02.ABR.21 | PostaPorteña 2196

Uruguay : ANTE EL SUICIDIO de CHICHÍ CAMPORA

Por varios

 

Se pegó un tiro y dejó un mensaje a la “excelencia tupamara”

 

RICARDO POSE 30 MARZO, 2021 Caras y Caretas (extractos)

Cámpora fue un integrante histórico de la dirección del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros.

Participó dela famosa fuga de la cárcel de Punta Carretas en 1971 y fue recapturado el 14 de abril de 1972 junto a Eleuterio Fernández Huidobro, donde fue asesinado el matrimonio Martirena, cuyos audios del operativo policial difundidos por la prensa hace poco, confirmaron la sospecha de Cámpora de que las fuerzas policiales tenían orden de no dejar a nadie vivo.

Dejó todo organizado, de acuerdo a lo que fue su característica más saliente, llevar método a todo lo que hacía, tal vez de acuerdo a su naturaleza de contador, la que no desmintió en ninguno de sus actos y, menos aún, en el último.

David Cámpora pasó por la cárcel de Punta Carretas, participó en la fuga de 1971, fue recapturado en un berretín en la calle Amazonas, luego que asesinaran al matrimonio Martirena y luego de las padecer el rigor del Batallón Florida, tuvo como destino el penal de Libertad.

Salió hacia Alemania y allí escribió el libro “Las manos en el fuego”, que sería la primera denuncia pública pormenorizada de las torturas masivas en los cuarteles, de las condiciones de vida en el penal y consecuente con su atención a lo personal, a lo humano, mencionó a casi todos sus compañeros de cautiverio, dando vida a sus características y su peripecia personal, como parte de una resistencia colectiva que estaban protagonizando.

Fue, además y sobre todo, un riguroso organizador de la historia tupamara, articulando lo que denominamos el “archivo Cámpora”, donado a la Udelar.

En los últimos años se transformó en un porfiado aglutinador de compañeros, a los que reunía a menudo en su casa, no sólo para intercambiar recuerdos, sino para debatir sobre el pasado, el presente y el futuro con el fervor de una juventud que había quedado atrás.

Era un provocador del intercambio de ideas y un incitador permanente a la alegría de vivir y estar juntos.

Sólo él sabrá porqué anoche firmó la despedida y qué proceso interno lo llevó a dejarnos ese críptico adiós que no alcanzamos a inteligir.

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Un Dolor Inmenso

 

Domingo 28 de marzo, de luna llena. En una punta de la Cruz del Sur asoma una estrella tupamara. Acabo de enterarme del fallecimiento de David “Chichí” Cámpora. En plena pandemia, en pleno aislamiento, con cuanta soledad. Una enorme tristeza se apodera de mis sentidos y escribir estas líneas, son un desahogo, aunque no un consuelo.

Cómo pasa el tiempo. No puedo evitar recordar cuando trabajamos juntos en el Archivo Documental de la Lucha Armada, que hoy reside en el Centro de Estudios Interdisciplinario de Uruguay, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Habías puesto toda tu energía en ello, desde que una resolución del Ejecutivo del MLN (Tupamaros), a poco de la salida de las cárceles, te encomendara trabajar en la edificación de un archivo con la gran producción documental del movimiento en la clandestinidad.

Respondiendo a tu pedido, David, los papeles amarillentos y gastados fueron llegando desde todas partes del mundo y en las jornadas de ordenamiento salían las anécdotas de cosas pasadas y guardadas en la memoria. Momentos de dolor y rabia matizados con instantes de alegría y satisfacción, amenizaban el trabajo que fue arduo.

Compartimos la meticulosidad en la tarea, desde el momento en que me enseñaste a ser metódico y constante para lograr los resultados esperados. Eras exigente en cuanto a la calidad de la información vertida en las fichas que se elaboraron y por eso el material logrado es de inmenso valor. Pero lo fundamental es que no lo atesoraste de forma egoísta, sino que lo donaste a la facultad para que todos los investigadores tuvieran acceso al mismo.

