; 7) producción y la distribución bajo el control verdadero del pueblo, sin burócratas del gobierno ni militares; 8) Asamblea Constituyente Libre y Soberana.

Ni una palabra sobre acabar con la represión. Ni una palabra de acabar con las FAES, verdaderos escuadrones de la muerte que se abaten sobre los barrios populares.

Dado que su existencia es denunciada por el informe Bachelet, el antiimperialista PTS hace silencio. Tampoco palabra de la represión, encarcelamiento, torturas, a los estudiantes que protestan o a la gente que pide libertades democráticas. El PTS ni siquiera menciona la represión a dirigentes y activistas obreros, atacados por no someterse a los burócratas del Estado y/o de los sindicatos estatizados.

Estamos ante un silencio ensordecedor frente a la represión de Maduro. Incluso el programa evidencia el carácter formal y oportunista de las reivindicaciones propuestas.

Por caso, ¿de qué control obrero o popular hablan en un régimen sostenido en la más terrible de las represiones? ¿Control obrero y popular del brazo de las FAES y del Servicio de Inteligencia bolivariano? ¿Donde decenas de generales y altos oficiales están al mando de las palancas fundamentales del Estado y de las empresas estatales? ¿Se puede tener una concepción más burocrática de lo que debería ser el control obrero y popular?

Pero todo cierra: después de caracterizar al informe de Bachelet como instrumento contra el pueblo venezolano, y al servicio del imperialismo, el PTS tenía que ocultar los escuadrones de la muerte, las detenciones arbitrarias, las torturas y secuestros. En síntesis, todo lo que molestaba al régimen, urgido por bajar el tono, o desacreditar, al informe Bachelet. Por supuesto, lo del PTS también estuvo acorde con una postura obsecuente y rastrera frente a la izquierda nacional y popular. La cuidadosa distinción “entre los que aprietan y los que ceden” no es ajena a este enfoque global.

Por último, lanzado ese discurso, los Pistonesi de turno tratan de tapar la inmundicia preguntando “¿digan dónde defendimos al régimen de Maduro?” Cinismo desplegado. Y como si esto fuera poco, cuando muestro lo que hicieron, la respuesta es “marxista solitario que no quiere construir organización revolucionaria”; “intrigante”; “mentiroso”, “inventos del intrigante” y cosas por el estilo. Es la operación “destruyamos al crítico, quebrémoslo moralmente” vehiculizada en el ataque personal.

En cualquier caso, el lector puede comparar y sacar conclusiones. Por mi parte, esta posición del PTS frente al informe Bachelet me decidió a no volver a votar al FIT. 5/10/20

De nuevo, sobre métodos de discusión en la izquierda

 

En la respuesta a mi crítica de la posición del PTS ante el Gobierno FyF (expresada por su dirigente Guillo Pistonesi), Leandro Germán incluyó el cargo de que soy un marxista solitario. Luego Pistonesi, en un comentario enviado al blog, ahondó en el asunto: “A Astarita no solo no le molesta, sino que hasta casi hace alarde de ser “un marxista solitario”. Respondí explicando que estos ataques ad hominem buscan descalificar personalmente. En concreto, se sugiere que “Astarita no debe de tener razón porque está aislado, porque no está construyendo un partido, porque hace lo opuesto de lo que hacían Marx, Engels, Lenin y Trotsky”.

Así, la crítica originaria se metamorfosea en demandas al crítico: “explique por qué está aislado”, “explique si se jacta de estar aislado”; “explique por qué en lugar de escribir su blog no escribe en Izquierda Diario” (sic, original aporte de Pistonesi); y así de seguido. De manera que el eje ya no sería la caracterización del Gobierno por parte del PTS, sino mi actividad, relación con militantes o incluso estado de ánimo. ¿Me jacto o no de estar aislado? Importantísimo asunto a dilucidar antes de averiguar si, por ejemplo, el PTS hizo silencio o calificó de proimperialista el informe Bachelet.

De manera que en Comentarios escribí: “Un método jodido, ya que apunta a la descalificación personal. Los conozco. Cuando no pueden rebatir a alguien, lo tratan de destruir personalmente. Incluso lo he experimentado personalmente más de una vez. Lo que se da a entender es que el crítico es un intelectual pequeñoburgués individualista, que está solo porque es un jactancioso, que no acepta subordinarse a la disciplina proletaria y socialista de una organización revolucionaria. Lo cual es una buena manera de blindar a la militancia a las balas de la crítica. Fui militante del PTS durante un año, y antes de la corriente morenista, y conozco desde adentro los métodos que emplean”

Pistonesi dijo entonces que me victimizo y me acusó de sacar a luz “posiciones sobre sucesos que habrían sucedido hace 30 años que ¡nunca hizo públicos hasta el día de hoy! Eso acá y en la China se llama sembrar “intrigas”, un método desdeñable que suele utilizar el enemigo de clase, y que hay que también abolir en las polémicas políticas entre revolucionarios”.

Una larga historia de métodos burocráticos 

Pistonesi afirma entonces que nunca hice públicas estas cuestiones hasta el día de hoy, y esto demostraría que soy un intrigante; y que utilizo métodos “propios del enemigo de clase.

