28.OCT.20 | PostaPorteña 2159

LAS VOCES DE SILICON VALLEY,, MÁS ALLÁ DE LOS MULTIMILLONARIOS

Por DigiLabour/JLBerterretche

 

TECNOLOGÍA EN DISPUTA

 

El Libro reúne entrevistas anónimas de la amplia clase de trabajadores de las big techs (grandes compañías tecnológicas): conductores  de Uber; empaquetadores  de Amazon; y, curiosamente, y trabajadores de “cuello blanco” que se solidarizan con la lucha contra las ganancias de los accionistas.

Entrevista a  Ben Tarnoff al DigiLabour 27 sept 2020

Traducción de Juan Luis Berterretche para PostaPorteña

Ben Tarnoff es trabajador del área de tecnología y escritor. Es uno de los fundadores de Logic Magazine – especializada  en tecnología –  y ya escribió para New York Times, The Guardian e Jacobin.  Entre sus textos más interesantes, están From Manchester to Barcelona (sobre el contexto digital contemporáneo y sus relaciones con el capitalismo), y The Making of the Tech Worker Movement, sobre la organización de los trabajadores de tecnología y las relaciones de clase, raza y género.

En octubre, Tarnoff y Moira Weigel – autora del libro Labor of Love: the invention of dating – (    lanzaron el libro Voices from the Valley: tech workers talk about what they do – and how they do it ( La obra presenta entrevistas anónimas y en profundidad con trabajadores de tecnología de los más variados tipos, como científicos de datos, fundador de startups(empresas emergentes de crecimiento rápido), cocinero y relaciones públicas. De esta forma, analizan la industria de la tecnología más allá de las voces de los CEO, mostrando sus contradicciones y desigualdades.

En esta entrevista con DigiLabour, Tarnoff comenta sobre la organización de los trabajadores de la tecnología, los temas del nuevo libro y lo que se necesitaría para una cultura digital verdaderamente democrática.

¿Qué fue lo más sorprendente al escuchar las diferentes voces de los trabajadores de Silicon Valley?

Una lección importante de nuestro libro es que el "trabajador tecnológico" debe entenderse como una categoría más amplia. Los trabajadores de la tecnología no son solo ingenieros de software o diseñadores de productos. Son guardias de seguridad, conserjes y cocineros. Trabajan en los depósitos y galpones  de Amazon, son conductores de Uber y empleados de Instacart. Cualquier persona que trabaja para una empresa de tecnología es un trabajador de la tecnología. No importa si es un empleado a tiempo completo o trabaja por tarea, o si su trabajo implica mover símbolos en una pantalla o cajas en un almacén. Y esta definición más amplia, a su vez, nos permite ver más claramente de dónde viene la extraordinaria riqueza de las empresas tecnológicas. Esta riqueza no sólo está hecha de programación. Proviene de contribuciones de muchos tipos diferentes de trabajadores.

¿Cómo se analiza el momento actual de la organización de los trabajadores tecnológicos después de dos años de los primeros movimientos?

El movimiento de los trabajadores de la tecnología, en mi opinión, está cerca de una transición. Por un lado, la represalia de los gerentes contra los trabajadores de cuello blanco que están organizando trabajadores en lugares como Google y Amazon ha creado nuevos desafíos. En el contexto de la inestabilidad económica causada por la crisis de Covid-19, las represalias son probablemente aún más eficaces, ya que hay un mayor temor a perder su trabajo. Por otro lado, ha habido nuevos avances: a principios de este año, los empleados de Kickstarter votaron a favor de la sindicalización, creando el primer lugar de trabajo sindicado del país para los empleados de tecnología de cuello blanco que trabajan a tiempo completo. Por supuesto, el movimiento de trabajadores de la tecnología ha logrado victorias reales. Pero la primera fase ha terminado. La novedad de ciertas tácticas, como las cartas abiertas, ha pasado y la dirección de las empresas ha aprendido a ser más sofisticada en relación con cómo neutralizar los esfuerzos de la organización de los trabajadores. Se necesitarán nuevos experimentos para encontrar una manera de avanzar.

Su texto The Making of the Tech Worker Movement hace una relación interesante entre la noción de clase y el movimiento de los trabajadores tecnológicos principalmente en dos dimensiones: el papel de las capas medias y las relaciones de género y raza. ¿Podría comentar estos puntos?