Definimos archivar los documentos, volantes, publicaciones internas y de difusión del movimiento tupamaro en épocas de clandestinidad y a la vez recoger el testimonio gravado de los compañeros que se pudiera, para desgravarlo textualmente y así engrosar el archivo. Así confluyen opiniones de todos los tonos y matices de tantos queridos compañeros. Quienes los lean tendrán en sus manos la historia viva del MLN, relatada por sus propios protagonistas.

Recuerdo entre otras la anécdota que narraste de la fuga de Punta Carretas, cuando 111 presos (setiembre de 1971) se evadieron por un túnel de las mazmorras del régimen, para continuar la lucha. No te habías anotado para fugarte en el Abuso, preferías quedarte preso porque te faltaba poco para salir en libertad y dijiste que mejor que otro ocupara tu lugar. Preferías no pasar a la clande y poder hacer un trabajo político legal. Pero se enteró el Bebe Sendic, que pensaba contar con el trabajo de un contador para las denuncias proyectadas de los ilícitos de la oligarquía y te dijo: “me enteré que no querés pasar a la clande”. Bastó ese comentario irónico para que te anotaras en la lista de los que se fugarían. Eso te cambió la vida.

Después caíste preso el 14 de abril de 1972 en la casa de los Martirena, en el barrio Malvín. Las FFCC estaban en plena contraofensiva y las tropas llegaron rodeando la manzana, violentando la vivienda. Allí asesinaron a Luis y a Ivette, los dueños de casa que se entregaban desarmados. Vos tuviste suerte de haber llegado el juez cuando descubrieron el berretín en el que estabas oculto. Pero fuiste de cabeza a la tortura. Pasaste 9 años presos hasta que te concedieron la salida para Alemania. Y volviste, como siempre volviste a militar en el Uruguay de la apertura tutelada. Como volverás siempre a estar con nosotros. Con la gente del archivo, con los compañeros de la columna 10 que seguirán juntándose mensualmente para comer juntos, con tus hermanos del alma.

Volverás como siempre, con la estrella de cinco puntas en el pecho. Un abrazo David, Esteban, compañero, hasta la victoria siempre.

Rolando W. Sasso 29/03/21 ( mate amargo)

 

¡Hasta Siempre David “Chichí” Cámpora!

 

En el día de ayer se fue a los 86 años David Chichí Cámpora, integrante histórico del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros.

Compartimos las sentidas palabras que llegan de los compañeros (mate amargo)

Falleció el compañero del MLN David Cámpora de larga actuación en el Movimiento, estuvo identificado con actos de alto compromiso cívico y de su vida en los momentos más álgidos en la historia del movimiento y del país. De natural afable, sereno y metódico, apoyó con su formación académica en tareas de logística y análisis de la informacióntrabajó incansablemente en el archivo de la historia del movimiento y colaboró generosamente rescatando en forma importante la información y sumando documentos orales y escritos sobre hechos y pensamientos.

Donó a la UDELAR el fruto de su trabajo y fue fuente mundial para investigadores periodistas y literatos, hoy como siempre repetimos: ¡yunques sonad, enmudecer campanas!

Adiós, Chichí

La vida nos puso muchas veces, demasiadas, un nudo en la garganta, un golpe en el estómago al enterarnos de que un compañero se había ido porque no quería seguir viviendo. Se va y te deja con la peor pregunta, con la que jamás tendrá respuesta:

– ¿Qué hicimos, qué dejamos de hacer para que hubiera decidido dejar este mundo, dejarnos?

Hoy se fue David Cámpora y siento pena, la que todos sentimos cuando un querido compañero se va. Pero no me deja preguntas. Sólo pena porque la vida se termina.

Creo que no conozco a nadie más previsor, más planificado, con mayor capacidad de ordenar su cabeza, su entorno y sus acciones que el Chichí.

Me quedo con la pena pero con el consuelo, con la certeza, de que si él consideró que ya era suficiente por estos pagos entonces tomó la mejor decisión.

Vaya mi tremendo respeto para vos, queridísimo compañero!!!

