29.ABR.21 | PostaPorteña 2201

EEUU: ¿QUÉ SERÁ AHORA DE «BLACK LIVES MATTER»?

Por Communia

 

El juicio a Derek Chauvin no marcará un punto y final a la lógica racista/racialista en la ideología de estado en EEUU. Black Lives Matter dispondrá de todo el apoyo del estado para encuadrarnos y enviarnos a la guerra si se tercia… para defender la democracia y sus logros.

Communia 23 abril 2021

 

El fallo del juicio a Derek Chauvin, una fiesta de la democracia estadounidense

 

El 20 de abril Derek Chauvin, el ex-policía que asesinó a George Floyd, fue declarado culpable de todos los cargos: asesinato no intencionado en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado. La sentencia podría oscilar entre 15 y 75 años, dependiendo de varios factores. Es muy probable que el juez aplique agravantes a la sentencia y los expertos dicen que lo más probable sería una condena de 40 años.

La condena se convirtió inmediatamente en una fiesta de la democracia a la estadounidense. Los noticieros de todo el mundo mostraron las imágenes de fuegos artificiales y festejos tras la lectura del veredicto. Actitudes que no dejan de resultar chocantes fuera de EEUU donde ni siquiera las condenas de Eichmann, Milosevic o la junta militar argentina provocaron -ni tan solo entre los familiares de las víctimas directas- celebraciones propias de un partido de fútbol.

Cabalgando la ola de júbilo animada por la cobertura de los medios, Biden declaró que esta es una victoria, pero no es suficiente. BLM dejó claro que el resultado del juicio no significaba más que un punto de partida. Y algunos políticos como Kim Janey, alcaldesa demócrata de Boston, apuntaron sin recato la urgencia de poner en marcha un ajuste de cuentas racial.

Sea lo que sea lo que esto signifique, lo que está claro es que el juicio a Derek Chauvin no marcará un punto y final a la lógica racista/racialista en la ideología de estado en EEUU.

Black Lives Matter: entre los derechos civiles y el nacionalismo negro

 

Las protestas de Black Lives Matter (BLM) que estallaron durante el año pasado en respuesta al asesinato de George Floyd, así como de otras víctimas de la violencia policial, no cayeron del cielo. La indignación causada por la violencia policial tampoco fue su único motor. BLM no era ni es una organización dedicada exclusivamente a la reforma policial.

Es importante no olvidar que fueran precisamente los disturbios provocados por la Guerra contra el Crimen los que impulsaron el movimiento del nacionalismo negro de los años sesenta. La militarización y profesionalización de la policía bajo bajo el pretexto del Movimiento de Derechos Civiles, así como su traslado masivo a los barrios lumpenizados, provocó no sólo un descontento generalizado en los barrios afectados, sino también una rebelión del lumpen proletariado. Es evidente por qué: Hizo que el lumpen y la policía se pusieran en contra, cuando siempre habían trabajado juntos en Estados Unidos.

El nacionalismo negro en aquel momento no solo era el programa de la pequeña burguesía negra más airada y separatista. También ofrecía una salida al lumpen, excluido del Movimiento por los Derechos Civiles. La reivindicación de una nación negra e independiente representaba una promesa de seguridad y tierra para los marginados. LNación del Islam les ofreció la redención y una vía para convertirse en caciques religiosos.

Pero ni el movimiento de los derechos civiles ni el del poder negro no bastaban por sí mismos para cubrir las necesidades y materializar las aspiraciones de la pequeña burguesía. La potencia y la innovación de Black Lives Matter (BLM) derivan precisamente de su capacidad para utilizar tanto las estrategias de los activistas de los derechos civiles como las de los nacionalistas negros. Reivindica tanto a Martin Luther King Jr. como a las Panteras Negras. Y así, tanto la pequeña burguesía respetable    como el lumpen se unen tras las banderas del Black Lives Matter.

Black Lives Matter, como los nacionalistas negros de los años 60, también saca fuerzas de las protestas y disturbios para promover un programa centrado en los intereses de la pequeña burguesía negra. Pero Black Lives Matter, a diferencia del nacionalismo negro, no sueña con una nación negra separada, sino con la ascensión verdadera de la pequeña burguesía negra dentro de la nación estadounidense. No es coincidencia que la organización surgiera bajo la administración de Obama… es decir, bajo una administración de la que la pequeña burguesía negra sentía que podía beneficiarse.

