15.MAY.21 | PostaPorteña 2204

Postalinas

Por posta

 

La derecha es mucho más dialéctica que la izquierda

 

Abraham se olvidó que sus hijos son nuestros padres de las religiones monoteístas.

La inteligencia judía hizo lo que los nazis en Alemania. Mandar a los judíos sionistas, a tenderle una trampa. Al Hamas, (movimiento de resistencia Islámica) Y hacer lo que venía planificando con el M. O. S. S. A. D.    

“Los negros, judíos árabes”  se mimetizan con la población palestina. Y son los que marcan las actividades de sus dirigentes. Fue la excusa para asesinarlos. Los EE. UU.,  se encargó  del primero, el científico de la guardia revolucionaria, con un dron desde la ionosfera. Esa tecnología la tiene muy pocos países y los yanquis es uno de ellos. Le pasaron,  a la inteligencia Israelí sus movimientos, y por satélite le marcaron su posición y un dron le tiro un misil y lo mató. Esta es la geopolítica en el Medio Oriente donde su estado tapón que es Israel le envía más de 2000 mil millones de euros por año. Y ahora se ponen en víctima, cuando las FF. AA de Israel realizó las peores matanzas y se dio el lujo de tener su J. F. K., que quedó todo tapado, asesinado por la inteligencia sionista.

Bien; la derecha es mucho más dialéctica que la izquierda. Hoy cambio su estrategia política y  a los dirigentes del Pit-Cnt  se los chupo el sistema para distraer la atención de una realidad, donde la concentración del poder y el dinero está cada vez en menos manos. Y ahora que los milicos participan de la central de trabajadores (el PIT) Esta señorita policía nos quiere convencer que los milicos de ahora son los buenos y los de los años 1960 y 70, fueron los malos.

Mi señora, le digo que  los milicos son piolas hasta que no le dan la orden de reprimir. Para eso les lavan el cerebro, ya que son anticomunistas y anti todo lo que es cultura porque es zurdito, y pichis  de mierda. Y los más triste, es que a muchos personajes no se le cae la cara de vergüenza y no se quieren retirar de donde están.

La burguesía no solo progresa en el poder; se chupa ideológicamente a muchas y muchos. La hipocresía y el personalismo no los deja ver la realidad. Será porque siempre están dentro de su misma tribu. Pero no caminan por donde muchos de nosotros caminamos.

Digo; ¿nunca se preguntaron porque las fuerzas en Uruguay nunca tuvo ni tiene armamento de guerra convencional y si de reprensión interna.  No tiene aviones de combate, no tiene armamento de defensa, y no tenemos un solo destructor de última generación para cuidar nuestras aguas de la pesca ilegal y demás cuestiones

Hace 43 años que los milicos y la burguesía nos vienen mintiendo. Ahora nos deja encontrar lo que ellos quieren que encontremos. Y muchos son tan ignorantes que los festejan con bombos y platillos.

Con eso tiran unos años más. Con una justicia reaccionaria en Uruguay. Donde ellos no pasaron ni la cuarta parte como nos tuvieron a nosotros y a nuestros hermanos asesinados.

Ver lo correcto y no hacerlo es falta de coraje o de principios. Confucio

O ignorancia carcomida por el sistema y su ego.

Digo; ¿porque no daban?

No sacan la cabeza desde dentro de su propia tribu donde los veneran. La cobardía es de la familia de la miseria humana al igual que la hipocresía y el ser gallito.

Arriba los que luchan. Nena y Fredy

Él boca

 

QUÉ LÁSTIMA

 

“¡Qué lástima que yo no pueda cantar a la usanza de este tiempo lo mismo que los poetas de hoy cantan!”

León Felipe, de su poema “¡Qué lástima!”

Cuando la memoria empuja y las palabras surgen, intento meterme en la piel de aquel muchacho que crecía inmerso en un remolino de eventos que lo arrastraban. No es fácil porque hoy mis ojos no miran con la misma mirada que entonces tenía y porque no puedo dejar que, desde el presente, el tiempo se burle de aquel pasado. Para la Historia, medio siglo es apenas un bostezo, pero en la existencia de un hombre es la penúltima estación del recorrido.

Si aquel muchacho que, impulsado por sus sueños, crecía buscando atajos y esquivando riesgos, se encontrara con este hombre de ahora, desilusionado y mordaz, seguro que le diría que volviese con sus fantasmas y con los primos de sus primos. Y acaso yo, molesto por su sentencia, le diría que es la falta de astucia la que pierde al peregrino.