Abrazo

Cuando el dolor aprieta fuerte aparecen los Porqué, porqué, por qué???? Desde el Cuartel al hoy… Revivo la seguridad que me dabas, revivo tu aporte, revivo la confianza que generaba. Hasta siempre compa.

Duelo de todos. Duelo de la barra. Pasarás a la historia como el archivista de nuestra identidad

Con las manos en el fuego, se marchó Chichí Cámpora

Anoche, y por su propia voluntad, se fue Chichí Cámpora. Minutos antes, había mandado un mensaje de voz que resultó ser una despedida. “En este atardecer precioso de otoño que estamos tratando de terminar…” mandaba un abrazo fuerte a un grupo de viejos compañeros del MLN, a los que consideraba “la excelencia tupamara”.

Lo grabó a las 19.34, seguramente admirando la enorme luna llena que todos vimos brillando a pleno en el crepúsculo. Su voz sonaba alegre, serena y optimista, como siempre. En realidad era una despedida y no nos dimos cuenta. Dejó todo organizado, de acuerdo a lo que fue su característica más saliente, llevar método a todo lo que hacía, tal vez de acuerdo a su naturaleza de contador, la que no desmintió en ninguno de sus actos y, menos aún, en el último.

David Cámpora pasó por la cárcel de Punta Carretas, participó en la fuga de 1971, fue recapturado en un berretín en la calle Amazonas, luego que asesinaran al matrimonio Martirena y luego de las padecer el rigor del Batallón Florida, tuvo como destino el penal de Libertad.

Salió hacia Alemania y allí escribió el libro “Las manos en el fuego”, que sería la primera denuncia pública pormenorizada de las torturas masivas en los cuarteles, de las condiciones de vida en el penal y consecuente con su atención a lo personal, a lo humano, mencionó a casi todos sus compañeros de cautiverio, dando vida a sus características y su peripecia personal, como parte de una resistencia colectiva que estaban protagonizandoFue, además y sobre todo, un riguroso organizador de la historia tupamara, articulando lo que denominamos el “archivo Cámpora”, donado a la Udelar.

En los últimos años se transformó en un porfiado aglutinador de compañeros, a los que reunía a menudo en su casa, no sólo para intercambiar recuerdos, sino para debatir sobre el pasado, el presente y el futuro con el fervor de una juventud que había quedado atrás.

Era un provocador del intercambio de ideas y un incitador permanente a la alegría de vivir y estar juntos. Sólo él sabrá porqué anoche firmó la despedida y qué proceso interno lo llevó a dejarnos ese críptico adiós que no alcanzamos a inteligir.

Chau Chichí querido. Algo en nosotros falló para que eligieras ese destino. Te fuiste con la luna llena, pero tu vida estuvo marcada por una estrella.

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Estimados compañeras y compañeros:

 

Leo sorprendido los escritos que se publican referidos a la muerte violenta incomprensible del Chichi y no creo que "alguno" de ellos quiera escarbar en otra dirección, o, con mayor profundidad de lo que se trata de "lavar en la superficie", porque el Chichi no fue "trigo muy limpio" en la historia "posta" del MLN-T y por ahí, alguno de "sus notables tupamaros" pudiera o quisiera destapar "esta cajita de pandora".

El tiro en la cabeza puede tener dos lecturas: a) cerrar la puerta del pasado "ocultando"; o, b) el peso de su conciencia "largamente callada" terminó por cerrar la otra puerta, la de "su mochila" personal.

 Creo que ningún revolucionario de verdad ¡se mata! de gratis y con alegría, sino es, que.... ¡no está en su sano juicio! (lo que nos sería este caso).

Chichi te llevaste al silencio a los Martirena, y alguna otra cosa sucedida que deberías de habernos contado para ser consecuente como verdadero Tupamaro Revolucionario.