Por eso, Black Lives Matter, que perdió influencia durante la administración Trump, apostó por Biden en 2020. El resurgimiento de Black Lives Matter se produjo precisamente durante el periodo anterior a las elecciones de 2020. Es decir, su lucha durante el verano del año pasado fue en gran medida una lucha por un gobierno demócrata en la que pudiera influir de forma real.

Las críticas que Black Lives Matter hace al gobierno tampoco tienen nada que ver con las nuestras… simplemente trata de presionarlo para que sirva a sus intereses de clase tanto como sea posible al mismo tiempo que trata de mantener su atractivo para su base.

Por ejemplo, mientras el gobierno de Biden ha anunciado la aprobación de un proyecto de ley que reformaría y aumentaría la financiación de la policía, Black Lives Matter ha anunciado su disgusto y sigue reivindicando la desfinanciación de la policía. Una vez más esto no tiene nada que ver con una oposición real a la represión estatal, sino que es un intento de mantener su atractivo para el lumpen que ha expresado repetidamente su interés en establecer un sistema de vigilancia comunitaria… es decir, en su visión, en trabajar con la policía para mantener el control sobre los barrios.

Imperialismo y racialismo

 

Pero, por supuesto, también hay una diferencia importante entre las primeras protestas de Black Lives Matter en 2013 y las protestas llevadas a cabo en 2020 en plena pandemia. En medio de una pandemia furiosa, cuando los trabajadores empezaron a hacer huelgas masivas y estaban perdiendo rápidamente la fe en la capacidad de sus gobiernos para proteger sus vidas, cuando resurgió la crisis económica y la clase dominante y la pequeña burguesía de Estados Unidos empezaban a preocuparse por la posición del país en el escenario mundial… Black Lives Matter vino al rescate.

El racialismo no sólo ha sido la ideología vertebradora de una campaña ideológica interna con la que intentar disolver, dividir y disciplinar a los trabajadores. Se ha convertido en una parte esencial de la estrategia imperialista de Estados Unidos. Con Biden el racialismo promete ser utilizado de nuevo por EEUU para legitimarse en el escenario global.

En los sesenta, el Movimiento por los Derechos Civiles no fue sólo un movimiento de la pequeña burguesía negra que exigía un trozo de la prosperidad obtenida por el capital nacional por ganar la Segunda Guerra Mundial. También sirvió a las necesidades del imperialismo estadounidense durante la Guerra Fría. El lenguaje utilizado entonces para promoverlo es el mismo que se utiliza actualmente con Black Lives Matter:   Estados Unidos no puede presentarse como defensor mundial de la democracia si no garantiza la democracia dentro de sus propias fronteras.

Es por eso que la reforma de las fuerzas policiales no tiene nada que ver con disminuir la represión estatal… ni siquiera gradualmente. Porque, si hay tanta voluntad de restablecer la fe en el país mediante la reforma de la policía, no es para reducir la violencia del Estado sino, por el contrario, para prepararnos para la guerra.

A fin de cuentas, eso es lo que supusieron todos los llamados movimientos   progresistas que se produjeron en Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial… Ya sea el feminismo o el racialismo, el objetivo era el mismo: que la pequeña burguesía en cualquiera de sus destacamentos, se quede con un trozo significativo de los frutos de la explotación.

Black Lives Matter en la presidencia Biden 

 

Black Lives Matter intenta encuadrar a los trabajadores en todos los frentes que el estado está planteando, desde el Green New Deal a la sindicación masiva. A cambio, dispondrá de todo el apoyo del estado para encuadrarnos y enviarnos a la guerra si se tercia… para defender la democracia y sus logros.

La violencia del Estado no puede ser abolida por la pequeña burguesía negra, cuyo verdadero propósito es encuadrar a los trabajadores para promover sus propios intereses de clase… hasta la guerra si se tercia. La policía y la violencia estatal sólo pueden ser abolidas junto con el capitalismo en su conjunto. Y eso es algo que sólo los trabajadores podremos realizar.


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