Entre el uno y el otro media un río de eventos y sensaciones. Un río que los distancia y que a la vez, los une en su recorrido. Para el muchacho, yo no existo y apenas sí soy una broma macabra -o un sueño, al decir de Borges-; para mí, sus esperanzas son vanas y lo llevarán a resbalar por las cornisas del fracaso.

 Sin embargo, sé que en el relato debo ser respetuoso, eligiendo las palabras para que sea su voz la que se escuche. Faltaría a todas las reglas si no lo hiciera y lo principal, se desdibujaría mi empeño por mostrarlo genuino y tal cual fue. No puedo -como quisiera- modificar sucesos que han ocurrido y menos alertarle sobre los peligros que acechan en el camino. Porque ¿qué ganaríamos ambos si así fuese mi proceder?

Vaya a saber uno qué destino él hubiera podido elegir, pero seguramente otro y muy diferente, que me haría desaparecer. Y entonces yo no estaría aquí contando vivencias de poca monta que me ayudan a sobrevivir.

Aquel muchacho soñaba con barriletes que subieran hasta el sol y como tantos, por los sesenta, creía que las acciones -y no la conduerma de las palabras- eran las destinadas a cambiar el porvenir. En la otra vereda estaban los autoproclamados “defensores de las instituciones”. Esos que, acostumbrados a manipular la patria y la Historia en función de sus intereses, no iban a dudar a la hora de arrasar con todo y llevarse puesto a cualquiera.

Aquel era un muchacho como cualquier muchacho de este país. Tierra verde, pequeñita y tierna, la que lo creció y a la que soñaba con un destino mejor. Un muchacho como tantos. Sencillo, con el pelo largo, la sonrisa clara y persiguiendo estrellas por los pretiles de la ilusión. Supo ser cantor alguna vez y con su guitarra intentó las primeras estrofas de amor. Caminó por rumbos de esperanza, lucha, sacrificio y dolor; supo de ausencias, de batallas y no se doblegó. Aprendió que hay hombres que jamás claudican y otros que se envilecen hasta el punto de matar o torturar con satisfacción. Y también aprendió que las cárceles desnudan lo mejor -o lo peor- de cada persona.

¿Y qué decirle, desde aquí, a ese muchacho que fui y que ya no soy?

 ¿Qué advertirle o qué cosas explicarle, si así lo convertiría en mera ficción? ¡Nada! Recordarlo tal cual fue y respetar lo que intentó, pues sus errores y aciertos me trajeron hasta acá. Dejar entonces que apure por estas páginas una carrera de la que aún no conozco el final. O acaso, apenas decirle que, si pudiera, lo haría otra vez.

RJB

 

Hipocresía e hijoputez a la uruguaya

 

Las inocentes víctimas de una revolución imposible seguirán en sus tumbas, nada los va a revivir. Hay mucho de hipocresía e hijoputez en todo esto. Así como murieron policías y soldados jóvenes, también murieron jóvenes en los movimientos guerrilleros que fueron usados como carne de cañón por los iluminados revolucionarios, que vistas las actas aparecidas la última semana, en los cuarteles cantaban mejor que el Mago. Los mandos de los bandos en pugna nunca se arrepintieron del desastre que causaron. Ni los políticos oficialistas de aquella época, ni los opositores, ni el mando policial, ni el mando militar ni los mandos de las distintas fracciones armadas. Hipocresía e hijoputez.

RevolucionalSurChaucorruptos

 

Camarada Gonzalo

 

Sin duda, para evitar los errores de R. Sendic y Louis, mejor seguir el sendero luminoso de Amodio. Así se hace una verdadera revolución.

Fernando Moyano

 

Comentario

 

Covid-19, año uno: balance de una pesadilla autoritaria y de una gestión fracasada (aquí)

Pues, el condicionamiento mediático subliminal y directo mediante la aplicación del narcisista paranoico poder global a nivel planetario nos ha transformado irreversiblemente en una masa a la que se le eliminó totalmente su actividad intelectual y han inducido en nosotros la tendencia a experimentar aquellos afectos cuyos signos observamos en los otros; la urgencia de la vacunación como meros objetos de experimentación, obedeciendo al exterminador. Este fenómeno planetario, es exitoso para el narcisista paranoico poder global, pues al dejarnos sugestionar es por estar de acuerdo con el exterminador

Osvaldo Buscaya


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