La realidad es que desde hace años vengo criticando estos métodos. Lo he hecho en los 1990 desde la revista Debate marxista, y luego en este blog. Véase, en este último respecto, la nota “Métodos de discusión en ámbitos de la izquierda” (aquí). Es de marzo de 2011. Entre otras cosas, dije:

“… una cuestión que está implícita en lo que he explicado, pero que adquiere un fuerte peso cuando la pensamos singularizada en los seres humanos, de carne y hueso, que han padecido estos métodos. Me refiero a la destrucción moral de los “heterodoxos”, de los que no se resignan a ser repetidores de fórmulas bajadas por el sabelotodo comité central, dirigido por el sabelotodo compañero-dirigente-secretario-general. Afirmo que lo que se busca es quebrar espiritualmente al oponente de manera que no vuelva a levantar la voz. Por eso estos métodos, aplicados a través de los años, terminan dando resultados asombrosos. Hace años un viejo militante inglés, un intelectual, viendo en retrospectiva lo que había consentido (no queriendo ver lo que veía, con el argumento siempre a mano de “todo sea por la clase obrera y el partido”) se preguntaba con amargura cómo había tolerado extremos como la agresión física a militantes que se oponían a la dirección del partido al que pertenecía. La respuesta está en haber aceptado la lógica implicada en “las formas no importan”, “los marxistas discutimos así”, y el “todo vale” a la hora de “defender al partido”. Una vez iniciada esa senda, es muy difícil desandarla. Tal vez uno de los puntos de partida -aunque no el único- para iniciar una reconstrucción del movimiento socialista pase por revisar, muy críticamente, estos métodos.

Repito, Pistonesi, esto fue escrito hace mueve años. Pero por si no le alcanza, en “Comentarios” de esa nota amplié con un “He visto”.

He visto

He visto en organizaciones cómo se preparaban, por detrás, campañas difamatorias (“sospechamos que Fulano es agente de los servicios; no sabemos de qué vive; parece que es masón” [literal], etcétera) realizadas “boca a boca”, precisamente cuando “Fulano” había iniciado críticas a la dirección.

He asistido a “asambleas democráticas” en las que decenas de militantes ya iban, de antemano, convencidos de que lo que diría un opositor (de la dirección) en esa asamblea, era propio de un “contrarrevolucionario” (y no había manera de hacer escuchar un argumento, entre decenas de chicanas, y ataques de todo tipo)

He visto en organizaciones impedir la entrada a reuniones a oponentes, y sacarlos de locales partidarios, con patotas, para que no pudieran hacer oír su voz.

He visto cómo en organizaciones se mantenían “prontuarios” con antecedentes y puntos débiles de militantes, con los que se los chantajeaba cuando se oponían. Y todo esto en organizaciones que se consideraban, a sí mismas, antiburocráticas. (...)

He escuchado a dirigentes de partidos de izquierda decir que a los oponentes era preferible “fundirlos” (esto significa, lograr que dejaran la militancia activa), antes que se fueran a otro partido de izquierda. Y así podría seguir. Es la única manera de entender por qué hoy hay cientos (tal vez miles) de personas, ex militantes de izquierda, que reniegan de toda forma de organización. Esto ayuda a explicar también el fraccionamiento casi sin límites de organizaciones. Gente que se fanatiza, que no puede analizar dos argumentos seguidos, no tiene capacidad para procesar una diferencia”.

Termino, Pistones: usted dijo que nunca había hecho públicas estas cuestiones hasta el día de hoy, año 2020. Usted mintió. No solo las hice públicas hace muchos años, sino también, y me consta, esa nota la leyeron muchos ex militantes del PTS y de otras organizaciones que padecieron estos métodos. Y por más que quieran acallarme, voy a seguir poniendo el dedo en estas asquerosas llagas de pus y mierda burocrática. Son demasiados los militantes que quebraron, hartos de las maniobras, bajezas, mentiras y calumnias, como para hacerme el distraído en este asunto. 6/10/20

PTS, ocultamiento y maniobras de burócratas

En una nota anterior, publicada hace dos días, o sea, el 5 de octubre, cité extensamente un artículo de Izquierda Diario, de 2019, en el que ataca el informe Bachelet sobre las violaciones de los DDHH por parte del régimen de Maduro. A fin de que los lectores pudieran comprobar lo que afirmo en la nota, la acompañé del correspondiente link al artículo de ID mencionado. Pistonesi, dirigente del PTS, había afirmado que mi crítica se basaba en inventos. Publicada la nota, Pistonesi no dijo palabra.

Pensé que el asunto estaba aclarado, pero evidentemente subestimé las capacidades de maniobra y ocultamiento de esta gente. ¿Qué hicieron? Pues borraron la nota conectada al enlace que publiqué. Al mismo tiempo, una defensora de las posturas del PTS envió un comentario diciendo que yo había suprimido pasajes del artículo de ID. Pasajes que, por supuesto, no existían en la nota original.

Dado que mis conocimientos de internet son muy precarios, me encontré en una situación difícil. Por lo cual pedí ayuda a los lectores del blog. Rápidamente varios me enviaron un enlace en que se puede leer la nota original de Izquierda Diario. Agregué este enlace a la entrada del 5 /10. Es gracias a amigos lectores, pude recuperar la nota. Aquí va el enlace:

 https://web.archive.org/web/20190709064037/http://www.laizquierdadiario.com/Informe-de-la-ONU-Pinera-y-Bachelet-unidos-contra-el-pueblo-venezolano.

En definitiva, la maniobra del PTS, propia de burócratas, no tuvo éxito. Este feo asunto, por supuesto, revela mucho acerca de los métodos y formas con que se mueve esta gente. Pareciera que no tienen límites. 7/10/20


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