 ¡En fin! parece que "te quedó grande el mandado", lo que serviría de "llamado de atención" para algunas mochilas que aún "andan por ahí", las que deberían poner a recaudo esta inusual despedida y "abrirlas" para no tener que "apagar" sus conciencias a "plomazos"

¡Esperamos que ningún otro/a "plomee los recuerdos"!,  los que aún no se publican, incluyendo al TRAIDOR DEL AMODIO al que aún le falta "ABRIR SU MOCHILA SOPLONA MILIQUERA" así nos ponemos a tono con las verdaderas historias tupamaras, aún ¡no escritas!.

 Nos duelen todos los silencios, los miliqueros , y los "nuestros", por eso escribimos embroncados a nombre de los que murieron combatiendo y de los desaparecidos.

 Chau Chichi...., por "allá" nos vamos a volver a encontrar, como hicimos la última vuelta en el Cementerio del Norte. ¡Hasta siempre!,

el Quique

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Chichí Cámpora murió por su propia mano.

 

Soledad Platero en la diaria extractos 30/03/21

 Todos los que lo recordaron cuando circuló en las redes la noticia de su muerte mencionan su carácter metódico y previsor, consecuente con su profesión de contador público. Dejó una carta de despedida dirigida a sus compañeros en la que explica que durante décadas consideró la posibilidad de poner fin a su existencia si veía peligrar la independencia y la dignidad. Estaba en posesión de ambas cuando decidió que era el momento, a pesar de que se estaba recuperando de una intervención que buscaba devolverle una mejor movilidad y, según decía, la perspectiva de una plena recuperación física era “excelente y no excesivamente molesta”. No quiso, sin embargo, atravesar el demorado proceso hasta alcanzarla ni complicar en modo alguno la vida de quien “amorosamente” lo cuidaba.

Fue un investigador dedicado y estricto que elaboró un archivo histórico del movimiento al que pertenecía y lo donó luego, completísimo e indexado, a la Universidad de la República. El “archivo David Cámpora” fue recibido en 2005 por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y depositado en el Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos (CEIU), en donde “es consultado frecuentemente por académicos, periodistas, estudiantes nacionales y extranjeros”, según informa el propio CEIU en un comunicado.

“La responsabilidad, tenacidad y capacidad de trabajo y planificación que caracterizaron la personalidad de David Cámpora están en la base de ese archivo, en gran parte construido sobre su esfuerzo personal incansable, sobre la confianza que despertaba en los demás para que donaran sus documentos valiosos, en los viajes que realizó durante años a distintos países del mundo donde permanecían residiendo compañeros después del exilio o donde radicaban instituciones de solidaridad con testimonios y documentos que repatriar a Uruguay, en la inventiva para buscar financiamientos o mejorar la organización del acervo documental, siempre consultando a quienes podían darle una opinión calificada o siempre buscando colaboradores desinteresados que ayudaran a una tarea que sentía colectiva”, agrega. En 1992 la editorial Trilce publicaba Los espejos rotos: reflexión conjunta sobre la actual crisis civilizatoria, escrito por Cámpora en coautoría con Gaby Weber.

No disponemos de espacio para dar cuenta de los testimonios aportados por quienes fueron sus compañeros de militancia, y debemos decir que no es habitual informar del fallecimiento de un militante político en las páginas de cultura, pero a la condición de investigador y autor que bastaría para justificar esa rareza se suma otra, y esta sí, peculiarísima: con David Cámpora muere un personaje literario. Muere el protagonista de un relato, Las manos en el fuego, que inició un camino de escrituras histórico-testimoniales que se desarrollaría especialmente en la segunda mitad de la década del 80 y que tendría un papel crucial en el conocimiento y la sensibilización de la población en torno a los hechos del pasado reciente (expresión que usamos hasta hoy y que nunca tuvo, como entonces, un sentido tan estricto). Luego vendrían los trabajos de investigación académica, la recuperación de archivos, la discusión política y las relecturas de este o aquel acontecimiento, pero en el libro del periodista Ernesto González Bermejo, escrito a partir de (según explica la edición de Banda Oriental) “noventa horas de grabaciones” y “mil doscientas carillas de cartas”, además de respuestas a cuestionarios y otros materiales, se iniciaba un camino de reconocimiento y aceptación de lo ocurrido imprescindible para seguir adelante.


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