En este largo ensayo, utilizo las ideas del difunto sociólogo marxista Erik Olin Wright para analizar la dinámica de clase del movimiento de los trabajadores de la tecnología, prestando especial atención al papel de los empleados de cuello blanco. Estos trabajadores, argumento, habitan lo que Wright llamó "lugares de clase contradictorios". No son ni enteramente burgueses ni totalmente proletarios, pero su experiencia de clase implica una combinación de elementos burgueses y proletarios. Esto significa que siempre se tiran en dos direcciones opuestas. Pueden centrarse en aspectos burgueses e identificarse con la clase capitalista o centrarse en experiencias proletarias y forma alianzas con la clase trabajadora. El factor determinante aquí es la lucha. La lucha puede transformar la forma en que los miembros de estas capas medias perciben sus experiencias de clase. El movimiento de los trabajadores de la tecnología presenta una ilustración de esto. A través de la lucha, varios empleados de cuello blanco de las empresas de tecnología llegaron a verse a sí mismos como trabajadores, a actuar colectivamente como trabajadores y a formar relaciones solidarias con sus colegas más proletarios de la industria. Esta lucha se estructuró en gran medida a través de las relaciones de género y de raza. No es casualidad que la mayoría de los líderes de las movilizaciones de cuello blanco sean mujeres y personas de color. Las relaciones de género y de raza ayudan a conformar los elementos proletarios de la ubicación de clase contradictoria experimentada por los trabajadores de la tecnología de cuello blanco: las mujeres y las personas no blancas sufren acoso, discriminación y otras formas de opresión en el lugar de trabajo, y ganan salarios más bajos en promedio. Se puede decir que son los miembros más proletarios de las clases medias, y esto tuvo importantes consecuencias para la organización de los trabajadores.

Usted afirma que las cooperativas de plataformas no pueden poner fin a los dispositivos algorítmicos y que sería necesario desmantelar todos los modos de propiedad y organización de la infraestructura. ¿Cómo hacer esto?

Creo que democratizar Internet requiere transformar sus formas de propiedad y organización. En particular, creo que un Internet propiedad de empresas privadas y operado con fines de lucro nunca puede ser democrático. Para garantizar que todos tengan los recursos que necesitan para llevar una vida autodeterminada y oportunidades para participar en las decisiones que más les afectan –en definitiva, esta es mi definición de democracia– necesitamos desarrollar estructuras digitales de propiedad pública y cooperativa, tanto a nivel de los "cables" de Internet como de las llamadas plataformas. Estas estructuras podrían proporcionar mejor acceso a las necesidades básicas, así como permitir formas de gobernanza más colectivas y participativas. Pero eso no significa que los problemas difíciles de la vida digital –el racismo algorítmico, por ejemplo, o el trabajo de moderación de contenidos en las redes sociales– simplemente desaparezcan. No podemos imaginar que transformar la forma en que se controla y organiza Internet resolverá mágicamente estos problemas. Sin embargo, tales problemas nunca se resolverán dentro de las limitaciones de un modelo dominado por el mercado. Por lo tanto, veo más transformación de la propiedad como una condición necesaria, aunque no es suficiente. Tan pronto como tengamos eso, el verdadero trabajo comienza.

¿Cómo imaginar un socialismo digital desde abajo?

El gran trotskista estadounidense Hal Draper describió el "socialismo desde abajo" como "la visión de que el socialismo sólo se puede lograr a través de la auto emancipación de las masas activas en movimiento, buscando la libertad con sus propias manos, movilizado "desde abajo" en una lucha por hacerse cargo de su propio destino, como actores (no sólo objetos) en el escenario de la historia". Contrastó esto con el "socialismo desde arriba": "la noción de que el socialismo (o una copia razonable del mismo) debe ser entregado a las masas agradecidos, de una manera u otra, por una élite gobernante, y esto no está, de hecho, bajo su control". Creo que esta es una buena manera de hacer la pregunta. En cuanto al contenido del socialismo, o lo que realmente queremos decir con este término, es obviamente algo debatido incesantemente. Esquivaría ligeramente la pregunta para decir que el socialismo es simplemente una sociedad organizada en torno al principio "de cada uno, de acuerdo con su capacidad para cada uno según sus necesidades". Esto implica una reconstrucción de todas las esferas de la vida social, incluidas las moldeadas o mediadas por tecnologías digitales. Así que me siento razonablemente confiado en describir lo que puede parecer más democrático –y qué pasos podemos tomar en esa dirección– pero no me atrevería a tratar de predecir qué formas puede tomar un Internet socialista. Sin embargo, espero estar vivo para ver esto.


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